Análisis de lectura “La Represión”

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Probablemente, la tendencia a la represión no alcanzaría su propósito si estas fuerzas (atracción y repulsión) no cooperasen, si no existiese algo reprimido desde antes, presto a recoger lo repelido por lo consciente. Freud S. (1915, Pp. 143).

Esta cita cobra sentido cuando pensamos en que la represión es un destino de una pulsión, donde la condición verdadera para que haya represión es que al momento de querer satisfacer la pulsión, se cae en un juego ambivalente, donde ésta obviamente generará placer en sí misma, pero al mismo tiempo generaría displacer por motivos externos, siendo así que la represión no está en el cumplir la pulsión, si no en que el displacer que se sienta tenga más peso que el placer que desearíamos sentir.

Y lo que pasa con lo que se supone repele el consciente, es pues simplemente que pasa que si la pulsión nos genera más displacer que placer, no se ha de quedar en lo consciente, lo reprimido y lo inconsciente son dos cosas correlativas, dice Freud. S (1915): su esencia consiste en rechazar algo de la conciencia y mantenerlo alejado de ella.  

Además el papel que juega la repulsión y la atracción en el mecanismo represivo, trata de que por muy placentera que podría resultar la realización de la  moción pulsional, en el consciente queda una especie de repulsión hacia ello sobre lo que reprimimos, por asuntos tal vez sociales como podría ser de moral. Lo mismo pasa cuando lo que reprimimos es algo displacentero o repulsivo para nosotros, entonces al quedarse en el inconsciente pero sin querer realizarlo sólo se queda la repulsión en el consciente por aquello que mandamos al inconsciente.

Dicho todo esto ¿Cómo funciona la represión en las psiconeurosis?

En la histeria de angustia por ejemplo, donde la pulsión (atracción) que se reprime es una energía libidinal que existe hacia el padre,  y al mismo tiempo una especie de angustia  (repulsivo).  Al momento de reprimirse, estos asuntos ya no se encuentran en la conciencia y pareciera que el papá ya no es visto como un objeto de deseo libidinal, conscientemente. En su lugar se desplaza esa angustia tomando como sustituto a un animal por ejemplo, siendo así que sólo se siente angustia frente al animal en lugar de amor libidinal por el padre. Esto sería una fobia.

En cambio, en la histeria de conversión,  con el proceso represivo parece que desapareciera por completo el afecto, ó, la represión no se logra como tal y algunas sensaciones se unen a los síntomas o bien se transforma en angustia dando lugar al mecanismo de formación de una fobia.

Una más, aunque duda Freud de mencionarla, es la neurosis obsesiva, pues se plantea si ésta sería una represión libidinosa o una aspiración hostil. De cualquier modo, plantea que hay una hostilidad que ha reemplazado una aspiración tierna, por una persona que amamos, y la hostilidad es la que se reprimimos. El efecto es muy diverso, en primera instancia el afecto parece haber desaparecido, pero todo ese afecto desaparecido se transforma en una angustia social y moral. Siendo así que la represión en este tipo de psiconeurosis es interminable, pues al representarse en lo consciente se crea un tipo de fobia que prohíbe la realización de la moción pulsional.

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