Bases Fisiológicas De La Emoción Y Activación De La Conducta
Enviado por Leah3 • 30 de Noviembre de 2012 • 2.059 Palabras (9 Páginas) • 1.079 Visitas
Laura Elena Arriaga Herrera
3. BASES FISIOLOGICAS DE LA MOTIVACION Y LA EMOCION
3.1 Fisiología de la emoción y de la motivación
¿Qué son las emociones?
Las emociones son fenómenos multidimensionales. Son estados afectivos subjetivos. Hacen que nos sintamos de una manera en concreto, por ejemplo, felices o rabiosos.
Son respuestas fisiológicas que prepara al cuerpo para la acción adaptativa, también son fenómenos sociales. Las emociones producen expresiones faciales y corporales que comunican nuestras expresiones emocionales internas a los demás.
La teoría de William James (1890) se basa en dos postulados fundamentales: 1. El cuerpo reacciona de forma distinta a distintos estímulos elicitadores de la emoción, y 2. Los estímulos no emocionales no elicitan cambios corporales. Por ejemplo, ver a un tigre aumenta el ritmo cardiaco y la presión sanguínea, perder dinero reduce el ritmo cardiaco y la presión sanguínea, y ver un árbol no produce ningún cambio en el ritmo cardiaco ni presión sanguínea. El aumento de la actividad cardiovascular produce una emoción, la reducción de esta actividad produce otra y la ausencia de cambio en la actividad no produce ninguna emoción.
Walter Cannon (1927) aceptó que las personas sienten las emociones rápidamente, pero señaló que las reacciones fisiológicas del cuerpo ante los estímulos que elicitaban la emoción eran más lentas. Dicho de otro modo, mientras la persona siente rabia en milésimas de segundo, nuestro sistema nervioso tarda un segundo o dos en activar las principales glándulas y en enviar las hormonas activadoras a través de la sangre. Parece ser que hay algún tipo de experiencia emocional que se da inmediatamente y que los cambios corporales lo que hacen es amplifica, no causar esa emoción (Newman, Perkins y Wheeler, 1930).
Ekman y sus colaboradores (1983) reclutaron a actores profesionales y se les pidió que revivieran seis emociones distintas: rabia, miedo, angustia, alegría, sorpresa y asco. Mientras cada actor vivía la emoción, los investigadores controlaban los cambios corporales para ver si cada emoción producia un patrón de actividad fisiológica única. Encontraron que efectivamente se producían diferentes fiables en el ritmo cardiaco y en la temperatura de la piel en cada una de las seis emociones. El ritmo cardiaco aumentaba en la rabia, miedo y angustia, pero cambiaba muy poco para la alegría, sorpresa y asco. La rabia también producía un aumento den la temperatura de la piel mayor que las otras emociones.
Sin embargo, la ciencia ha hallado diferencias sutiles (entre dichas emociones) en la actividad cortical del cerebro; en la utilización de conexiones neuronales y en la secreción de hormonas:
– Miedo e ira: Ambas difieren en la temperatura de los dedos y las secreciones hormonales, también difieren en la activación cerebral.
– Miedo y alegría: Estimulan músculos faciales diferentes.
– Emociones negativas (asco, depresión): provocan una mayor actividad en la corteza prefrontal derecha.
–Emociones positivas (alegría, optimismo): provocan una mayor activación en la corteza prefrontal izquierda.
Un estado emocional es el resultado de la interacción entre la activación fisiológica y la evaluación cognoscitiva de la situación (Schachter y Singer, 1962) (George Mandler, 1962)
3.2 Teoría del proceso oponente
La teoría del proceso oponente de Richard Solomon (1980) propone que una experiencia emocional hedónicamente opuesta (u “oponente”) sustituye a la emoción original inmediatamente después de la retirada del estímulo que ha elicitado la emoción. Es la experiencia emocional oponente, y no la emoción original, la que desaparece lentamente.
3.2.1 Curso temporal de la reacción afectiva a un estímulo:
La teoría del proceso oponente presenta cinco fases:
1) Apogeo de la reacción afectiva primaria, 2) Adaptación hedónica, 3) Mantenimiento de la reacción afectiva primaria, 4) Apogeo de la contrarreacción afectiva y 5) Decaimiento de la contrarreacción afectiva producida por la exposición a un estímulo repetido.
Básicamente, el proceso oponente suprime la intensidad de la emoción principal.
El estado “a” (primario) es una reacción afectiva estable y se corresponde enteramente con las características del estímulo que lo elicitó (es decir, intensidad, calidad y persistencia). El estado “b” (opuesto) lo provoca el estado “a” (no el estímulo) y queda reforzado con el uso y debilitado por el desuso. Tras varias repeticiones, el estado “b” se refuerza al adquirir: a) una menor latencia de inicio, b) mayor intensidad o amplitud y c) mayor tiempo de decaimiento.
Para explicar los fenómenos de proceso oponente, Solomon (1980) propone tres principios fundamentales: contraste afectivo, adaptación afectiva y abstinencia afectiva. La palabra contraste se refiere a que si se presenta e inmediatamente se retira un refuerzo, entonces aparece un estado afectivo contrapuesto a la emoción inicial. La adaptación responde a un efecto de tolerancia donde el cerebro deja de reaccionar intensamente ante un estímulo hedónico repetido. La abstinencia se refiere a los efectos prolongados que pueda tener una emoción de proceso oponente. Solomon une los principios de contraste, adaptación y abstinencia para explicar como los procesos oponentes regulan la experiencia afectiva.
3.2.2 El coste del placer y las ventajas del dolor:
Solomon quería explicar que el cerebro creaba su propio estado emocional aversivo para contrarrestar los estados hedónicos placenteros (el precio del placer) y por el contrario, producía su propio estado afectivo placentero para contrarrestar los estados hedónicos aversivos (las ventajas del dolor).
3.2.3 El precio del placer
De acuerdo con la teoría del proceso oponente los placeres repetidos pierden la mayor parte de su atractivo con el tiempo. Los placeres recurrentes pueden llegar a nuevas experiencias de sufrimiento (ver la tabla). La experiencia emocional producida por las primeras exposiciones a cada uno de los estímulos atractivos está caracterizada por el placer y la recompensa. Cuando se retira el estímulo hay un ligero deseo de que vuelva, esta sensación desaparece rápidamente y el individuo vuelve a la emoción de base. Repetidos encuentros con estos acontecimientos hedónicamente agradables pronto pasan a cobrar factura. La experiencia emocional anterior al acontecimiento-estímulo ya no es de una línea de base tranquila. Dado que el estado “b” persiste por más tiempo tras la última exposición al estímulo, el estado emocional antes de la nueva exposición es de ligera
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