Blas o la transferencia perversa
Enviado por Gabriela Castro • 11 de Septiembre de 2020 • Ensayo • 341 Palabras (2 Páginas) • 157 Visitas
Blas o la transferencia perversa
El análisis de la transferencia que sufre Blas tras un recorrido de la angustia a la perversión empieza en un síntoma histérico con una neuralgia (comenzó cuando se casó) que sufre al lado izquierdo de la cara ligado a un intenso dolor que tras un año se expando por el hombro hasta el antebrazo, este dolor que claramente estaba formado en el inconsciente ocurría posteriormente a la masturbación. Echando un vistazo a la infancia de Blas donde a los siete años recostando su mejilla izquierda contra el piso para poder observar debajo de la puerta del baño a una niña de diez años (no era púber) orinar, vio su sexo sin vello, esta primera impresión de la castración fue el origen de su fetiche. Blas le excitaba cualquier cosa que se asemejara a la raya del sexo femenino sin vello, un grano de café, unos labios apretados, elegia meticulosamente a las prostitutas con estas características y demás. Cada una de estas actitudes hacían a Blas un verdadero pervertido fetichista.
Después de revelarle a Blas el origen de su neuralgia desapareció, pero esto conllevo a la angustia por enfrentarse a la castración, llevándolo a una transferencia recurriendo de esta forma a tatuarse para negar la existencia de la castración, este tatuaje tiene la forma de una mujer dragos abierta de piernas donde la raya de su sexo se confundiría con la separación de las nalgas de Blas. Así ante la amenaza del reconocimiento de la castración de la madre construye una nueva protección que será el tatuaje. Haciendo a su propio cuerpo la esencia de la renegación perversa, haciéndose a el mismo el portador del fetiche.
Esta transferencia también esta caracterizada por el comportamiento que Blas tiene al final de las sesiones donde intenta a través de la erotización del vínculo, pervertirlo y se dedica a enseñar al analista que su deseo sólo puede estar estructurado como un deseo fetichista. “Así, en el discurso perverso, el analista se ve desplazado de sujeto supuesto saber a sujeto supuesto gozar”.
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