CAPITULO I SEXO Y GÉNERO

CAPITULO I

SEXO Y GÉNERO

El sexo y el género no son lo mismo, el "sexo" hace referencia exclusivamente a las características físicas que diferencian a las personas entre hombres y mujeres, el género en su lugar es una construcción social basada en la asignación de diferentes roles en función del sexo, roles los cuales son diferenciales dependiendo de si se trata de hombre o mujer, esta desigualdad que encontramos en la actualidad es causa del sistema de aprendizaje sexo-genero para Gayle Rubin (iniciadora de la teoría por medio de su artículo "El tráfico de mujeres: notas sobre la economía política del sexo") es un conjunto de acuerdos por el cual la sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana y en las cuales estas necesidades sexuales transformadas, son satisfechas, permite crear distinción entre los sexos perjudicando principalmente a las mujeres, así que: la desigualdad de género no surge a causa de las condiciones biológicas de una persona sino al papel que la sociedad le otorga desde el momento en que nacemos.

La discriminación hacia las mujeres en el mundo a pesar de las luchas de tantas personas que defienden la importancia que tiene equidad entre los géneros y a pesar de que nos encontramos en una sociedad cambiante donde el rol tanto del hombre o de la mujeres depende no solo de su contexto espacial sino también temporal, aun las diferencias entre ambos sexos son todavía relevantes tanto en el ámbito público como en el no público.

Pero  ¿Esta distinción entre formas de pensar y de actuar que puede reconocerse entre hombres y mujeres es fruto de su biología, o es simplemente su esfuerzo por adaptarse a unos roles socialmente asignados?

Según la teoría de la socialización diferencial de Walker y Barton (1983) desde que una persona tiene uso de razón social se deja influir por  roles que rige la sociedad que conllevan a crear actitudes diferenciales entre sexos, roles como por ejemplo:

PAPEL DE LA MUJER EN LA SOCIEDAD A LO LARGO DE LA HISTORIA

En la prehistoria, las sociedades eran más igualitarias que en la edad moderna o en la actualidad, las mujeres no solo se dedicaban al cuidado de los niños sino que participaban equitativamente en actividades como lo son la caza menor, la pesca o el cultivo del campo. No es necesario volverse en el tiempo para demostrarlo ya que Helena Bonet directora del Museo de Prehistoria de Valencia asegura que estos comportamientos siguen presentes en los sociedades que están inmersas en la naturaleza como las comunidades amazónicas que persisten en la actualidad legitimizan estas pautas de comportamiento. Esto es una muestra de la unión que forman hombres y mujeres compartiendo esfuerzos y recursos para sobrevivir con el fin de lograr una mejor calidad de vida.

...