CASO CLÍNICO PRÁCTICA SALUD MENTAL. JACK UNA VIDA REPRIMIDA

CASO CLÍNICO PRÁCTICA SALUD MENTAL 2020

JACK

UNA VIDA REPRIMIDA

Jack era un hombre blanco de 49 años, divorciado que vivía con su hijo de 10 años en la casa de la madre. Se quejaba de una depresión crónica y finalmente aceptó haberse dado cuenta que necesitaba ayuda. Jack informó haber sido un pesimista y haberse angustiado por todo durante buena parte de su vida. De manera constante, se sentía deprimido y no la pasaba muy bien. Tenía dificultades para tomar decisiones, en general era pesimista respecto al futuro y pensaba muy poco en sí mismo. Durante los últimos 20 años, el periodo más largo que pudo recordar en el cual su estado de ánimo estuviera “normal” o en el que permaneciera menos deprimido fue durante cuatro o cinco días.

Pese a sus dificultades Jack se las arregló para terminar la universidad y obtener su maestria en administración pública. La gente le decía que su futuro era brillante, Jack en cambio no pensaba eso, tomó un empleo donde nunca logro ascender y permaneció en ese mismo durante 20 años. Su esposa, cansada de su falta de confianza y de la incapacidad para disfrutar de los suscesos cotidianos se divorció. Lo que ocasionó en Jack una racha de depresión peor que las anteriores. Su autoestima pasó a ser baja a inexistente, por su indecisión se volvió completamente incapaz de decidir acerca de cualquier cosa, todo el tiempo se sentía cansado y sentía el cuerpo como si fueran plomo. Al verse sin ninguna esperanza comenzó a pensar en el suicidio y fue despedido de su empleo.

CASO CLÍNICO PRÁCTICA SALUD MENTAL 2020

Daniel

Siento y escucho tengo miedo!

Daniel de 32 años, vivía con su madre, sin hijos ni pareja,  se graduó en la escuela secundaria a sus 19 años y a nivel laboral era muy inestable, sin embargo, hace algunos meses consiguió un empleo de medio tiempo en un videoclub, A los 6 meses de estar allí, empezó a escuchar voces que le decían que no hacía las cosas bien. Además, comenzó a pensar que su jefe estaba colocando cámaras pequeñas en las películas que los clientes devolvían para verificar si hacía bien su trabajo. Así, Daniel cada vez estaba más preocupado y ansioso en su trabajo, sobre todo los días en los que la tienda estaba más llena. Poco a poco empezó a hablarle de manera extraña los clientes, hasta le dijo a uno de ellos que no podía reservar la película que quería porque tenía fotos de él que la CIA estaba revisando.

Un año después Daniel no aguantó más y renunció al trabajo, gritándole a su jefe que estaba harto de que le vigilara por todas las pantallas de la tienda e incluso en su propia casa. Actualmente le cuesta salir de casa permaneciendo la mayor parte del día en su habitación, su madre refiere que, “siente miedo al entrar al baño o alimentarse por lo que ha bajado de peso considerablemente, en ocasiones no se baña sin embargo, lo hace cuando vamos a salir con mi supervisión y apoyo”. No interactúa pues siente temor y en ocasiones siento temor que se auto agreda.

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