CONSISTENCIA Y GENERALIDAD
Enviado por carolinamb • 13 de Mayo de 2012 • 1.519 Palabras (7 Páginas) • 740 Visitas
CONSISTENCIA Y GENERALIDAD
Consistencia (o ausencia de contradicción): ¿por qué debe ser así?
Porque, si una persona tiene un principio autoinconsistente o principios interinconsistentes, no cuenta con ningún principio en absoluto que pueda orientar sus decisiones prácticas.
Ejem¬plo de Ppio. autoinconsistente:
1 “El viernes 20 de mayo hay certamen de Ética y el viernes 20 de mayo no
hay certamen de Ética”
¿Cuál es el problema con 1?
Bueno, los enunciados éticos autoinconsistentes son de este estilo. No establecen ningún enunciado definitivo acerca del tipo de cosa o conducta deseable o correcta. Tales enunciados no sirven para nada. Debe efectuarse algún cambio si hemos de contar con una propuesta inteligible acerca de lo que es justificadamente deseado, condenado y demás.
Ejemplo de Ppios. interinconsistentes:
2 “Recuerda el día del Sábado, para santificarlo... Durante él no harás ningún
trabajo”
Otro, declara:
3 “Honra a tu padre y a tu madre".
Estas reglas, que su¬ponemos deben ser consideradas como enunciados éticos (por ejemplo, "Siempre es incorrecto no honrar a tu padre y a tu madre"), son, sin duda, bastante vagas. Hay algo, sin embargo, sobre lo que no son vagas: parece ser que siempre hay algo que tenemos que hacer. Este hecho presenta di¬ficultades. Supongamos que mi padre me llama por teléfono un sábado por la mañana, me dice que una tormenta ha derribado parte de su tejado la noche anterior y me invita a que vaya a ayudarle a repararlo antes de que vuelva a llover. Parece que no “honraré” a mi padre si me niego a hacerlo; si lo hago, por otra parte, estaré quebrantando la regla acerca del sábado. Tal como aparecen, las reglas mantienen enun¬ciados contradictorios acerca de lo que he de hacer, si el honrar a mi padre requiere que trabaje el sábado. A fin de ser consistentes, los Diez Mandamientos precisan de un suplemento que proporcione instrucciones acerca de qué reglas tienen prioridad en caso de conflicto.
Una dificultad de este tipo es inherente a cualquier conjunto de reglas morales de la forma “Haz siempre...”. Cualquier conjunto también requiere revisión. Ya hemos sugerido que un conjunto de este tipo puede subsanar la inconsistencia mediante un suplemento que ofrezca indicaciones relativas a Ia prioridad en caso de conflicto. (Por supuesto, que entonces, los prin¬cipios originales deben cambiarse en algo así como:
4 “Haz siempre..., ex¬cepto cuando algún otro principio posea prioridad”
Sin embargo, también se puede mantener Ia consistencia me¬diante otros medios. Por ejemplo, en vez de utilizar principios de la forma “Haz siempre...”, podemos contar con reglas morales de la siguiente forma:
5 “Siempre hay una fuerte obligación de hacer...”
Así las propias reglas no especificarán qué regla ha de tener prioridad en caso de conflicto, dejando esta decisión al juicio de cada cual. En este caso, el conjunto de re¬glas morales individuales no proporciona instrucciones específicas para todos los casos; ofrece, como si dijéramos, señales. Volveremos a esta cuestión más adelante. Evidentemente, sin embargo, el requisito de la consistencia es más importante de lo que podríamos suponer a simple vista.
Nuestra conclusión, pues, es que los enunciados éticos, para ser acep¬tables, deben ser consistentes (tanto auto-consistentes como consistentes con relación a los restantes enunciados que una persona acepta). Sin em¬bargo, aunque concluimos manteniendo que este requisito tiene alguna importancia, debemos admitir que no nos leva muy lejos, ya que existen muchas maneras de ser consistente. Quizá el Diablo sea perfectamente consistente, y, sin embargo, sus principios éticos sean incorrectos. Todo lo que podemos afirmar es: las convicciones éticas inconsistentes no pue¬den ser aceptadas —al menos no todas ellas, también como se presentan—. Por otra parte, un conjunto consistente no es necesariamente a su vez válido; la consistencia no es suficiente.
A modo de inciso, una persona puede eludir la inconsistencia limitando sus creencias éticas a enunciados no comparativos acerca de casos particu¬lares, tales como «Esta acción es correcta» y «Esta acción es incorrecta». Argumentaremos en breve que detenerse en enunciados de este tipo y ne¬garse a continuar hasta exponer principios generales también es inacepta¬ble. Pero es inaceptable en función de otros fundamentos distintos al re¬quisito de la inconsistencia.
La falacia naturalista consiste en inferir principios normativos a partir de proposiciones descriptivas. En términos lógicos, la conclusión con fuerza normativa derivaría de premisas que carecen de esa fuerza, por lo que se estaría incurriendo
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