Causas y consecuencias del estigmatización a los trastornos mentales en nuestro país en la actualidad

Causas y consecuencias de la estigmatización a los trastornos mentales en nuestro país en la actualidad

Según la Organización Mundial de la Salud (2019), los trastornos mentales son afecciones de la salud mental y se caracterizan por alteraciones conductuales, emocionales, de percepción, de pensamiento y en la relación con los demás. Esta entidad afirma (2016) que alrededor del 25% de la población mundial ha padecido o padece de alguna enfermedad de este tipo, lo que significa que uno de cada cuatro personas cuenta con un trastorno mental. Asimismo, un estudio realizado en el presente año por el Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado -Hideyo Noguchi (2020) permite afirmar que, a nivel nacional, la prevalencia de vida de trastornos mentales en la población es de aproximadamente 33.7%, más de nueve millones de personas, una de cada tres. A pesar de estos elevados números, siguen siendo enfermedades bastante estigmatizadas. “Se ha encontrado que la aceptación hacia ellas varía desde un 13.3% en ciudades de la sierra rural hasta 35,1% en ciudades de la costa peruana” (Vega Gardóz 2020). Los trastornos mentales, hoy en día, están cargados de una serie de prejuicios y estereotipos negativos, y quienes cargan con ellos están atados y marcados por su propia condición. “De alguna manera, tienen que convivir con una doble enfermedad. La suya y la que crea la sociedad” (Tardón 2020). Como es posible apreciar, los trastornos mentales son poco aceptados entre la sociedad en la actualidad a pesar de los elevados números de individuos que los poseen. Estos bajos índices de aceptación se dan a notar mediante lo tratos hacia estas personas. Tratos que se convierten en obstáculos.

Esta situación ha sido vista desde distintos enfoques. Por un lado, desde una perspectiva histórica-social, León (2005) expone que las personas que padecen de algún trastorno son víctimas de humillación, aislamiento y vergüenza, sin contar el sufrimiento psíquico con el que el individuo y sus familiares cuentan. A su vez, menciona que los estereotipos respecto de la enfermedad mental no son recientes, sino que datan desde la edad antigua cuando eran consideradas como posesiones demoniacas.

La psiquiatría ha sido una de las últimas especialidades médicas en ser aceptada como tal en la comunicad científica. A lo largo de la historia las enfermedades mentales han sido terreno de las concepciones mágicas y religiosas, cuestionándose continuamente su condición misma de enfermedades, ya sea atribuyéndoles un origen espiritual diabólico, en los tiempos antiguos, o un origen netamente social y económico en los tiempos recientes. (35-36)

Este autor exponer sobre los orígenes del estereotipo respecto del trastorno mental y supone cómo el desconocimiento de estos en el pasado fue capaz de marcar el futuro de las personas que los llegaran a padecer.

Por otro lado, desde una perspectiva centrada en los derechos humanos, la Organización Mundial de la Salud (2006) manifiesta lo siguiente: Se trata a las personas con trastornos mentales como si no fueran personas, de manera similar al modo en que se trata a los niños o, peor aún, a los animales. Con frecuencia, se asume que carecen de discernimiento para tomar decisiones como adultos, actitud que tiene como resultado una completa falta de consideración por sus sentimientos y su dignidad humana. (36)

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