Claro Oscuro

Un punto a aclarar.

David fue internado en un hospital psiquiátrico, donde lo trataron con electroshock y psicofármacos, luego de padecer un ataque de catatonia, permaneciendo por largos años en esa institución en la que tenía prohibido acercarse al piano, a la música, porque según consideraba el psiquiatra que lo atendía, el piano era “un fruto prohibido”, un demonio del que tenía que alejarse.

Sus hermanas lo visitaban esporádicamente.

Una hipótesis de consulta.

Cuando un sujeto neurótico consulta, habla desde el primer momento de la familia, de los lazos y sufrimientos allí condensados, de los modos particulares, específicos, con que funcionan los diferentes modelos de relación.

Al decir de Lacan, en un análisis hay “alguien a quién se habla”, allí hay una escucha, no cualquiera por cierto, se escucha en voz alta lo que se origina, tanto en el analista como en el analizante, y de manera compartida se produce una lectura de la historia que allí se despliega, siendo la interpretación del paciente neurótico el punto más rico, dando paso al comienzo de otra cosa.

Podría hipotetizar que David llega a consulta, se está por casar y su novia le ha sugerido acudir a un profesional, por algunas costumbres peculiares que presenta, como caminar semidesnudo por la casa, dejar su ropa desparramada en cualquier habitación, salir a correr por el parque vestido sólo con un impermeable, dejar la canilla de la bañera abierta, etc.

Se pide a David que hable sobre su quehacer diario, su vida, su familia, que cuente lo que recuerde, se le aclara que no importa si no son exactos los momentos.

Evocaciones familiares de David.

Recuerda que consideraba a su padre como a un león muy fuerte.

Su padre siempre sabía lo que a él le gustaba, le decía qué tenía que hacer, cuáles cosas podían hacerlo feliz. Su padre era quién ordenaba su vida.

Comenta el día en que, siendo niño, interpreta como solista una pieza al piano, siendo su padre, desde el principio, su maestro de música y quién había elegido la pieza musical que iba a interpretar, también quien respondió por él, desde la platea, cuando el presentador pregunta a David qué pieza iba a ejecutar.

En el concurso no gana el primer premio, pero sí se lleva una mención especial, no alcanza a recibirla, cuenta que su padre lo aleja del lugar, lo siente enojado, camina delante de él sin hablarle, sin mirarlo.

“¡Hay que ganar, siempre hay que ganar!”, le grita unos días después, y dice una frase- recuerdo que invariablemente repite, “cuando yo era niño compré un violín, con mis ahorros lo compré, y ¿sabes que pasó David?”, “sí, tu padre te lo rompió en mil pedazos” era la respuesta esperada a esa pregunta, “sí, fue así, pero en esta casa hay música, por eso tú tienes suerte David, mucha suerte, la música es lo único que no te va a defraudar en la vida, todo lo demás va a defraudarte, la música nunca, por eso tu tiene mucha suerte, repite esto”, “sí, tengo mucha suerte”, se ve obligado a responder.

Prosigue diciendo que tiempo después llega hasta su casa el profesor de música del colegio, para entregarle la medalla que le había sido entregada, se ofrece para enseñar al niño nuevas técnicas, el padre lo despide de un puertazo.

Se realiza un nuevo concurso, David se ve llevado por su padre hasta la casa del profesor de piano, le dice a éste que no tiene dinero para pagar las clases, el profesor acepta a de todas maneras, pero el padre impone una condición, que toque el concierto Nº 3 de Rashmaninoff, “empezaremos por Mozart” respondió de modo categórico el maestro.

Comenta que gana este concurso y que recibe como premio una estadía en Estados Unidos para perfeccionarse, como su familia no dispone de dinero suficiente para la estancia en ese país, a instancias del maestro de música, se organiza una tertulia para recolectar fondos en un centro de la colectividad judía de la cual forman parte, es allí donde conoce a una escritora quién sería, hasta la muerte de ella, su amiga más querida.

Llega finalmente una nota de invitación de una familia norteamericana, que le ofrece su casa para que se aloje durante el tiempo de permanencia en ese país, memora que su padre rompe la carta, mientras grita descontrolado que “nadie va a destruir esta familia, solamente yo sé qué es lo mejor para ti”, David siente que se destrozan sus sueños, las clases con su profesor también son canceladas.

Es su padre quien lo continúa preparando, cuenta que siendo ya adolescente, se presenta en otro concurso, no gana el primer premio, pero sí una beca para ir a un Conservatorio en Londres, nuevamente su padre se niega a darle el permiso, relata David, que por primera vez lo enfrenta, y por ello es castigado brutalmente.

Aun así, persiste en su postura, recuerda a su padre gritándole descontrolado que si decide irse se olvide de su familia, puesto que ya no pertenecerá a la misma.

Memora que su amiga, la escritora, lo insta a que vaya a Londres.

Durante una charla le pregunta cómo era el padre de ella, sonriendo le cuenta una anécdota de cuando era pequeña, su padre estaba en su escritorio escribiendo, siempre escribía relata, cuando ella le hablaba, el hombre respondía “no me molestes ahora, que estoy escribiendo”, un día el padre no estaba en su lugar de trabajo, ella se sienta y sin querer vuelca un tintero sobre los papeles, comenzando a hacer signos y dibujos sobre ellos con la tinta derramada, al verla su padre, se enfurece y le grita, ella le responde “no me molestes papi que estoy escribiendo”, el padre la abraza tiernamente.

Cuenta que estando instalado en Londres, manda numerosas cartas a su padre, pero éstas son devueltas sin haber sido leídas. Luego de arduos ensayos, se prepara para dar el Concierto Nº 3 de Rashmaninoff, llega el día de la función, toca la pieza, es ovacionado de pie, y ya no recuerda más de ese día.

Nota: Luego del concierto David Helfgott cae desplomado por un ataque de catatonia, ese fue el motivo de su internación en el Hospital Psiquiátrico.

Familia del padre de David

Sólo conoce David, de su abuelo paterno, la anécdota de la ruptura del violín, sabe también que tanto los familiares del padre como los de su madre fueron llevados a un campo de concentración nazi.

Diagnóstico presuntivo

Según el “Glosario lacaniano” [1] de Albano, Gardner y Levit se considera que “La operación diagnóstica en el psicoanálisis, si bien Freud suscribe,

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