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Cognición social


Enviado por   •  2 de Diciembre de 2018  •  Tarea  •  1.612 Palabras (7 Páginas)  •  615 Visitas

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 A lo largo de nuestras vidas nos comportamos de diferente manera y a lo largo del tiempo vamos aprendiendo y adoptando nuevas conductas. Sin embargo, hemos aprendido a copiar ciertos actuares ya sea porque nosotros lo hemos hecho a base de un aprendizaje observacional o simplemente porque estamos inmersos continuamente en un aprendizaje social que día con día vamos llevando a práctica (sin importar la edad que uno tenga).

Y entonces, tenemos que desde toda la vida hemos estado adoptando ciertos tipos de condicionamientos en nuestra vida los cuales no son más que formas básicas de aprendizaje (algún tipo en específico, como el clásico, el subliminal o el instrumental, en una mayor medida que otro) y que estos nos han ayudado a comprender mayormente ciertas actitudes y comportamientos e incluso los propios.

Nuestros comportamientos vienen acompañados por una serie de actitudes que nos ayudan a comprender o mantenernos inmersos en nuestra sociedad. Nosotros le damos cierto valor a nuestro entorno y dependiendo de ello es la actitud que tomamos al respecto. Nuestras actitudes se traducen como las evaluaciones que nosotros hacemos al mundo y con estas evaluaciones podemos tener actitudes de tipo ambivalente puesto que nuestras perspectivas del mundo pueden ser o negativas al respecto o positivas (¡y esto únicamente de un solo aspecto de la vida ¡).

Nuestro afecto está intrínsicamente relacionado con nuestras actitudes y estas a su vez en nuestra mente tiene reacciones positivas o no. De nuestro afecto depende nuestro estado de ánimo y por lo tanto se despliega nuestra actitud y comportamiento. También nuestra mente tiene muy claros los esquemas mentales que previamente se formaron a base nuestras experiencias y en éstos recae la información de manera estructurada sobre un tema y nos ayudan a organizar la información social. Incluso, hay momentos en los que estos esquemas se ven afectados por factores externos (agentes que intentan romper ese esquema que el individuo ya tiene formado). Nuestras actitudes se ven afectadas debido a los tipos de esquemas mentales que nos formamos y el efecto de perseverancia podría ayudar o no a poder seguir con ciertas actitudes que van de la mano de estos esquemas mentales previamente definidos.

Aun así, nosotros podemos formarnos ideas que creemos que en algún momento se van a cumplir (que no tiene una secuencia lógica o que no tienen sentido) algo así como predicciones que se hacen realidad, pero porque nosotros le decimos a la mente que las cumpla. Por ejemplo, cuando estamos estudiando para un examen y pensamos que nos va a ir mal y seguimos pensando eso por bastante (nos creemos que vamos a reprobar) nuestro cerebro se “programa” para cumplir esa orden que estamos pensando.

Sin embargo, teniendo ya en cuenta el ejemplo de estudiar, nuestro cerebro o pensamiento o podrá ser capaz de procesar demasiada información si lo sobrecargamos puesto que estaremos excediendo nuestra habilidad para procesar información.

Pero nuestro pensamiento no sólo es eso pues continuamente se ve bombardeado por múltiples tareas y toma de decisiones, información que tiene que procesar y analizar en cuestión de milisegundos y para ello opta por unas reglas simples para tomar esas decisiones complejas o hacer inferencias de una manera rápida y aparentemente sin esfuerzos. Este tipo de reglas se conoce como reglas heurísticas y a su vez se dividen en heurísticos de representatividad y en heurísticos de disponibilidad.

Nuestro pensamiento es tan poderoso que no sólo modula estas partes para crearnos un comportamiento personalizado y controla nuestras actitudes debido a múltiples factores. Nuestro cerebro puede hacer un sesgo hacia lo negativo lo que nos haría ser más sensibles hacia la información negativa que recibimos de nuestro entorno o, por lo contrario, puede hacer un sesgo positivo u optimista el cual hace referencia precisamente a esperar que ciertas cosas cambien “nuestra vida” para hacerla más positiva. Sin embargo, también nos puede engañar, aplicando una falacia de planificación (la tendencia a hacernos pensar de manera positiva referente a cuánto tiempo nos llevará terminar una tarea o actividad).

Ahora bien, respecto a nuestras actitudes, podemos inferir que nuestra conducta toma un papel muy importante para la hora de relacionarnos y nuestro pensamiento juega un papel sumamente importante pues es el que nos dará la pauta para ello. Pero no sólo la conducta individual (la que uno tiene con el mundo) es la que nos importa, sino que también tratamos de averiguar o de descifrar el comportamiento que terceras personas tienen para con nosotros y el mundo.

Existen muchas maneras en que podemos tratar de interpretar el comportamiento que una persona tiene y una de las maneras en las que podemos analizarlo es a través de nuestra comunicación no verbal. Se dice que nosotros nos comunicamos el 70% a través del lenguaje corporal y un 30% del verbal. La verdad es que, sin que lo notemos, una micro expresión puede indicar más de lo que podemos decir con nuestras palabras. Con las micro expresiones podemos dar a entender nuestro disgusto o sorpresa por algo, así como por nuestra mirada fija, el movimiento de manos, de pies, hasta nuestra postura juega un papel muy importante para poder analizar el comportamiento de una persona.

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