Como Una Novela
Enviado por sofistar • 9 de Abril de 2014 • 668 Palabras (3 Páginas) • 233 Visitas
COMO UNA NOVELA
DANIEL PENNAC
Cabe mencionar que esta reseña es corta y dinámica, pero lo que inspira a seguir leyendo es la temática que Pennac aborda, con la que el lector se sentirá completamente identificado lo cual está dividido en cuatro capítulos breves que tratan la lectura desde diferentes aspectos. En el capitulo "El nacimiento del alquimista" comienza tratando el tema universal, ¡la juventud de hoy en día no lee! ¿Por qué los distrae la televisión, las descripciones demasiado largas de esas novelas del siglo XVIII que hacen que sea una lectura pesada?, Y aquí es donde se remonta al comienzo de todo: cuando aún no sabíamos leer y las historias llegaban a través de alguno de nuestros padres, que nos las relataban antes de ir a dormir. En ese tiempo sólo disfrutábamos. Luego, en la escuela, nos fascinamos al comenzar a comprender la palabra escrita, que tenía un sentido. Pero luego la lectura se convirtió en un deber, en una obligación. Comenzamos a leer porque nos lo imponen, y eso impide el disfrute sobre la competencia de la televisión, los teléfonos móviles, los videojuegos, Internet que nos distraen y nos quitan tiempo para ello. Cierto que son tentaciones, que muchas veces usamos como excusas:
“¿Se ha visto alguna vez, sin embargo, que un enamorado no encontrara tiempo para amar? Yo jamás he tenido tiempo para leer, pero nada, jamás, ha podido impedirme que acabara una novela que amaba”, explica el autor, aquí desvela una de las primeras claves para enfrentarse a estos rivales: el amor por la lectura. ¿Y cómo fomentar este amor por la lectura? Pues buscando el placer. Para competir con otros placeres como la televisión e internet, el placer de leer, como el de
“Señoritas, no es bajo la forma de vocabulario y sintaxis como la literatura comienza a seducirnos, acuérdense simplemente de cómo las letras se introducen en nuestra vida, en la edad más tierna, apenas han cesado de cantarnos la canción que hace sonreír y dormirse al recién nacido, se abre la era de los cuentos, el niño los bebe como bebía su leche y exige la continuación y la repetición de las maravillas; es un público despiadado y excelente.
Dios sabe cuántas horas he perdido alimentando con magos, monstruos, piratas y hadas a unos pequeños que gritaban: ¡Más! a su padre agotado”, expone. Y pone la guinda cuando dice: “Un niño no siente gran curiosidad por perfeccionar un instrumento con el que se le atormenta; pero conseguid que ese instrumento sirva a su placer y no tardará en aplicarse a él a vuestro pesar”. Así pues propone recuperar ese placer que sentíamos cuando nos leían cuentos en la cama:“Jamás le haremos entender a un muchacho que, por la noche, está metido de lleno en una historia cautivadora, jamás le haremos entender mediante una demostración limitada a sí mismo, que debe interrumpir su lectura e ir a acostarse”, escribió
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