Comunicacion
Enviado por diegox29 • 27 de Marzo de 2013 • 377 Palabras (2 Páginas) • 251 Visitas
El resentimiento sólo se da en relaciones interpersonales. (Yo no me resiento con la
escalera en la cual me resbalo, pero sí con quien me empujó)
La indignación es un sentimiento moral, al cambiar de actitud: no se da a quien
participa en la acción, sino a quien observa una acción en la cual otra persona lesiona a
un tercero. El sentimiento de indignación da pie para censurar una acción, de la cual de
nuevo podemos decir «no hay derecho», y en la cual participan dos personas distintas a
nosotros.
Finalmente, el sentimiento de culpa se da a quien participa en la acción y mediante un
determinado comportamiento lesiona a otro. Se trata de un sentimiento que en
apariencia es en primera instancia independiente de toda relación intersubjetiva, pero
en su reconocimiento y aceptación de profunda significación interpersonal. Lo
importante en relación con estos sentimientos morales y otros semejantes, también los
positivos, como los de reconocimiento, gratitud, satisfacción por el deber cumplido,
perdón, etc., es que dichos sentimientos no sean desvirtuados de antemano
«psicológicamente» por el especialista, como si en ellos se tratara siempre de
reacciones propias del «resentido social», del «amargado» o de quien no ha podido
superar los «complejos de culpa». Quien se cree por encima de todas las situaciones y
cree que la sensibilidad moral es asunto de personalidades débiles, está cercano de
aquella pérdida del sentimiento moral (lack of moral sense), que pudiera ameritarle el
calificativo de «sin-vergüenza» (Tugendhat 1990). Por el contrario, debería figurar entre
las tareas prioritarias del proceso educativo fomentar en los educandos la sensibilidad
moral.
En este punto habría que acentuar la estructura eminentemente comunicativa
descubierta por la fenomenología de los sentimientos morales. Se trata de
experiencias que pueden llegar a ser tematizadas en un ámbito suprapersonal, de
suerte que con respecto a ellas se pueden analizar las situaciones, discutir puntos de
vista, dar razones y motivos, explicaciones, etc. Este «triángulo» de los sentimientos
morales podría ser complementado con el análisis de otras situaciones y de las
vivencias y experiencias en que se nos dan: reconocimiento, gratitud, perdón, etc.
Aquí sólo se destacan estos tres sentimientos «críticos» como modelos de análisis
posibles, cuya utilidad pedagógica radica precisamente en develar esas tres
perspectivas fundamentales de la relación social: la del participante como «paciente»,
como «observador» y como «agente». Estas perspectivas se constituyen
originariamente por la reciprocidad y la solidaridad. En los tres sentimiento
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