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Consecuencias del bullying. La carga de ser diferente: homofobia en las aulas


Enviado por   •  7 de Junio de 2014  •  Trabajo  •  2.704 Palabras (11 Páginas)  •  339 Visitas

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En en nuestro post La carga de ser diferente: Homofobia en las aulas, hacíamos referencia al ultimo estudio presentado por COGAM: Homofobia en las aulas: ¿Educamos en la diversidad afectivo sexual?, en el que se exponían los principales actos discriminatorios y de odio, que, cada día, sufren los jóvenes LGB (lesbianas, gais y bisexuales) en los entornos educativos, dónde, el 90% del alumnado de secundaria percibe homofobia y bifobia.

Los prejuicios generan comportamientos lgtbófobos que incluyen con frecuencia agresiones físicas y producen sensación general de discriminación.

Esta situación genera miedo a las agresiones y al rechazo, bien por ser LGTB o por temer el contagio del estigma en caso de defender a un alumno/a LGTB. A mayor homofobia, menor visibilidad y posibilidad de que los adolescentes LGB vivan su orientación en igualdad de condiciones. Una menor homofobia no hará que aumente el número de alumnos LGB, lo único que sucederá es que serán más visibles, libres y felices.

Pero qué pasa con esos niños y adolescentes que sufren, ven y llevan acabo bullying, cuáles son las principales consecuencias que pueden sufrir siendo niños y, en un futuro, en su vida adulta.

¿Cuáles son las consecuencias del bullying?

El bullying, acoso o intimidación puede afectar a todos, los que son intimidados, los que intimidan, y aquellos que son testigos de la intimidación; y pueden afectar en el presente y en el futuro a corto o largo plazo.

La intimidación está vinculada a muchos resultados negativos, incluyendo un fuerte impacto en la salud mental, el abuso de sustancias y el suicidio. Es importante hablar con los niños para determinar si la intimidación o alguna otra situación es una preocupación para ellos.

Los niños y jovenes que son acosados pueden experimentar problemas negativos en ámbitos como el físico, su desarrollo personal, la escuela y su salud mental. Además, son más propensos a experimentar:

• Depresión y ansiedad, aumento en los sentimientos de tristeza y soledad, cambios en los patrones de sueño y alimentación y pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba. Estos problemas pueden persistir hasta la edad adulta. En los jóvenes LGBT este estado se puede ver acrecentado por la falta de apoyo, tanto de la familia de origen como de profesores , de conocidos e incluso en programas y series de televisión que no reflejan la realidad de una diversidad sexual y una identidad de género que no concuerde con lo establecido por una sociedad convencional heteropatriarcal.

• Baja autoestima. Cuando una persona se mira al espejo y ve reflejado algo horrible, porque no se gusta. Dónde se dice por qué es distinto a los otros, dónde los esteriotipos de genero pesan como una gran losa y se identifican con comportamientos erróneos para exagerar o tapar su identidad sexual.

• Perdida de interés por la escuela. El rendimiento baja de forma considerable porque sus pensamientos están en cómo evitar que hoy le digan o hagan algo y no en el desarrollo académico. Es muy probable que pierdan un año, que no asistan a la escuela o que la abandonen.

• Trastornos emocionales. Aparece cuando el joven o el niño pasa del reir a llorar sin ser congruente. Lo que hace, dice, siente y piensa no coinciden.

• Problemas psicosomáticos asociados a la salud fisica. Los efectos físicos producidos por trastornos de la mente o el estado de ánimo. Es decir, si se siente mal por dentro, se puede comenzar a sentir mal por fuera.

• Pensamientos suicidas. Las fantasías de dar por concluida la maravillosa experiencia de vivir a causa del daño o los problemas que sientes que hay en la vida. Es cuando ya no se ven opciones para solucionar tus problemas.

• Pensamientos vengativos de acción violenta. Un número muy pequeño de jovenes intimidados podría tomar represalias con medidas extremadamente violentas. Todos conocemos los casos de jóvenes universitarios americanos atacando alumnos y profesores con armas de fuego. En doce de cada quince casos de tiroteos en las escuelas en las ultimas decadas, los tiradores tenían un historial de ser intimidados por otros estudiantes.

• Fobias de difícil solución. Cuando hay un miedo por el agua, por salir, por estar en lugares cerrados… Esto es consecuencia de haber vivido una pésima experiencia, que te lleva a sentir un miedo incontrolable al estar en alguna situación normal.

• La relación entre el acoso y el suicidio. Los informes de prensa a menudo relacionan la intimidación con el suicidio. Aunque los niños que sufren bullying están en riesgo de suicidio, el acoso por sí solo no es la causa. Muchas otras situaciones contribuyen al riesgo de suicidio, incluyendo la depresión, problemas en casa, y la historia de trauma (físico o psicológico). Además, hay grupos específicos que tienen un mayor riesgo de suicidio,entre ellos, la juventud lesbiana, gay, bisexual y transgénero.

• Actitudes pasivas. Estos jóvenes LGTB pueden llegar a demostrar una total apatía por todo. Parece que nada les importa y se cubren con un escudo de indiferencia ante la vida.

Pero también estos niños crecen y pueden presentar consecuencias en su vida adulta. Según un estudio del King College de Londres, (referencia del estudio)los niños que fueron intimidados pueden experimentar efectos negativos en su salud física y mental hasta cuarenta años después del acoso. La investigación siguió a 7.771 personas nacidas en 1958 a partir de los siete años y hasta los cincuenta. Aquellos que sufrieron bullying cuando eran niños, tenían un mayor riesgo de depresión, falta de autoestima y ansiedad, y más probabilidades de llevar una peor calidad de vida a los cincuenta años.

Para recopilar los datos, los expertos preguntaron a los padres de los menores de la investigación si su hijo había sido intimidado entre los siete y once años. Más de una cuarta parte dijeron que habían sido acosados de vez en cuando, y el 15% intimidado con frecuencia. Los investigadores realizaron pruebas en estos menores para ver si los conocidos efectos de la intimidación persisten en la adultez. Los individuos fueron evaluados en trastornos psicológicos y de salud en general entre los veintitrés y los cincuenta años, por problemas psiquiátricos a los cuarenta y cinco, y por el funcionamiento cognitivo, relaciones sociales y el bienestar, a los cincuenta.

El estudio encontró que aquellos que fueron intimidados en la infancia eran más propensos a tener una peor salud física y mental y un menor funcionamiento cognitivo en los cincuenta. Los que fueron intimidados con frecuencia eran más propensos a estar deprimidos y tener

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