Corteza Cerebral
Enviado por juaries19 • 17 de Febrero de 2015 • 964 Palabras (4 Páginas) • 246 Visitas
La corteza prefrontal medial controla el alerta conductual y vegetativo. Implicancias en desórdenes de la conducta
The medial prefrontal cortex controls the behavioral and vegetative arousal. Implications for behavioral disorders
José Luis Valdés G.1 y Fernando Torrealba L.2
1 Doctor en Ciencias Biomédicas, Universidad de Chile. Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Ciencias Biológicas, Departamento de Fisiología.
2 Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Ciencias Biológicas, Departamento de Fisiología.
The frontal lobe, the most human part of the brain (Goldberg), has been intensely studied, particularly in the last decades. This region is crucial for the control of behavior, cognition, planning, and working memory. Both behavior and higher cognitive abilities depend importantly on the arousal level, and on the autonomic responses that anticipate and accompany behaviors. In this review we will discuss the role played by the medial prefrontal cortex in controlling the level of vigilance and the autonomic and endocrine responses that are crucial for normal behavior. We will also discuss how dysfunctions of the medial prefrontal cortex resulting in the loss of the cortical control over arousal (both behavioral and vegetative) can help to explain the behavioral alterations observed in patients with posttraumatic stress, schizophrenia, attentional deficit and hyperactivity disorder and antisocial and aggressive behavior. Additionally we will discuss how studies in rats may give us valuable information about of the mechanisms by which the medial prefrontal cortex is capable of controlling the arousal state, autonomic and emotional responses in humans.
Introducción El interés por entender las causas orgánicas de los desórdenes de la mente es relativamente temprano en la historia, que podría remontarse a varios milenios(1). Sin embargo, los estudios que sentaron las bases de las ideas actuales sobre el lóbulo frontal (o corteza prefrontal) y la mente se iniciaron en la segunda mitad del siglo XIX. El conocido caso de Phineas Gage (1848) despertó gran interés público, ya que luego de una lesión de gran magnitud del lóbulo frontal, sufrió serios trastornos en su personalidad y su desenvolvimiento social. En 1904 Hitzig, [citado por(2)] que estaba tratando de delimitar la corteza motora mediante estimulación eléctrica, observó que la estimulación de la región prefrontal del lóbulo frontal no inducía contracción muscular ni percepción, y que la ablación de esta región producía alteraciones conductuales en atención, aprendizaje y memoria espacial. Hitzig propuso que el lóbulo frontal era el sitio donde yacía la inteligencia. Estos estudios tempranos culminaron en la descripción de la función ejecutiva del lóbulo frontal, y del síndrome del lóbulo frontal(3) que se caracteriza por cambios de personalidad, perseverancia, impulsividad, falta de iniciativa, y una inercia hacia el cumplimiento de reglas y normas sociales que, junto a una inhabilidad en la ejecución de planes y estrategias, llevan a un pobre desenvolvimiento social. Nauta interpretó este síndrome del lóbulo frontal como una consecuencia de la pérdida de la organización sensorial-efectora, involucrada tanto en los mecanismos del procesamiento
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