Cruces Sobre El Agua

Cruces sobre el agua, es una novela que reseña el Guayaquil de principios de 1900, con una descripción elocuente acerca de sus plagas, la pobreza y la atrasada distribución de los servicios a la sociedad.

El escritor, con gran maestría pinta el paisaje con absoluta nitidez y conmovedor realismo, la vida de los barrios periféricos sobre el pantano.

Con firmeza, describe con pinceladas magistrales impresiones de la atmósfera social y de las interioridades de grupos sociales, familiares y de los personajes de la obra.

El autor de la obra presenta propuestas claras de captar por parte del lector acerca del drama de los trabajadores y sus miserias; presencia desigual fortuna de las clases sociales; haciendo reseña de la revolución en contra del asesinato de Alfaro y sus líderes; considerando también como tema importante la lucha obrera, identificándose y convirtiéndose como suscitador de líderes y un catequizador de espíritus para adoctrinar con ideas de su tendencia izquierdista.

El libro “Las cruces sobre el agua”, refleja la realidad ecuatoriana del siglo XX, por lo que debemos prestar atención a la lectura, ya que así el Ecuador se pudo desarrollar.

Capítulo I: La artillería

En una sabana de pocas casas vivía la familia Baldeón. Alfredo, gustaba de salir a jugar con sus amigos; su madre Trinidad lo impedía; pero su padre lo consentía. Carlos Vera, un amigo de Alfredo, invitó a sus amigos del barrio a que vean una de sus travesuras: la de poner torpedos en los rieles para que al pasar el tranvía eléctrico reventara con estrépito. Ellos observaban escondidos desde el chalet de Falconi. Al producirse el fulgorazo, el motorista bajó y pudo detener a uno de ellos, era a Alfredo, quien fue defendido por una mujer blanca del barrio, a la que Alfredo a partir de ese momento la veía con rostro de virgen.

Alfredo, esperaba ver a la mujer blanca que le había defendido del motorista. Escondido en la tercena de Yulan esperaba su paso por la esquina donde todos los días tomaba el tranvía. Mientras que Trinidad, cumplió su amenaza de marcharse a Daule, ya que odiaba donde vivía actualmente. Cuando Alfredo se enteró entró en llanto. El pegaba a su cara en la almohada juró 2 cosas: fugarse a Daule a buscar a su madre y no volver a llorar más. Los meses volaron. Alfredo conoció a Alfonso, su amistad creció.

Capítulo II: El primer viaje de Alfredo Baldeón

La plazuela Chile era a donde ahora vivían los Baldeón.Juan ya tenía a Magdalena con quien procrearon 2 hijos.Alfredo y sus amigos del barrio acostumbraban bañarse en la ría desde donde vieron partir hacia Esmeralda al buque de guerra “Cotopaxi”

Alfredo a los 15 años de edad, ya era un joven apuesto; él decidió ir a Esmeraldas a combatir junto a los negros y las tropas revolucionarias de Carlos Conchas en contra del gobierno para vengar la muerte de Alfaro.

Alfredo conoce a Trifila;su primer romance; hija de Remberto, dueño del rancho donde estaba alojado. Allí cumplía faenas del campo, hasta que llegó la orden de partir a Esmeraldas.En la oscuridad de la noche avanzó a la tarima de Trifila para despedirse de ella, y ella le respondió son su entrega de mujer.

Capítulo III: Las Montiel

Alfredo de regreso a su casa en Guayaquil, llegó enfermo de paludismo y beriberi. En su afiebrado sueño recordaba los juegos con sus amigos de barrio, tanto de la Artillería como de la plazuela Chile. Era ya todo un hombre: había peleado en la guerra. Se había acostado con mujeres. Encontró a su padre, como dueño de la panadería donde trabajaba, Alfonso su mejor amigo de la infancia estudiaba en el Vicente Rocafuerte.

Alfredo resolvió trabajar en el taller de Mano de Cabra. Los 2 amigos fueron a visitar a las Montiel, amigas de las hermanas de Alfonso, ellas les recibieron y poco después se hicieron enamorados.Emilio, el hermano de ellas, apodado “Malpuntazo” les descubre besándose y amenaza a avisar a la madre.Pero los amigos no temieron que lo hiciera.

Alfonso al enterarse que a Margarita la rodeaba su antiguo amigo de barrio Moncada “La víbora”, lo desafió a pelear; los espectadores formaron cola tras ellos hasta el lugar pactado. Un estibador a quien llamaba Varrugate, asumió la responsabilidad de ser juez, quien los puso frente a frente a los contendores. Al principio Alfonso llevó la peor parte, ya que Moncada era corpulento. Alfonso había peleado desde la escuela, pero siempre empezaba mal; viéndose perdido; reaccionó y pensó en Margarita, y de un buen golpe calló su contrincante. Pero Margarita huyó con Moncada.

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