Cuales son los Adolescentes - Donald Meltzer y Marta Harris
Enviado por SaraM8 • 20 de Noviembre de 2017 • Resumen • 4.360 Palabras (18 Páginas) • 742 Visitas
ADOLESCENTES – Donald Meltzer y Marta Harris
Capítulo 4 – La comunidad adolescente
Tratare de discutir y describir tres comunidades diferentes: la del niño en el ámbito familiar, la del mundo adulto y la de los adolescentes, que aparece como externa a las otras dos. Les daré un cuadro del mundo interno del individuo, de su desarrollo interno y del modo en que el adolescente avanza o retrocede en estas tres comunidades durante el proceso de desarrollo y evolución de su estructura interna.
Lo haré colocándome en la perspectiva del adolescente describiéndoles cómo él ve, en la nebulosa de la adolescencia, esas tres comunidades y no como yo las veo, es decir, como el psicoanálisis las estructura.
El mundo adulto, desde el punto de vista del adolescente aparece sobre todo como una estructura política y un sistema de clases: los adultos son vividos como si tuvieran el poder y el control del mundo. Para los adolescentes, esto no es debido tanto al conocimiento y a la capacidad, sino a la posesión de una organización de tipo aristocrático que tiene como fin principal preservar el poder contra cualquier intromisión. El adolescente tiene, por lo tanto, la sensación de que los adultos somos todos estafadores, hipócritas, y en posesión de algo que ellos nunca han dispuesto: el derecho de tener. De allí deriva la concepción de que los niños están en la posición de esclavos o siervos, o bien en la ilusión de que los padres lo saben todo y pueden hacerlo todo. El adolescente se siente parte de la comunidad de los adolescentes que se ubica entre estas dos clases: los adultos aristocráticos que tienen el poder, y los esclavos que creen en aquellos como si fueran dioses, o viven en la ilusión de que los adultos lo saben todo; el adolescente, por lo tanto se ubica en una posición de desprecio en relación a los adultos y a los niños, y con la organización del mundo que representan.
Quiero destacar el problema del conocimiento del mundo y la capacidad – a través de este conocimiento- de manipular y mantener el orden en el mundo, ya que el adolescente aunque parece muy preocupado por la sexualidad, en realidad está preocupado por conocer y comprender, la sexualidad es considerada por él como la esencia misma de la situación autoritaria. La posesión del derecho a la actividad sexual se convierte para él en el eje principal del control autoritario ejercido por los adultos sobre todo los aspectos materiales del mundo: el dinero, la casa, los alimentos, etc.
Desearía subrayar el problema del conocimiento por un lado, y el de la confusión, por el otro, y describir al adolescente acentuando el problema de la confusión.
Los principales son: la confusión entre lo bueno y lo malo; la que se da entre las diversas zonas del cuerpo, y los diferentes modos en que esas zonas pueden entrar en relación con el mundo externo y con las otras personas; la confusión entre lo masculino y lo femenino, y entre el adulto y el niño.
Retomemos el problema del conocer y del comprender relacionándolo con el mundo de los niños: estos fantasean que el conocimiento es algo concreto y que existe concretamente en algún lugar. La devoción y el respeto que los pequeños tienen por sus padres están estrechamente conectados con la convicción de que los padres en conjunto poseen todo el conocimiento del mundo y, en las fantasías más primitivas, tal conocimiento es sentido como contenido concretamente en el pecho de la madre.
Los padres unidos (escena primaria u objeto combinado) son vividos como disponiendo del poder de hacer cualquier cosa, esto es, como omnipotentes y omniscientes. Estas dos cualidades, la omnisciencia del pecho y la omnipotencia del objeto combinado, son objeto de la más intensa envidia por parte del niño y es la posesión de los padres que más desea. Esto surge muy claramente cuando el niño es capaz de usar el lenguaje, que representa la posesión parental de la omnisciencia y la omnipotencia. El niño desarrolla el lenguaje, y lo inviste de poderes concretos y mágicos.
Cuando comienza la escuela, en los años que llamamos periodo de latencia, el aprendizaje está focalizado en el aprender el nombre de las cosas. Cuando el niño aprende el nombre de algún objeto cree saberlo todo de él. El latente cuando utiliza el lenguaje de esta manera concreta y cree saber todo de una cosa cuando conoce su nombre, esta ejercitando su omnisciencia, aunque esta es distinta a la de los padres, ya que está basada en una constricción de la imaginación. Él no conoce todo; pero cree que todo lo que conoce es todo lo que hay para conocer, y esta subordinación a este uso del lenguaje y a la convicción de que los padres conocen todo, se fractura cuando comienza la pubertad.
Describo una manera de comprender lo que sucede en el momento de la pubertad, una manera que no pone el énfasis en la sexualidad sino en el conocimiento y la comprensión.
El gran misterio para los niños es que los padres saben cómo hacer niños. El saber hacerlo es la esencia de su gran potencia, en la pubertad descubren que sus padres tampoco saben como hacer niños. Esta puede ser considerada como la mayor desilusión de la adolescencia, que la inicia con la pubertad y permite al niño liberarse de la subordinación de los padres como una divinidad omnisciente. Cuando el adolescente se libera de esta sumisión irrumpe el mundo de la confusión que estaba encubierta por la convicción de la omnisciencia de los padres. Descubren también que las palabras no significan lo que dicen, que no tienen significado en si mismas, que las mismas palabras tienen significados diferentes según la boca de la que provienen. Por lo tanto, siente que todo el mundo adulto es un monton de hipocresía. Esto trae como consecuencia que duda de todo, y, naturalmente, la duda principal es la de ser el hijo real de sus padres. Debe escoger entre la teoría de que es su propio padre, y se ha hecho a sí mismo de alguna manera, y que sus padres están en algún lugar en sentido novelezco o abstracto.
El problema esencial del mundo del adolescente es la crisis de identidad y es un área de confusión que recubre todas las otras confusiones.
Lo importante de esta crisis de identidad y en la aguda pérdida de la identidad familiar que el joven experimenta es la elección entre la idea de haberse hecho a si mismo, y la idea de que los propios padres están en algún otro lugar, en cuanto que de tal elección surge la posibilidad de identificarse con la comunidad de los adolescentes. La decisión de aceptar temporariamente la identidad de ser un simple adolescente en la comunidad de los mismos, o bien de ser un individuo aislado que se ha hecho solo y que tiene una misión única en el mundo, una visión grandiosa, representa una decisión crucial para el joven.
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