DILTHEY Y EL MÉTODO COMPRENSIVO

DILTHEY Y EL MÉTODO COMPRENSIVO

De inicio es necesario afirmar que Dilthey rechaza la tendencia a fundar el conocimiento de la psicología siguiendo los procedimientos de las ciencias naturales, por lo que propone el concepto de la experiencia concreta -que además de los aspectos cognoscitivos incluye las dimensiones afectivas y volitivas-, que es el punto de partida  para desarrollar  lo que él llama las ciencias del espíritu (Geistwiesenschaften) o del hombre. Plantea que las ciencias naturales poseen objetos inanimados, en cambio en las ciencias del espíritu es imposible separar el pensamiento de las emociones, la subjetividad y los valores.

Su gran objetivo es desarrollar una metodología o racionalidad apropiada para el entendimiento de la experiencia y de las obras humanas  y, por eso, considera que la vida debe ser entendida a partir de la propia experiencia, para esto se requiere la profundización de nuestra conciencia histórica, debiendo concentrarse en las experiencias (obras) que resultan de la propia vida.

Por su interés en la historia y las ciencias del espíritu, la filosofía de Dilthey presenta una cierta afinidad  con la tradición hegeliana  ya que éste trataba de entender el entendimiento a partir de su vínculo con el acaecer histórico. Dilthey adopta un enfoque más cercano a la fenomenología y piensa, sin embargo, que la vida es histórica, pero concibe a la historia  como una expresión  de la propia vida, a diferencia de Hegel que consideraba la historia como el desarrollo de un Espíritu objetivo.

        Conceptos claves en las ciencias del espíritu son los de entendimiento y comprensión (Verstehen). Los estudios del hombre  se deben hacer a través  de la comprensión de las experiencias de vida. Esta comprensión permite acceder al conocimiento de la entidad individual, noción que coloca los cimientos a partir de los cuales se desarrollará la fenomenología en el siglo XX.

CONCEPTOS IMPORTANTES PARA DILTHEY:         

La temporalidad: dentro del contexto de relaciones dadas en la experiencia, esta no es estática, sino que integra tanto el recuerdo del pasado como la anticipación del futuro. Este concepto temporal es el horizonte  dentro del cual es interpretada toda percepción del presente, es decir, el termino horizonte  hace referencia  a la temporalidad y a los contextos históricos del hombre, el horizonte de una época  es el sistema sociocultural de la misma en el que el pensamiento y la praxis encuentran

sentido. La filosofía de Heidegger en el siglo XX desarrollará la noción de horizonte en profundidad.

        La expresión: cualquier cosa que refleja la huella de la vida interior del hombre. Se trata de las objetivaciones  de la vida humana, estas expresiones objetivadas  de la experiencia  permite al entendimiento dirigirse a elementos fijos, objetivos.

        La comprensión o entendimiento: es la transposición y vuelta a experimentar el mundo tal y como otra persona lo enfrenta en una experiencia de vida. El sentido propio de la comprensión se haya en un contexto de horizonte que se extiende desde el pasado hacia el futuro. La historicidad y la temporalidad son dimensiones inherentes e inevitables de toda comprensión.  

        Para Dilthey  el círculo hermenéutico, la interpretación de los objetos producto del hacer humano –documentos, monumentos, instituciones, etc.- quiere decir que, todo recibe su sentido de las partes y las partes solo pueden comprenderse en relación al todo, es decir, toda interpretación que deba incluir comprensión , debe haber entendido ya lo que hay que interpretar.

Otro aspecto que hay que considerar al plantearnos ante la hermenéutica, es el problema del entender.

Es por esto que se considera importante, en este sentido, la palabra alemana “verstehen” (= entender), la cual parece significar (i) que uno se entiende en su asunto, es decir tiene conocimientos y capacidades para realizar su tarea, como también (ii) en un sentido más amplio y al mismo tiempo teorético de ver, de aprehender contenidos y relaciones de sentido. Se dice que yo entiendo el sentido pretendido y aquello de que se trata. Toda intelección es la comprensión de un sentido^[1].

        Hay que considerar, además, el referido trasfondo histórico, ya que éste es significativo para el problema del entender. En este sentido se generan dos diferenciaciones importantes. La primera de ellas se remite a la diferencia entre el entender e interpretar, la cual tiene que ver con la mediación y la inmediatez de la intelección.

Desde que se formula la oposición entre ciencias de la naturaleza y ciencias históricas, o, como se dice en Dilthey, ciencias del espíritu, la distinción metódica de los tipos de ciencia se señala una y otra vez con las palabras esclarecer (Erklärung) y

entender (Verstehen) dos conceptos que pueden contribuir al dilucidamiento de lo que significa entender.

Las ciencias de la naturaleza esclarecen, las ciencias del espíritu entienden; el acontecimiento de la naturaleza debe ser esclarecido, pero la historia, sucesos históricos, valores y culturas necesitan ser entendidos. Esclarecer significa, en este sentido, el retrotraer causal de un fenómeno aislado a leyes generales. Cuando se conoce la continuidad de causa y efecto, entonces resulta esclarecido. Entender significa, por el contrario, una más alta comprensión de sentido que va más allá de cualquier esclarecimiento causal.

Sin embargo, el investigador de las ciencias de la naturaleza debe entender primero el fenómeno singular, es decir, comprenderlo en su peculiaridad, su contenido y su estructura – al menos preliminarmente – antes de que pueda esclarecerlo causalmente. Debe entender incluso el esclarecimiento, es decir, aprehender la continuidad sometida a la ley entre la causa y el efecto.

Hay que volver a preguntarse, qué se quiere decir con entender; Entender significa la comprensión de lo que llamamos “sentido”; puede tratarse de (i) un contenido de sentido; (ii) una relación de sentido; (iii) una estructura de sentido o;     (iv)  un acontecer de sentido. Entender significa comprensión de sentido. Pero esto lleva a la cuestión de qué entendemos por «sentido». Puesto que el sentido de una afirmación siempre está en un contexto determinado de sentido, se puede definir por un criterio correspondiente de sentido lo que en el contexto cada vez determinadamente limitado debe valer como «significativo».

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