Daniel Goleman - Inteligencia Emocional
Enviado por CG17 • 27 de Febrero de 2013 • 5.043 Palabras (21 Páginas) • 1.105 Visitas
Introducción:
Por medio del presente resumen veremos la importancia de la Inteligencia Emocional en diversos parámetros, donde se explica la incidencia de campo anatómico – fisiológico dentro de la psicología del individuo. De alguna forma también se tratara de insertarnos en cada uno de los subtemas que se presentan en libro, observar la relevancia de la Inteligencia Emocional en cada uno de ellos y ver como este libro tiene incidencia dentro del Comportamiento Organizacional. Aunque me centrare principalmente en lo que el autor (Goleman) nos quiere trasmitir por medio de estas líneas y me basaré en él para el desarrollo. De todo lo que veremos a continuación abra un comentario personal el cual tratare de ser claro acerca del libro, sin más el desarrollo.
Desarrollo:
Una primera parte que englobaría el cerebro emocional donde se realiza una búsqueda de los resultados de los hallazgos referidos a la estructura emocional del cerebro donde se nos muestra que, el hombre siendo el animal racional por excelencia puede dejarse llevar por los impulsos emocionales más irracionales. Con esta primera parte, donde se realiza un estudio de casos reales que pueden ser sorprendentes, se demuestra que los impulsos emocionales pueden ser controlados, que es el camino más efectivo, y aun más importante, es que con esto esta la posibilidad de modelar los hábitos emocionales.
La segunda parte claramente diferenciada, sigue una línea lógica donde encargan la adaptación de datos neurológicos, a lo que denominamos inteligencia emocional, que amplia el modelo y otorga a las emociones un papel central en las aptitudes principales y a las diferencias originales que fomentan, por lo tanto, aunque la genética pueda determinar nuestro temperamento, el ritmo de las emociones es tan manejable que no se podría predecir nuestro destino partiendo de nuestro carácter o lo que es lo mismo este no determina nuestro futuro.
Un tercera parte que podría resumirse en el concepto “aprender a ser, aprender a aprender”. De que modo que el no saber dirigir la inteligencia emocional, aunque más que dirigir seria controlar las deficiencias emocionales, pueden traer un aumento de las posibilidades de lo que podríamos llamar peligros, que van desde el abuso de las drogas, la depresión, violencia, etc.
La visión de la naturaleza humana, que pasa por alto el valor de las emociones, es lamentablemente ciega. La preferencia dada hasta ahora al aspecto racional del hombre resulta engañosa, dadas las evidencias que otorga tanto la experiencia como los estudios científicos respecto del lugar que ocupan las emociones en la vida.
Daniel Goleman, psicólogo norteamericano, bajo el término de “Inteligencia Emocional” recoge el pensamiento de numerosos científicos del comportamiento humano que cuestionan el valor de la inteligencia racional como ejemplo de éxito en las tareas concretas de la vida, en los diversos ámbitos de la familia, los negocios, la toma de decisiones, el desempeño profesional, etc. Citando numerosos estudios Goleman concluye que el Coeficiente Intelectual no es un buen ejemplo del desempeño exitoso.
La inteligencia pura no garantiza un buen manejo de los sucesos que se presentan y que son necesarios enfrentar para tener éxito en la vida.
La Inteligencia Académica tiene poco que ver con la vida emocional, las personas más inteligentes pueden hundirse en los peligros de pasiones desenfrenadas o impulsos incontrolables. Existen otros factores como la capacidad de motivarse y persistir frente a decepciones, controlar el impulso, regular el humor, evitar que los trastornos disminuyan la capacidad de pensar, mostrar empatía, etc., que constituyen un tipo de Inteligencia distinta a la Racional y que influyen más significativamente en el desempeño en la vida.
El concepto de “Inteligencia Emocional” destaca el papel predominante que ejercen las emociones dentro del funcionamiento psicológico de una persona cuando ésta se ve enfrentada a momentos difíciles y tareas importantes: los peligros, las pérdidas dolorosas, la persistencia hacia una meta a pesar de los fracasos, el enfrentar riesgos, los conflictos con un compañero en el trabajo. En todas estas situaciones hay una involucración emocional que puede resultar en una acción que distinga de modo exitoso o bien interferir negativamente en el desempeño final. Cada emoción ofrece una disposición definida a la acción, de manera que el repertorio emocional de la persona y su forma de operar influirá decisivamente en el éxito o fracaso que obtenga en las tareas que emprenda.
Este conjunto de habilidades de carácter socio-emocional es lo que Goleman definió como Inteligencia Emocional. Esta puede dividirse en dos áreas:
• Inteligencia Intrapersonal: Capacidad de formar un modelo realista y preciso de uno mismo, teniendo acceso a los propios sentimientos, y usarlos como guías en la conducta.
• Inteligencia Interpersonal: Capacidad de comprender a los demás; qué los motiva, cómo operan, cómo relacionarse adecuadamente. Capacidad de reconocer y reaccionar ante el humor, el temperamento y las emociones de los otros.
Sobre La Inteligencia Emocional
El planteo de D. Goleman propone a la inteligencia emocional como un importante factor de 'éxito', y básicamente consiste en la capacidad - aprendible - para conocer, controlar e inducir emociones y estados de ánimo, tanto en uno mismo como en los demás. Dentro de esta inteligencia existen dos asuntos:
1) Aparentemente habría otra inteligencia, además de la inteligencia convencional o propiamente dicha que todos conocemos, y que siempre la hemos relacionado con el conocer y manejar ideas. La inteligencia emocional guarda relación, en cambio, con el conocimiento y el manejo de las emociones.
2) Tal vez buena parte del impacto comercial de la expresión "inteligencia emocional" se deba al llamativo contraste que sugiere entre las esferas racional y afectiva, o entre "el cerebro y el corazón".
Siempre hemos creído, en efecto, que cuando razonábamos bien lo hacíamos fríamente, y que cuando estábamos emocionalmente perturbados no podíamos razonar, con lo cual inteligencia y emoción resultaban incompatibles. Sin embargo, en la concepción de Goleman la inteligencia y las emociones son conciliables, en la medida en que puedan llegar a un equilibrio donde la inteligencia no se deja sobrepasar por las emociones sino que, al contrario, puede controlarlas y dirigirlas de manera de poder alcanzar resultados eficaces o 'exitosos’. El adjetivo 'exitoso' que suele utilizar Goleman es lo suficientemente confuso como para querer decir que un hombre que ha llegado de cadete a gerente general en veinte años es tan exitoso como un asesino
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