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Danny The Dog Analisis Psicologico


Enviado por   •  31 de Mayo de 2013  •  2.166 Palabras (9 Páginas)  •  2.367 Visitas

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Introducción

Este film nos ofrece la posibilidad de reflexionar acerca de varias cuestiones nodales de la relación entre ética y educación: el supuesto de aprendizaje que orienta las acciones del educador, la concepción del sujeto que subyace a tales aprendizajes y el papel de lo singular, mediado por la introducción de la música, subvirtiendo tal dimensión de aprendizaje. Por otro lado, se patentiza el lugar central de la familia en la constitución subjetiva del niño y la imposibilidad de constituir un referente parental desde la usurpación del lugar paterno. A partir de la operatoria del personaje de Bart, se establece un paralelo con los apropiadores de niños en la última dictadura militar en Argentina. ¿Qué sujeto supuesto al aprendizaje sostiene el conductismo a ultranza de Bart? ¿Qué posibilidades se abren para el sujeto cuando es alojado en su singularidad?

El sujeto supuesto al aprendizaje

En relación con la teoría de aprendizaje supuesta, el film nos confronta con prácticas de adiestramiento propias de un conductismo a ultranza. Tal como lo señala el título del film, el entrenamiento de Danny es equiparado de manera explícita al de un perro. ¿Qué diferencias hay entre el adiestramiento del perro de Pavlov y el adiestramiento de Danny? A partir del aprendizaje asociacionista, el perro de Pavlov responde de manera condicionada con la salivación al escuchar un determinado timbre musical. Danny, al percibir que su “dueño” le saca el collar, responde con el ataque. En los dos casos está presente el modelo asociacionista de estimulo respuesta. Dicha asociación se lleva adelante a partir del reforzamiento de la relación entre ambos términos. Bart, el dueño de Danny, refiere en varios momentos del film, la frase que le repetía su madre: “Tómalo desde pequeño y verás que las posibilidades son infinitas.” Siguiendo esta sugerencia, Bart entrena a Danny desde que tiene cuatro años como su perro de ataque y lo convierte en una máquina de matar. Este animal, sumiso a las órdenes de su amo, le prodiga buenos dividendos y escasos problemas. El perro de Pavlov y el perro de Bart obedecen, casi involuntariamente, al condicionamiento.

Danny sólo sale de su mutismo animal para preguntar por su madre. Bart le responde entonces que ella había sido una prostituta que lo abandonó y que si él sobrevivió fue debido a la bondad de Bart. Se monta así una historia fraudulenta que día y noche paraliza a Danny en su cucha, apenas acompañado de un libro infantil y un osito de peluche como únicos objetos transicionales. Objetos que han logrado migrar de una vida pasada, ajena y olvidada.

A través de lo que se dio en llamar el “manifiesto conductista", el psicólogo norteamericano John Watson (1878-1958) postuló su teoría en términos pretendidamente científicos y objetivos. Watson sostenía que la psicología debe ser científica, para lo cual ha de ajustarse a los criterios y métodos de las ciencias biológicas y en última instancia de las físico-químicas. El objeto, para que sea medible, observable y verificable ha de ser un objeto ajeno al informe introspectivo de los sujetos. No puede ser otro, entonces, que la conducta, y su método es la observación del comportamiento humano. El sujeto pierde así su subjetividad para adoptar una objetividad neutral y científica.

Watson fue un psicólogo empecinado en convertir a la psicología en una ciencia según el modelo de las ciencias físico-químicas y de las ciencias biológicas, tomando a aquéllas como base de su razonamiento. Su tesis de doctorado se ocupó de la complejidad creciente de la conducta de las ratas. Del adiestramiento de las ratas en el laberinto, al adiestramiento de lo humano en las instituciones educativas, hubo sólo un paso. La película The wall (Alan Parker, 1982) mostró en su momento los estragos subjetivos que ocasionó el conductismo watsoniano llevado a las escuelas inglesas –recordar las imágenes célebres del film, en el que una gran maquinaria se alimentaba de la diversidad subjetiva para triturarla y homogeneizar a los alumnos en una masa amorfa-. Watson era poco conocedor de filosofía y de epistemología, lo que le impidió examinar con profundidad los supuestos que estaban implícitos en sus postulados.

A pesar de su desinterés por el tema filosófico, en algún momento expresó cierta admiración por el empirismo inglés, aquella corriente del pensamiento filosófico que considera que la experiencia es la base del conocimiento. No sólo desde el punto de vista de la ciencia, sino desde el punto de vista subjetivo, a la conciencia -el pensamiento, la reflexión humana-, se la considera basada en los datos suministrados por la experiencia sensible. En palabras del propio Watson:

“...para explicar las conductas no necesitamos más que las leyes ordinarias de la física y de la química. Al igual que en estas ciencias, hay en la conducta muchas cosas que no podemos explicar, mas donde terminan las experiencias objetivamente verificables comienzan las hipótesis y las teorías, pero incluso las teorías y las hipótesis deben ajustarse a los términos de lo que ya se conoce acerca de los procesos físico químicos”.

¿Cómo define entonces Watson a la psicología? Como una rama objetiva y experimental de la ciencia natural, cuyo objeto es la conducta humana. La psicología así concebida no tendría ningún problema en definirse como ciencia, porque simplemente es una rama de las ciencias natu¬rales. Sus postulados fundamentales se derivan de lo que antes hemos mencionado:

1) toda conducta se compone de respuestas objetivamente analizables; una conducta humana compleja puede ser analizada en unidades de respuesta simples, cada una de las cuales es a su vez objeto de un análisis en términos de estímulo-respuesta, incondicionados y condicionados.

2) la conducta siempre se compone de movimientos musculares y secreciones glandulares, es decir que en última instancia puede ser entendida como procesos físicos y químicos.

3) las respuestas desobedecen a un estricto determinismo: a todo estímulo sigue una respuesta y toda respuesta es respuesta a un estímulo, de modo tal que pueden establecerse relaciones causales casi mecánicas entre estímulos y respuestas.

4) los procesos de conciencia no pueden ser estudiados científicamente.

Evidentemente, Watson estaba convencido de que los seres humanos llegarán a ser aquello que su ambiente les imponga. Esta concepción, por supuesto, tiene efectos sobre cómo entender el problema de la responsabilidad humana, de los valores, de la libertad, e incluso de la ética,

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