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¿De qué manera se puede aplicar la visión de la psicología humanista en la intervención psicológica en las cárceles?


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2022  •  Documentos de Investigación  •  1.294 Palabras (6 Páginas)  •  105 Visitas

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¿De qué manera se puede aplicar la visión de la psicología humanista en la intervención psicológica en las cárceles?

Partiendo de la definición propuesta por Galende-1997 (citado en Bravo, 2012, p. 3 ) frente a la salud mental, tiene la iniciativa de abordar a la persona involucrada en el contexto carcelario, desde un punto de vista totalmente apartado del “objetivo jurídico-legal”, en su lugar, la finalidad es tener un encuentro en el cual el sujeto olvide las condiciones en las que se encuentra sumergido, y logre aprovechar este espacio con el terapeuta, como un medio para poder reflexionar y por ende manifestar su aflicción, al igual que su intención o expectativa del proceso.

Pues bien, aunque el propósito es que al final el sujeto pueda tener una rehabilitación “completa” para así poder incorporarlo nuevamente en la sociedad, Según García-Borés (2003) (citado en González et al, 2018, p. 3) en el camino se suman diversos problemas, como lo puede ser el hecho de que en aquellas instituciones al impedir una libertad y vivir bajo un mando estricto, se lleva al individuo por un camino opuesto del “buen ciudadano”, esto es por que su campo social, personal y contextual se ven afectadas por que la persona descuida su capacidad y potencial necesario para poder adaptarse y tener una vida en libertad, osea, fuera de la cárcel. (Sanz, 2004 (citado en González et al, 2018, p. 3))

Además, la posición que tienen frente a los psicólogos es de desaprobación, debido a que como ya se ha mencionado, relacionan su intervención con un tipo de control por parte de una autoridad encubierta que pretende juzgarlos, vigilarlos, de modo que los pueda llevar al castigo.

Ahora bien, según (Foucault, 1975 (citado en González et al, 2018, p. 11 )) también puede presentarse la situación en la que ya no se vean con “ojos de autoridad” al terpaeuta, y por ende hay una aprobación, cuanto la persona ve reflejado en él un lazo de ayuda, amistad y comprensión de la situación.

En el transcurso del tiempo se han instaurado modelos teóricos en los que se busca un crecimiento y mejora en la persona gracias a la terapia. Aún cuando los psicólogos reconocen las implicaciones de este proceso, se ha instaurado el no tener que seguir un patrón de pasos en la terapia, puesto que esta no es lineal, no se puede predecir cuál va a ser el avance específico de la persona, se desconoce si por el contrario en algún momento pueda retroceder. (Negredo, L. Pérez, M. 2019, p. 41). En algunos casos, como lo es por ejemplo; un agresor sexual, usualmente se presentan recaídas, o reincidencia delictiva, lo que dificulta aún más ya que en la mayoría de situaciones se debe comenzar nuevamente el proceso.

La motivación que puede presentar la persona es el punto central en la terapia. Pues es allí cuando tiene la iniciativa de reconocer y aceptar su situación, y allí tener la libertad de decidir ser mejor.

(Redondo (2017) citado en Negredo, L. Pérez, M. 2019, p. 41) señala que si en cambio la persona presenta algún rechazo, o bien espera algún tipo de beneficio con la terapia, no va a tener ningún resultado bueno. Por esta razón, propone que el psicólogo debe plantear una ruta en donde el objetivo sea destacar la motivación, tanto al inicio, como en el transcurso de la intervención. Esto con el fin de que el sujeto abandone el proceso.

Teniendo en cuenta la psicología carcelaria y centrándose en el método humanista. Uno de los referentes importantes que puede aportar con su teoría sería Maslow () puesto que propone ciertas características que determinan a las personas como el fruto del ambiente. Bien sea el afrontar ciertas situaciones positivas o negativas , al igual que las crisis.

Refiere que deben haber personas autorrealizadas, que se pueden considerar como conscientes con su posición delictiva en la cárcel, y así de la realidad que están afrontando, tanto con ellos mismos como con la sociedad. Así mismo, la honestidad para reconocer sus propios sentimientos, acciones, y por ende confiar en sus habilidades. De este modo, poder alcanzar cierta confianza frente a sus proyectos de vida, y dejar de lado el rechazo social.

Por otro lado, la presión que se ve en estos ambientes les puede llegar a generar un bajo nivel de autoestima e inseguridad por el rechazo externo, que genera el sentimiento de no tener una buena reinserción en la sociedad.

De igual manera, teniendo en cuenta otras posturas, se encuentra la teoría de Erich Froom (), el cual indaga sobre 3 características que se relacionan hacia el miedo de la libertad en el ámbito carcelario. El ejemplo sería aquella jerarquización que se mantiene en las cárceles, viéndose reflejado la pérdida del autoritarismo, ya que la tradición que se ha mantenido en estos lugares es que aquella persona que ingresa con un delito mayor, tiene más grado de autoridad, el cual tiene un efecto negativo en los demás, debido a que pierden su autonomía (no tienen la capacidad de decidir sobre sí mismos, bien sea porque buscan un beneficio, siguen el ritmo cotidiano de los demás o simplemente el miedo de tener un castigo por parte de aquel mando).

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