Dejaras a tu padre y a tu madre

Dejaras a tu padre y a tu madre

Capítulo 3. ¿Qué transmitimos a nuestros hijos?

En esta modernidad nos concentramos en el bienestar, desde que nacemos tenemos el derecho de gozar de un bien, así como el de asegurar el bien de las generaciones venideras. Se define el bienestar como lo útil para…, es decir, se muere la ontología como orden de la naturaleza humana, ahora es el interés de…, y estas son variables según los momentos y los lugares, esto los hace susceptibles a definirse en determinado momento para determinada nación.

Jeremy Bentham es el promotor del utilitarismo,  una corriente de la ética según la cual lo que es útil es bueno y, por lo tanto, el valor de la conducta está determinado por el carácter práctico de sus resultados, junto con Stuart Mill, definieron esta ley fundándola como el principio de la mayor felicidad para el mayor número.

Entonces se tiene que la felicidad no es el bien si no lo que se dice con respecto a los bienes, entonces no es algo íntimo, es algo del llamado tribunal de la opinión pública, es ahora este quien decide que es tener salud física y mental, quien es intelectualmente superior e inferior, así como la situación económica y política.

Las personas ya no tienen un freno en su conducta, esta desmesura lleva a la violencia hacia sí mismo hacia el otro; de aquí surgen las dos pasiones humanas más cercanas al mal o a la infelicidad, temor o fobia de lo que puede ser peligroso y en el otro extremo la piedad y la compasión hacia los demás que se han convertido en victimas del peligro.

Se toma el tema de la salud, puesto que en una situación de peligro, las personas se vuelven frágiles y desamparadas. Es ligado a esto que existe una ley del bienestar, y con ella una definición de lo que es salud, que no es una simple ausencia de dolor o un cese de dolor gracias a una curación. La salud es positiva, totalizadora, es la felicidad en la tierra, la plena satisfacción de los deseos.

Según la ley del bienestar, este debe ser transmitido de los padres a los hijos, aunque hoy en día el tercero social interfiere cada vez más en el proceso de esta transmisión. El pediatra, la asistente maternal o social, o el maestro, a veces el psicólogo o el juez son los que en nombre de la ley del bienestar aclaran a los padres sus competencias y juicios.

Se habla de la ley del deber, donde se habla  de la ley moral de lo útil y del sentimiento de bienestar, donde se somete a los azares de la sensación de placer o displacer, Me siento bien…, no me siento bien…

La ley moral tiene dos caracteres, el primero es que es incondicional, es decir, que no es un medio para cumplir una meta previamente definida, como tiende a funcionar la ley del bienestar. La ley moral no está condicionada por el sentimiento, el afecto y la eventualidad de una felicidad.

En todos los casos tiene el valor de la ley universal, sin argumentación ni justificación en función de la singularidad. La modernidad asistió a la destitución del dirigente y del padre como autor de la ley del deber. La ley es la que habla por sí misma y no porque la madre o el padre hayan decidido hablar.  

Capítulo 4. ¿La tercera ley?

Esta ley ordena las relaciones entre grupos, entre familias, las de un hombre con una mujer y de una mujer con un hombre. Esta ley existe desde el origen de la humanidad, se cita el génesis donde se lee la palabra de Yahvé: Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne.

Reglas negativas en el sentido de que, mediante la prohibición del incesto, lleva a las familias biológicas a engendrar nuevas familias por el oficio de las cuales, solamente, el grupo social lograra perpetuarse.

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