Depresión. Los pacientes depresivos

Depresión

La depresión es hoy día una de las enfermedades más propagadas a nivel mundial. El contexto social  en el que se ve inmerso el hombre es el ideal para que sus variadas relaciones interpersonales se vean afectadas por subjetividades y objetividades de todo tipo, paso gigante para la aparición de episodios depresivos. Así inferimos que  “(…) el hombre es una realidad biológica, pero sobre todo cultural, y que el comportamiento humano adquiere su significación plena en la cultura. Nos organizamos socialmente (y enfermamos) en el marco de una cultura.” (Aguirre, 2008, P. 566).

Ahora bien, según la OMS se estima que la depresión es la cuarta enfermedad que más incapacidad genera en el mundo. También, pronostica que irá en aumento la misma, debido a que es la enfermedad psiquiátrica más frecuente; puede presentarse a cualquier edad, con más regularidad en unas edades que en otras. De esta manera encontramos que

La depresión es un problema mayor de salud pública asociada a un aumento de discapacidad funcional y mortalidad. En estudios realizados en comunidad, la depresión mayor definida de acuerdo a los criterios del DSM-IV, tiene una prevalencia puntual de aproximadamente 8 a 10% en mujeres y 3 a 5% en varones, y una prevalencia de vida de aproximadamente el doble de la prevalencia puntual. (Caballero y Mori, 2010, p. 86)

Debemos tener en cuenta que la depresión la podemos clasificar en tres subtipos, a saber:

Depresión mayor: se caracteriza por que los síntomas depresivos son intensos y duran periodos de tiempo extensos.

Distimia: se caracteriza por poseer síntomas más leves que los de la depresión mayor, sin embargo su carácter incapacitante es muy fuerte, debido a que se recurrencia temporal es elevada, es decir, puede presentarse por años.

Trastorno adaptativo: se vincula con síntomas depresivos leves que se presentan en periodos de tiempo cortos y re centra en un factor estresante que ha padecido el paciente.

Sin embargo, hay una generalidad en encontrar trastornos depresivos que se centran en problemas tanto psiquiátrico como no psiquiátricos; trastorno bipolar y anemias, esclerosis e hipertiroidismo, entre otras, respectivamente hablando. Ahora bien si tomamos en cuenta que “la depresión está poderosamente asociada con pobres pronósticos en una variedad de situaciones relacionadas a la salud, incluyendo el estatus funcional y de la salud percibida por uno mismo.” (Caballero y Mori, 2010, p. 88) tenemos que la sintomatología de la depresión se divide en varios tipos, entre estos podemos encontrar: los factores relacionados con la personalidad (inseguridad, dependencia, hipocondría, perfeccionismo, entre otras); factores ambientales (económico, familiar, de salud); factores biológicos (alteración cerebral __área  frontal y límbica__, alteración en neurotransmisores __serotonina, noradrenalina y dopamina__ y alteraciones genéticas.

La organización Mundial de la Salud (OMS, 2003) define a la depresión como un transtorno del estado de ánimo que se caracteriza por la pérdida de la capacidad del individuo para interesarse y disfrutar de las cosas. Alteración que afecta de manera significativa la funcionalidad del individuo en sus principales áreas de actividad. La depresión se acompaña también de cambios en el sueño, apetito y psicomotricidad, disminución de la atención, concentración y capacidad para tomar decisiones, pérdida de la confianza en sí mismo, sentimientos de inferioridad o inutilidad y culpa, así como de desesperanza, y pensamientos de muerte recurrentes con ideación, planeación y otros actos suicidas.

Los pacientes depresivos manifiestan un trastorno del pensamiento como consecuencia de un alteración en el estado de ánimo, según el psiquiatra, investigador y fundador de la Terapia cognitiva, Aaron T. Beck (1967) existe una alteración previa en el pensar que causa el desarrollo de la alteración del estado de ánimo. Por ejemplo, para Beck, las personas que desarrollan un depresión tienen esquemas relacionados con la depreciación de sí mismo; aquellos que despliegan estados de ansiedad parten de esquemas en los que entra como componente la anticipación del daño personal (Mendels,1977). A nivel fisiológico en la depresión están implicadas unas sustancias químicas llamadas neurotransmisores, estas ayudan a las células nerviosas del cerebro a transmitir mensajes entre cada una de ellas, encargadas también de regular el estado de ánimo y al no tener las cantidades necesarias es posible que se dé la depresión. Otra variable que puede desarrollar el riesgo de depresión es la caída de los niveles de dopamina, ya que este neurotransmisor está relacionado con la expresión de las emociones. La regulación emocional se ve especialmente afectada en la depresión.

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