Desarrollo De Competencias En Educación Primaria
Enviado por ErickaTorrijos • 12 de Noviembre de 2011 • 3.377 Palabras (14 Páginas) • 1.107 Visitas
DESARROLLO DE COMPETENCIAS EN EDUCACIÓN PRIMARIA.
Ericka Torrijos Torrijos.
Qué es la educación por competencias? ¿Cuándo surgen las competencias?, ¿Dónde surge el modelo por competencias?, ¿Qué pretende la reforma curricular?, ¿Hacia dónde queremos ir con el modelo por competencias?, ¿Cómo se generan las competencias? Cómo evaluar por competencias?
La transformación educativa, planteada en el Plan Nacional de Desarrollo 2007 - 2012, junto con los objetivos señalados en el Programa sectorial de Educación 2007 – 2012 (Prosedu), han sido considerados para dar sentido y ordenar las acciones de política educativa en el México de las próximas décadas. Con el propósito principal de “elevar la calidad de la educación para que los estudiantes mejoren su nivel de logro educativo y contribuyan al desarrollo nacional” (SEP, 2009). Y para el logro de este objetivo se plantea “realizar una reforma integral de educación básica, centrada en la adopción de un modelo educativo basado en competencias que responda a necesidades de desarrollo del México en el siglo XXI” (p.23).con la finalidad de articular eficientemente el preescolar, la primaria y la secundaria.
Las competencias movilizan y dirigen todos los conocimientos hacia el logro de objetivos concretos y se manifiestan en la acción de manera integral. (Ramos, 2009). El origen de este enfoque se remonta a los años 60 del siglo pasado, cuando se planteó la necesidad de relacionar la educación con el mundo del trabajo. Años después, cuando Ernesto Zedillo era el titular de la SEP, se aplicaron las primeras modalidades en el sistema educativo. (RAMOS, 2009). “En 1993, la SEP y la STPS crearon el Sistema Normalizado por Competencias Laborales y el Sistema de Certificación Laboral. El propósito de la educación basada en normas de competencia era proporcionar educación técnica y capacitación a los trabajadores, así como combinar la educación y el trabajo”.
En la era de la globalización, cuando los cambios en el mundo se dan de una manera vertiginosa, sobre todo por lo que se refiere a la tecnología de punta, el desarrollo de las competencias requiere ser comprobado en la práctica mediante el cumplimiento de criterios de desempeño claramente establecidos, lo cual implica las evidencias, esto es, las acciones concretas y los productos que se deriven de tales acciones
A partir de 1998 la UNESCO recomienda “vincular el sector productivo con la escuela, especialmente con los niveles profesional y la preparación para el empleo”. Los lineamientos de este enfoque alcanzan ya el diseño de un nuevo modelo educativo basado en competencias, que abarca todos los niveles. En estos momentos estamos presenciando cómo a través de una reforma curricular la educación por competencias llega al nivel básico.
La educación basada en competencias, lejos de ser una educación atomizada, de corte conductual y fragmentada, tiene ventajas que inciden significativamente en diferentes áreas del proceso educativo, abriendo perspectivas más dinámicas, integrales y críticas.
Disponer de los conocimientos, destrezas y aptitudes necesarias para ejercer una profesión, que pueda resolver los problemas de forma autónoma, flexible y que esté capacitado para colaborar en su entorno profesional y en la organización del trabajo. La UNESCO la define en (1996): “Una competencia es el conjunto de comportamientos socio afectivos y habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y motoras que permiten llevar a cabo adecuadamente un desempeño, una función, una actividad o una tarea”.
La educación basada en competencias es una nueva orientación educativa que pretende dar respuesta a la sociedad del conocimiento. El concepto de competencia, tal y como se entiende en la educación, resulta de la nuevas teorías de cognición y básicamente significa saberes de ejecución.
De acuerdo con el proyecto DeSeCo de la ocde (2002: 8
Una competencia es la capacidad para responder a las exigencias individuales o sociales, o para realizar una actividad o una tarea. Este enfoque externo–orientado por la demanda, o funcional– tiene la ventaja de llamar la atención sobre las exigencias personales y sociales a las que se ven confrontados los individuos. Esta definición centrada en la demanda debe completarse con una visión de las competencias como estructuras mentales internas, en el sentido de que son aptitudes, capacidades o disposiciones inherentes al individuo. Cada competencia reposa sobre una combinación de habilidades prácticas y cognitivas interrelacionadas, conocimientos (incluyendo el conocimiento tácito), motivación, valores, actitudes, emociones y otros elementos sociales y de comportamiento que pueden ser movilizados conjuntamente para actuar de manera eficaz.
Aunque las habilidades cognitivas y la base de conocimientos sean los elementos esenciales de una competencia, es importante no limitarse a la consideración de estos componentes e incluir también otros aspectos como la motivación y los valores.
Por su parte, para la Comisión Europea (2004: 4 y 7): Se considera que el término “competencia” se refiere a una combinación de destrezas, conocimientos, aptitudes y actitudes, y a la inclusión de la disposición para aprender, además del saber cómo. [...] Las competencias clave representan un paquete multifuncional y transferible de conocimientos, destrezas y actitudes que todos los individuos necesitan para su realización y desarrollo personal, inclusión y empleo. Éstas deberían haber sido desarrolladas para el final de la enseñanza o formación obligatoria y servir de base para un posterior aprendizaje como parte de un aprendizaje a lo largo de la vida.
Estas definiciones señalan algunos componentes del concepto de competencia, el primero se refiere a la movilización (Perrenoud, 2002) de los conocimientos. Ser competente significa, desde este enfoque, ser capaz de activar y utilizar ante un problema el conocimiento que el alumno o la alumna tienen. La integración de los distintos tipos de conocimientos que los estudiantes deberían aprender gracias a la educación escolar es el segundo componente –se aprenden de distinta manera los conocimientos conceptuales, las habilidades, los valores y las actitudes– y es preciso tener en cuenta esta especificidad a la hora de enseñarlos y evaluarlos (Coll, 1991). El tercer aspecto es la importancia del contexto en que se produce el aprendizaje y el contexto en que hay que utilizarlo posteriormente; se destacaría la necesidad de enseñar a los alumnos y a las alumnas a transferir lo aprendido en una situación concreta a otras muchas. La generalización del aprendizaje no se produciría a través de una abstracción desde un contexto a cualquier
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