Desarrollo Emocional Del Niño, Psicoanalisis

Autor: Linda Dávila

Universidad Pontificia Bolivariana

Año 2012

DESARROLLO EMOCIONAL DEL NIÑO

Para entender el desarrollo emocional del niño desde el psicoanálisis, Anna Freud (1947) nos describe la importante de conocer que, durante las diferentes investigaciones psicoanalíticas que se llevaron a cabo en conexión con el estudio y el tratamiento de las enfermedades neuróticas, se demostró la existencia de una sexualidad infantil. Durante este periodo de la niñez, esta sexualidad no está enfocada al propósito de la reproducción, es decir, constituye la base y el fondo del funcionamiento genital posterior. El niño está constantemente buscando sentir placer.

Ahora bien, existen etapas o fases infantiles en donde se desarrolla el Libido. En la etapa oral, las sensaciones que pueda experimentar a nivel oral constituyen su primera experiencia placentera cuya naturaleza es sexual. En la etapa anal, por todo el proceso de eliminación fecal, existe la tendencia a tocar sus propios excrementos y untarse con ellos. Durante la siguiente etapa el niño, desvía su atención ahora, para concentrase en la parte genital, comienza en esta etapa una comprensión de la diferenciación de sexo (niño y niña) el niño se siente orgulloso por la exhibición del pene por el contrario la niñas sienten envidia del pene. La actividad central de la etapa fálica, es la masturbación genital.

Después de abordar resumidamente las primeras etapas en la niñez, es significativo entender que durante este desarrollo emocional, aparece el instinto agresivo, en las primeras etapas mencionadas, este se presenta primeramente en el sadismo anal. Porque los niños de esta edad como afirma la autora Anna Freud (1947) son agresivos, destructivos, tercos, dominantes y posesivos; durante la fase fálica, la agresión aparece con las actitudes de virilidad, postura protectora, temeridad frente al peligro y competitividad.

A medida que avanzamos en las diferentes etapas, encontramos que el niño satisface una pequeña porción de sus necesidades sexuales y agresivas mediante su propio cuerpo, estas actividades auto eróticas son llamadas “malos hábitos” de la niñez. Las personas que rodean al menor se han empeñado en quitar.

Para un mejor desarrollo emocional del niño, es necesario que la abrumadora mayor parte de los deseos sexuales y agresivos se vuelvan hacia afuera y busquen satisfacción en su medio externo. Abordando este punto, las personas del medio inmediato del niño, que por lo general son los padres, se convierten en los objetos amorosos. Ellos adquieren una máxima importancia para toda la vida emocional e instintiva del niño.

Winnicott (1998) en su apartado “Acerca de los niños” nos muestra una breve descripción de la importancia de los padres en el proceso.

La Madre como objeto, desempeña un papel en la vida del menor en la medida en que proporcione satisfacción y elimine el displacer. Pero como lo afirma Winnicott (1998) si la relación entre madre e hijo supone ser angustiosa, en el sentido, en que se presente dificultades de adaptación de la madre, por los cambios que implica el cuidado del bebe. Obstaculizara el proceso de desarrollo del menor. La madre debe despojarse de sus intereses personales, y concentrarse en él bebe. E igualmente si la madre tiende a estar por lo general preocupada por algo, el niño se convertirá entonces en su preocupación

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