Desarrollo Psicológico Del Niño De 2 A 6 años
Enviado por almendrabishop • 7 de Febrero de 2012 • 2.487 Palabras (10 Páginas) • 1.145 Visitas
DESARROLLO PSICOLÓGICO
DEL NIÑO DE 2 A 3 AÑOS
Alrededor de los 2 años, el Sistema Nervioso del niño alcanza la madurez necesaria para acceder a nuevos aprendizajes, coordinar mejor sus movimientos,...pero su capacidad de detener la acción y su voluntad aún no.
Le es más fácil comenzar una acción, que dejar de hacerla; ello hará que, en un momento dado, pueda coger rabietas y no sepa cómo salir de ellas, pueda pegar y/o morder, dar patadas,...
El control de su postura le permite ponerse de puntillas, intentar mantenerse sobre un pie, apilar en equilibrio más cubos que antes,...El movimiento es para él una necesidad, así como una fuente de placer.
Una nueva adquisición señalará un importante avance en la autonomía del niño, como resultado de su madurez. Se va a ir produciendo el control, diurno sobre todo, de los esfínteres y, alrededor de los 2 años y medio también nocturno.
Esta adquisición será aún frágil; cualquier cambio en el entorno del niño puede hacerle retroceder. En ese caso, se hará necesario ser muy comprensivo con él, no dramatizar más de la cuenta. En breve, volverá a recuperar dicho control.
Para que el niño vaya avanzando en su autonomía, habrá que asegurar que su curiosidad natural no se vea frenada, siempre y cuando no se ponga en peligro su seguridad ni la de los demás. Será esta curiosidad la que le impulsará a seguir aprendiendo.
En la medida de lo posible, no se dejará a su alcance objetos susceptibles de prohibírsele, por peligrosos o frágiles; si ello ocurre, será más conveniente distraer su interés hacia otro objeto antes que la prohibición.
El niño entra ahora en la llamada "fase del negativismo" o de oposición, en la que la actitud predominante va a ser de protesta o negación ante lo que se le dice o se pretende que haga.
Tanto puede aparecer de forma gradual, como bruscamente, transformando al niño de un día para otro. La cuestión más insignificante puede convertirse en el mayor de los conflictos; será difícil saber por dónde va a salir su oposición. Su afán por demostrar su independencia, le hará a veces hacer sólo cosas prohibidas.
El conocer la existencia de esta "crisis de los 3 años" hará su obstinación más llevadera y comprensible, y se podrá ser más tolerante; por lo menos debería de ser así.
Un enfrentamiento rígido y abierto a su oposición hará más difíciles las cosas y no le ayudará a superar esta fase; todos conocemos personas mayores que parecen estar aún en esta fase.
Se favorecerá al máximo su autonomía.
Si entra en rabietas (pues pretenderá la satisfacción inmediata de sus deseos) , habrá que intentar mantener la calma, sin intentar razonarle , ni por supuesto pegarle, y dejar pasar el momento crítico sin ceder en el motivo que la ha generado (punto fundamental si no nos queremos ver metidos en un círculo desagradable).
Suelen ir dirigidas contra los padres; raras veces lo hará contra otros adultos ni contra niños de su edad. La crisis de los tres años es pasajera, pero no así los avances en autonomía y y afirmación de sí mismo del niño, que supondrán algo muy importante en su desarrollo.
El niño de esta edad, generalmente, juega solo o junto a otro niño, en paralelo. No sabe aún compartir sus juegos ni sus juguetes con otros niños. Durante el mismo, cambiará con frecuencia de una actividad a otra, aunque predominarán las llamadas "actividades motoras importantes" (correr, trepar, arrastrar,...)
En esta "edad mágica", el niño creerá todo lo que se dice. De ahí, que no debamos abusar de su credulidad: jamás le amenazaremos con la presencia de personajes malvados, ni con nuestro abandono o pérdida de nuestro afecto. El niño teme ser realmente abandonado. No debe utilizarse el miedo, para hacerle desistir de aquellas conductas "no convenientes".
En este período, existe entre los niños gran desigualdad respecto al lenguaje; la estimulación del medio marcará la diferencia, así como el nivel de inteligencia y de afectividad del niño.
A esta edad, el vocabulario aumenta considerablemente: se pasa de las 150 palabras (de los 2 años) a unas 1500 (a los 3 años), aproximadamente..
Podemos contribuir a enriquecer su lenguaje, hablándole, describiéndole las cosas que ve, lo que hace o ve hacer,...siempre pronunciando con claridad, respondiendo a sus preguntas (ésta es una edad preguntona).
Es importante procurar no anticiparse a sus deseos antes de que los exprese verbalmente: ello le llevará a ejercitarlo más.
El niño empezará a conocerse a sí mismo al final del 2º año; primero exteriormente, y luego interiormente. A los 2 años reconocerá a otras personas.
No debe olvidarse que los padres son los modelos a seguir por lo que hacen más que por lo que dicen. Asimismo, es conveniente favorecer el acercamiento del padre del mismo sexo al niño, para ir favoreciendo su identidad.
DESARROLLO PSICOLÓGICO
DEL NIÑO DE 3 A 4 AÑOS
Esta etapa es un punto culminante en el desarrollo del niño. Es un momento crucial: se produce la toma de "conciencia de sí mismo"; esto puede reconocerse en el uso que hace de los pronombres personales.
Al final del 3er año, el niño empezará a hablar de sí mismo en primera persona y no en tercera.
En esta edad hay una reestructuración global de todas las funciones psíquicas
Normalmente, a esta edad suele haber terminado la etapa del "no" o del negativismo. Ello hará que esta edad sea más fácil de tratar.
Su lenguaje va perfeccionándose, sobre todo a nivel de construcción: utilizará artículos, preposiciones, conjunciones,...
Va apareciendo el juego con otros niños, aunque le sigue gustando el juego en paralelo, así como el solitario. Aunque le sigue gustando cambiar a menudo de juego, dedicará cada vez más tiempo a la misma actividad.
Muestra grandes dosis de imaginación en su juego.
Creerá todo lo que le digamos. No hay que aprovecharse de ello para chantajearle o amedrentarle con la aparición de personajes malos con el objetivo de conseguir nuestros fines o de hacerle desistir de los suyos.
La línea de la "normalidad" de esa imaginación vendrá marcada por el hecho de si el niño sabe o no que está jugando.
Hay mejor y mayor coordinación en sus movimientos: sube y baja escaleras alternando los pies, abrocha y desabrocha sus botones,...
A esta edad, suelen aparecer los miedos con mayor intensidad que a los 2 o a los 4 años.
Ahora, podrá incluso expresarlos verbalmente.
Se produce un importante cambio: el niño es ahora capaz
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