Desarrollo Social Y De La Personalidad
Enviado por lucinava • 29 de Marzo de 2012 • 2.373 Palabras (10 Páginas) • 1.060 Visitas
desarrollo social y de la personalidad
La solución de una crisis de desarrollo da nacimiento a un aspecto particular del crecimiento de la personalidad asociado principalmente a una de las fases del ciclo vital.
En la fase inicial de la vida está la conquista de la confianza, seguida sucesivamente por la autonomía, la iniciativa, la habilidad, la identidad (intimidad), la generatividad y después, en la última etapa de la vida, el viejo deberá resolver la crisis de opuestos entre lograr la integridad o caer en la desesperación. El «logro de la integridad» significaría que en la etapa de la vejez es cuando el ser humano completa su devenir, seria la edad en que llega a ser completamente él mismo.
- Las teorías del ciclo de vida y del desarrollo del potencial humano consideran que la madurez es más factible de alcanzar en la última etapa de la vida. Por lo general, la crisis de la edad media favorece que el individuo tome conciencia del camino que ha recorrido y reconsidere su situación existencial y su preparación para la segunda mitad de su vida. Llegar a ser viejo no significa necesariamente haber alcanzado la madurez. El proceso de madurar lo explica Jung como el proceso de individuación, en donde el individuo se va constituyendo en un adulto completo y único a través de las diversas partes negativas y positivas que lo integran y que él acepta en toda su diversidad.
- Otros autores (A. Maslow, C. Rogers) han utilizado otros términos: La autorrealización o autoactualización que coinciden con el concepto de madurez, integridad o individuación. Este concepto implicaría el haber explotado todos los talentos, capacidades y posibilidades que existen potencialmente en todo ser humano. Lo anterior significaría alcanzar la sabiduría, que ha sido claramente descrita desde la antigüedad como una de las características de la senectud.
Características de personalidad relevantes al bienestar psicológico durante el envejecimiento:
l Expectativas de control o locus de control (L.C) de Rotter está relacionado con la sensación de control personal y autocontrol de las acciones y consecuencias que derivan de esas acciones humanas. El LC hace referencia a la causa o la raíz en la que el individuo piensa que se encuentra el control de los resultados de su conducta. Es un atributo de personalidad que mide el grado en el que las personas creen que son dueñas de su propio destino. Se distingue un locus de control interno (L.C.I) que la persona cree que su conducta esta bajo su propio control y un locus de control externo (L.C.E) que creen que están conducidos por factores externos que están fuera de su control. Los niveles de locus de control interno disminuyen al aumentar la edad, puesto que con la edad son más numerosos los acontecimientos negativos que viven las personas y no pueden evitar.
Las investigaciones han demostrado que cuanto menos control tienen los sujetos mas afectado se vera en un sentido negativo, su bienestar personal. Se ha encontrado que los sujetos internos tienen una adaptación positiva.
l Atribuciones causales: Las personas de edad parecen aceptar los estilos atributivos existentes en la sociedad (etiqueta negativa de la edad) lo que les lleva a actuar de forma consistente con esas etiquetas. Cuando una persona se autoetiqueta se autoevalúa a partir de creencias y sentimientos derivados de la edad. Rodin y Langer describen dos tipos de problemas que pueden disminuir los intentos de enfrentarse a las situaciones que surgen:
- Una tendencia a atribuir la mayoría de los síntomas físicos a la edad en si misma, lo que puede focalizar incorrectamente a la persona fuera de factores sociales y situacionales, convirtiéndose esta atribución en fuente de estrés al asociarse a la perdida de control sobre su vida.
- Atribuir los acontecimientos negativos al propio proceso de envejecimiento, los convierte en inevitables.
El impacto que cualquier acontecimiento tiene sobre la persona no sólo depende de sus elementos objetivos (intensidad de las características estresantes), sino también de cómo el individuo lo interpreta y le atribuye significado.
l Patrón de conducta tipo A: Perfil psicológico donde las personas del Tipo A se caracterizan por un impaciencia, altos niveles de competitividad y hostilidad y una constante implicación, hiperactividad, irritabilidad, son ambiciosos, agresivos, hostiles, impulsivos, impacientes crónicos, tensos y competitivos, ya sea con su medio ambiente como con ellos mismos, y sus relaciones interpersonales son problemáticas y con tendencia a la dominancia.
Algunos autores señalan que la vejez es resultado del ajuste existente en otras etapas de la vida. Se ha intentado relacionar el patrón de conducta tipo A con el bienestar en la vejez. Parece que las diferencias conductuales entre el patrón tipo A y tipo B están bien establecidos en una edad temprana y que colocan a los tipo A en un mayor riesgo de desarrollar trastornos cardiovasculares. Sturbe (1985) realiza un estudio basado en el supuesto de que a medida que aumenta la edad aumentan las limitaciones conductuales, y comprueba como los tipo A muestran mayor bienestar en la juventud que en la vejez, mientras que el tipo B mostraría mayor bienestar en la vejez.
La autoestima refleja la valoración del propio yo. La autoestima se encuentra asociada con la salud, las actitudes hacia el envejecimiento y la satisfacción con la vida pasada. Tener una buena autoestima, cuando envejecemos, es un buen índice de que la adaptación a circunstancias difíciles,. Niveles bajos de autoestima serían señales de la posibilidad de la aparición de sucesos depresivos.
La forma en que una persona negocia las experiencias y acontecimientos de su vida depende básicamente del contenido, organización y funcionamiento de su autoconcepto.
El autoconcepto es una organización que integra e interpreta la experiencia a lo largo del tiempo y le da continuidad y significado, regula el afecto y motiva a la persona. Los sucesos vitales que afectan a las personas en el envejecimiento, son factores de cambio en la personalidad.
Según la teoría de los ocho estadios de Erikson en el desarrollo del Ego, las personas ancianas alcanzan un estado de madurez en el que es posible la integración en la reconciliación y satisfacción con su vida pasada o la desesperación y el disgusto por los fallos cometidos.
En cambio, las teorías antiestadíos de la personalidad, consideran que el desarrollo y la adaptación no sigue un proceso lineal y se ven afectados por los acontecimientos históricos durante el ciclo vital, lo que contradice parcialmente la teoría de Erikson.
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