Desarrollo

La pregunta acerca de cuánto de lo que somos se lo debemos a nuestros genes o a nuestra experiencia, el dilema en otras palabras entre lo innato y lo adquirido, ha sido objeto de innumerables debates y estudios en el campo científico. Sabemos que existe una relación entre ambos factores hasta el punto de que es difícil determinar cuál contribuye más o cuál es el mecanismo implicado. Científicos del Picower Institute for Learning and Memory del MIT han descubierto recientemente un grupo de genes involucrados en la conexión entre nuestros genes y las influencias ambientales particularmente en momentos claves del desarrollo del cerebro.

Este trabajo intenta mostrar cómo patologías como el autismo por ejemplo, pueden ser genéticas al mismo tiempo que producto del ambiente. Mriganka Sur, Profesor de Neurociencia del Sherman Fairchild en el Picower Institute y jefe del departamento de ciencias cognitivas del MIT afirma que muchos genes requieren de cierta actividad para expresarse, expresión que a su vez puede ser modificada dependiendo de la actividad misma. En el cerebro algunos genes se expresan sólo en respuesta a estímulos del mundo exterior. Como un panel de interruptores que encienden y apagan las luces los genes que no reciben electricidad no se prenden por lo tanto no expresan sus proteínas particulares.

Sur y sus colegas encontraron un grupo de genes particularmente sensibles a un período crítico del desarrollo. La falta de proteínas de estos genes durante esta fase podría explicar el autismo. Sostienen que los distintos problemas asociados al autismo, como el lenguaje y el comportamiento social, están ligados a cambios en el cerebro que ocurren en estas etapas. Este es fundamentalmente un problema genético, afirman, pero los genes trabajan en conjunto con otras influencias, en el caso del autismo estas influencias todavía no se conocen pero podrían ser moléculas fabricadas por otros genes o químicos provenientes del medio ambiente.

La intención de los investigadores es precisar la correlación que existe entre aquello que proviene de la naturaleza – nature – y el medio externo o nurture. Al identificar cuáles genes son particularmente aptos para activar sus patrones de expresión en respuesta al medio externo sería posible potencialmente ubicar los genes que estarían implicados en los problemas de desarrollo.

Lo importante de estas investigaciones es que al comprender cómo los genes se modifican en respuesta a las influencias ambientales se podría algún día encontrar la manera de evitar o prevenir estos cambios.

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