Diferencias Entre Evaluacion Psicologica Infantil A La De Un Adulto
Enviado por cely17 • 9 de Abril de 2013 • 453 Palabras (2 Páginas) • 10.435 Visitas
Diferencias de las evaluaciones.
1.- El niño no acude a consulta por propia iniciativa ni se percibe a sí mismo como sujeto susceptible de evaluación y/o tratamiento psicológico. Son los adultos los que lo remiten y, por tanto, el planteamiento del problema, motivo de consulta, vendrá condicionada por los valores de los adultos y las expectativas que éstos tengan sobre el niño.
En cambio los adultos acuden a consulta por voluntad propia al darse cuenta que algo en ellos no está funcionando como debería
2-. El problema se evaluará teniendo en cuenta que los adultos forman, en menor o mayor grado, parte de la génesis, evolución y mantenimiento del problema, por tanto, su forma de afrontar el problema va a condicionar el proceso diagnóstico y de intervención psicológica. A menor edad, mayor necesidad de recurrir a personas allegadas al niño para la buena marcha del proceso terapéutico.
En el adulto el problema evaluado también tiene que tomarse en cuenta su contexto pero no es de la misma manera que la del niño porque él ya no depende de alguien mayor.
3-. La imprevisible remisión o no de algunos trastornos infantiles provoca, con frecuencia, cierto desconcierto en el sentido de que se puede esperar a que se produzca un cambio natural, a medida que el niño se haga mayor y, consecuentemente, no se intervenga tempranamente, con lo que se puede haber perdido un tiempo precioso (sobre todo en los casos más severos).
4- La información que nos puede transmitir un niño es mucho más limitada. Puede tener dificultades de expresión verbal, deficiencias cognitivas, etc... También pueden aparecer miedos o distorsiones en sus explicaciones al interactuar con un adulto que no conoce.
La información del adulto es la más importante en la evaluación del adulto ya que en ella los evaluadores comienzan a analizar.
5- El pronóstico evolutivo del trastorno varía en función de las diferentes edades en las que se ha iniciado el mismo, condicionando, a su vez, la gravedad y posible cronicidad de los síntomas.
6- Resaltar la importancia de las variables ambientales. La razón es que el niño está sometido a un mayor control por parte del entorno físico y social que el adulto, siendo, por tanto, más susceptible a estos factores. Aún cuando el trastorno tenga un componente orgánico identificado, las variables ambientales deben ser tenidas en cuenta. Hay que recordar al respecto que organismo y ambiente interactúan constantemente. A menor edad se supone mayor influencia de las variables situacionales.
7- Es evidente que la evaluación en niños y adolescentes deberá también hacerse con "perspectiva de futuro", es decir, el niño no tan solo se ve en su medio y circunstancias actuales, sino con proyección hacia los retos o cambios vitales a los que se enfrentará.
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