Duelo La vida y muerte
Enviado por AraRojas • 8 de Mayo de 2017 • Ensayo • 711 Palabras (3 Páginas) • 186 Visitas
La vida y muerte nos remiten a la idea de un inicio y un final de un ciclo, parecen tan lejanas y ajenas, pero la realidad es que no puede existir una sin la otra.
Podemos considerar a la muerte como un fenómeno donde cesa la vida, donde algo simplemente termina, es el destino inevitable de todo ser humano, una etapa en la vida de todos los seres vivos que constituye el horizonte natural del proceso vital. En un intento por entender la muerte, encontramos el duelo, donde, parafraseando a Freud, afirmaba que el sufrimiento de la persona en duelo es debido a su apego interno con la persona fallecida; Freud sostenía que el objetivo del duelo era separar los sentimientos y apegos del objeto perdido.
“Lo que la muerte del otro entraña esencialmente es la muerte de un límite. Por ende, el trabajo del duelo es la reconstrucción de un nuevo límite” (Nasio, 1996). La muerte del otro, más aún, cuando ésta es cercana tendrá un mayor impacto sobre quien la experimenta; en la película “Nos vemos papá”, el duelo aparece como esa reacción emocional y comportamental en forma de aflicción cuando el vínculo afectivo entre padre e hija se ve corrompido sin un antecedente, simplemente un día despierta y se da cuenta que esa persona con quien vivió mucho tiempo, en quien deposito tanta carga afectiva, con quien construyó un vínculo muy estrecho desde la infancia, ya no respira más, citando a Nasio, quien menciona que un tipo de dolor psíquico tiene lugar donde “La pérdida del otro amado es súbita e imprevisible, el dolor se impone sin miramientos y trastorna todas las referencias de espacio, de tiempo y de identidad” Nasio, J. (1996), Pilar se encierra en sí misma y en sus recuerdos, llevándola a regresiones de aquellos días en los que su papá estaba con ella. A partir de aquí empieza a vivir un duelo patológico, sin lágrimas y fantasmatizando a su padre difunto como si éste siguiera siendo un ser vivo, su inconsciente recurre a la alucinación para creer que su padre aún está viviendo en la casa
Desde niña está en un constante intento por ser, llamémosle, ese objeto de amor para su padre, querer “ser poseída” por él, y, cuando la madre muere, es cuando ella toma ese lugar, rehusándose a hacer diversas actividades por estar cuidando de su padre, a quien considera como el único merecedor de su amor, el fantasma está tan vivo para ella, tan incorporado a su inconsciente como esa imagen que ha elaborado; que crear nuevos lazos con otra pareja le es difícil, cuando el padre muere, ya no hay otro que sostenga su deseo.
Por último y sobre lo expuesto, concluyo este escrito manifestando que lo esencial del duelo es el apego y la pérdida y que la intensidad del mismo no depende de la naturaleza del objeto perdido, sino del valor que se le atribuye. Es una respuesta adaptativa normal que suele producirse en el contexto de la muerte de un ser querido, como reacción ante la pérdida de una persona amada o de alguna abstracción que ha ocupado el lugar de aquélla e inclusive podemos no hablar sólo de personas, sino de algún objeto que ha sido tan investido de carga libidinal que el simple hecho de ya no tenerlo con nosotros nos marca y nos remite al dolor; un dolor que no es posible llamarle dolor físico sino psíquico, un dolor que no tiene ubicación específica dentro de la concepción orgánica de la persona. “El dolor psíquico es dolor de separación, sí, cuando la separación es arrancamiento y pérdida de un objeto al cual estamos tan íntimamente vinculados” Nasio, J. (1996). Así, quiero destacar entonces que el duelo es un trabajo de separación y al mismo tiempo de sujetamiento con el objeto perdido, un proceso de investir y desinvestir al fantasma, de consumar en una segunda vuelta la pérdida, para sostener en detalle los lazos con el objeto perdido y modificar – y ser modificados – por tanto, nuestro lazo con él.
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