EL LOBO DE WALL STREET

dgTítulo: EL LOBO DE WALL STREET

Director: MARTIN SCORCESE

Guion: JORDAN BELFORT

Reparto: LEONARDO DICAPRIO, JONAH HILL, MARGOT ROBBIE, MATTHEW MCCONAUGHEY, JEAN DUJARDIN, KYLE CHANDLER, ROB REINER, JON BERNTHAL, JON FAVREAU, ETHAN SUPLEE, CRISTIN MILIOTI, KATARINA CAS

Duración: 179 MIN.

Año: 2013

Nacionalidad: ESTADOS UNIDOS

Género: DRAMA/ HISTÓRICO

El Lobo de Wall Street narra la vida de Jordan Belfort, un joven de 24 años que alcanza el éxito económico como broker de bolsa gracias a métodos agresivos e ilegales. Belfort implica y guía a su equipo hacia el más profundo abismo ético con el único objetivo de ser cada día más rico. Su liderazgo, incuestionable, choca incluso con los principios morales más básicos de la sociedad capitalista. ¿Por qué una persona que no muestra escrúpulos en el desempeño de su trabajo puede convertirse en un líder?

Nada se puede argüir en contra esta película, una de las mejores del 2013 (de 2014 para los españoles), desde el punto de vista de la dirección, técnico, estético, reparto, etc. Los actores y actrices de la cinta están espectaculares en todos los sentidos. La historia es redonda, muy bien elaborada; la presentación es muy fuerte, el nudo mantiene la tensión y el desenlace resuelve una historia ya conocida con toda la energía que se le puede exigir a esta película que está a punto de ser multipremiada en los Oscars. Es una magnífica película comercial, de lo mejor del momento, vaya. Pero mejor aún que todos los factores ya comentados es la ausencia de una moraleja evidente. Sí que se puede extraer, claro, pero depende del calado ético del espectador.

Scorsese plantea una película plagada de excesos: drogas, orgías, humillaciones, engaños, estafas en toda regla… sin embargo, no se asoma ni de lejos a las víctimas (que las hay por miles) de la carrera del bróker Jordan Belfort. Su interés se basa sólo en mostrar su tan particular american way of life, y nos quedamos los espectadores sin ver las consecuencias negativas de sus actos. No parece que los 22 meses que Belfort pasó finalmente en prisión y la apacible vida como conferenciante que lleva actualmente sea mucho castigo para los delitos cometidos.

La reflexión postrera pasa por averiguar cómo pudo el protagonista contar en todo momento con la admiración y el apoyo de su equipo (independientemente de los opiáceos), y también sobre la adoración actual de miles de seguidores en redes sociales. ¿Es líder real? ¿Qué posibilidades existen de que esto pueda ocurrir en el seno de nuestro equipo? ¿Hasta qué punto el apoyo del grupo al líder es real? ¿Nuestro liderazgo se sustenta sobre pilares de comportamiento éticos?

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