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EL SUJETO, LA FAMILIA Y LA SALUD MENTAL


Enviado por   •  1 de Noviembre de 2021  •  Apuntes  •  4.636 Palabras (19 Páginas)  •  85 Visitas

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UNIDAD N° 4: “EL SUJETO, LA FAMILIA Y LA SALUD MENTAL”.

  1. El sujeto y su familia: Constelación y estructura familiar.
  2. Familia y Edipo. Estructuras de personalidad.
  3. La salud Mental como una articulación biológica, psicológica y social.
  4. Los Condicionantes y determinantes de la salud mental de las personas.

  1. El sujeto y su familia: Constelación familiar y Estructura familiar. (reformulando)
  2. Familia y Edipo

No debemos preguntarnos que es un ser humano constituido, un ser adulto, sino desde el vamos, desde el origen, ¿cómo se constituirá?

Este es el pensamiento de Lacan, también el de Freud, preguntándose qué hay en el orden de la dimensión de la palabra que hace que el ser humano tenga una naturaleza humana original y se des-naturaliza de lo biológico; y la palabra provoca efectos que provocan una modificación esencial en el ser orgánico del sujeto que nace, al punto que su cuerpo pasa a ser un mapa de aceptables y prohibidos. Que es lo prohibido y qué no. Cosa que en el animal no ocurre.

Desde que nace el chico esta hablado, comienza a hablarse de él antes de que nazca. Y cuando nace, ya con el nombre propio de antemano y con la carga que significa ese nombre.

En una palabra: ¿Cuál es el proceso de diferenciación del sujeto humano, en referencia al Otro?

Lacan dice: …en función de aquello que ordena y regula el placer y el sufrimiento humano. Que ordena y regula, en las culturas, y volvemos entonces a la historia de la ley de la prohibición del incesto. En la cultura se ordena y se reglamenta y hay ley con respecto a los espacios del placer y del sufrimiento humano. La posición de papá y de mamá en referencia al chico cumple la misma función, según cuál es la función que cumplen con respecto a él lo marcarán. Y según eso será neurótico, psicótico o perverso.

Esta historia de la relación entre papá y mamá, historia del discurso familiar va marcando la historia del sujeto y su identidad, su identificación. Siguiendo a Freud y Lacan diremos que porque hay Edipo hay familia, porque hay estructura discursiva que determina a cada sujeto, hay familia. Dicho de otra manera porque hay un discurso familiar que sostiene la diferencia entre los sexos es que hay sujeto- y lo que da en llamarse luego estructura edipica y que marca ciertos tiempos en los que el sujeto va siendo capturado a la ley del lenguaje, de la prohibición del incesto, y a la posibilidad de convivir con sus espacios de sufrimiento y de placer con los demás.

El sujeto es efecto de la palabra familiar, el sujeto es efecto del lenguaje. Su cuerpo varia, en cada una de sus partes, de significación, según lo que se predico acerca de su cuerpo. Es decir el cuerpo es representación mental del organismo, esta representación psíquica hace que el cuerpo sea cuerpo psíquico y ciertas partes del cuerpo con ese complejo.

Según esto hablaremos de estructura edipica, cuando entra dentro de la dialéctica del deseo.

Según como se juegue la relación de papá y mamá. P M/x = hijo, esta x = Hijo, será como producto.

Si la madre queda siendo la matrona que no permite el desarrollo del chico, es decir madre fálica, cerrándose en una célula imposible de relación con el padre, si no auspicia el discurso del padre, si no auspicia la provocación del incesto, en la relación diádica queda capturado, es decir que lo toma como un estandarte fálico, entonces viene como a cubrir eso que le falta que sería la diferencia anatómica, o sea el pene del padre. Y en este caso el chico puede se un sujetado – ya no un sujeto – porque hace lo que la madre dice.

En esta relación diádica, que ubica a la madre como madre omnipotente que todo lo puede dar, es la manera de no permitir desagregar al hijo, y queda agregado a la madre y por otro lado esto sería la base de excluir la presencia paterna de rechazar la presencia paterna, que se llama forclusión, y sería la base de la psicosis: no se instala el tres.

Pero si la mamá y el hijo se subsumen a la presencia de un tercero que al principio es sostenido por la palabra de la madre, da lugar al padre, que aparece como representando a la ley de la cultura, de la prohibición del incesto, esto de que siempre hay algún prohibido dentro del endogrupo, provoca –para Lacan- desde el primer tiempo Edipo. Donde hay una relación edipica entre la madre y el hijo, pero la madre es la que trasmite de alguna manera este discurso de que hay tercero, a través de su lenguaje, porque le habla, hay algo distinto el cuerpo biológico de ambos; en el segundo tiempo de este Edipo aparece el padre con un doble efecto, diciendo para esta desagregación, no te acostaras con tu madre, al hijo y no reintegraras tu producto a la madre. En una doble prohibición. En realidad el Edipo es a la inversa, es si mamá auspicia o no la presencia de la ley y del tercero.

Si la relación queda madre-hijo esto es un desastre, aun cuando el padre pase con su intento de ser padre permisivo y donador. Es necesario, nos dice Lacan que la madre advenga como necesitando a alguien diferente al niño, para diferenciar. Es decir que la madre advenga a la posición de una mujer, una mujer-madre, pero primero una mujer. Una mujer-madre a la que algo le falta, que necesita algo más allá del hijo, que el hijo no la completa del todo.

Y al padre en la posición de un hombre-padre. Es decir un padre que puede tener límites, ser el fallado y que permita la posibilidad del hijo de rivalizar, en términos imaginarios, con este padre. Y entonces se mete en la dialéctica del deseo: puede desear, disputarle el cariño materno a este padre que no aparece como un Dios absoluto, terrible, sino que es permisivo, donador y además tiene limites; cosa que se recrudece mucho entre los 16 y 20 años, y ahí quedan medios capturados ellos también, es decir, esta especie de rebeldes sin causas que aparecen como el adolescente, esta especie de rebeldía, de rechazo a veces, o a mamá, o a papá, depende. Un HP Una MM/ hijo.

Si yo, siendo hijo, busco ese deseo del orden de la mujer, se va a constituir allí como una especie de condición Icc., debo buscar pareja a alguien del otro sexo con las características similares a mamá o a papá.

Para Lacan el Edipo, ese espacio, está abierto desde antes de nacer porque está en el discurso familiar, y se va produciendo desde los primeros días del sujeto. Son tres momentos, que terminaría relativamente en torno al año y medio, no a los 5 o 6 años. Terminaría cuando recupera su imagen en el espejo – terminaría es una forma de decir, se completaría el libreto que es una estructura necesaria para que el sujeto humano se subjetivise y pueda diferenciar ya no solo el deseo de la madre, sino ser el deseo de la madre. Es decir que tiene que ubicarse en el lugar de esto que la madre desea más allá de él  y entonces tiene que ir a rivalizar con quien supone tiene eso que el no tiene. Por lo cual lo abandona y busca en este esto que él no le puede dar. Deseo del deseo de la madre. Dialéctica del padre rival, dialéctica en el orden imaginario, para sostener el deseo; no es el padre real sino el que cumple, o no, la función a través del discurso de la madre, si la madre hace lugar a la presencia del padre.

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