ERRORES MÁS COMUNES EN LA PRÁCTICA DE LA PSICOTERAPIA
Enviado por anpineda1 • 23 de Octubre de 2014 • 654 Palabras (3 Páginas) • 544 Visitas
ERRORES MÁS COMUNES EN LA PRÁCTICA
DE LA PSICOTERAPIA
Los psicoterapeutas somos humanos y por tanto cometemos errores. Sería un error imperdonable creer que no nos equivocamos. Aceptar nuestras limitaciones y plantearnos con naturalidad nuestros fallos puede ser un estupendo preventivo de males mayores. Cuando nos enfrentamos a un error debemos tener presentes tres pasos para afrontarlo:
1.- Darnos cuenta. Éste es el punto de la toma de conciencia. No sólo descubrir que ha pasado algo, sino que “eso” que ha pasado ha sido un error propio. Hay varios procedimientos que se me ocurren para propiciar ese darse cuenta.
Tras una sesión o una jornada laboral en la que hemos realizado varias sesiones de terapia, está bien pararse unos minutos a reflexionar sobre cómo hemos trabajado y los errores que hemos podido cometer. Una buena práctica que nos puede dar luz acerca de ciertas equivocaciones que pasarían desapercibidas en cuanto pase un poco de tiempo. A veces, el compartir con algún compañero de profesión las líneas maestras de las sesiones del día ayuda a darnos cuenta de posibles errores cometidos y a encontrar posibles maneras de resolverlos o afrontarlos.
La supervisión profesional es la principal herramienta de ayuda y nos ayudará en gran medida con nuestros errores; facilita su descubrimiento reduciendo su gravedad y frecuencia. Además de todo esto y nunca “en lugar de”, podemos hacer algo todavía más importante para descubrir nuestros errores (y para lograr el éxito en terapia), y es crear una Relación Terapéutica profunda, cercana y segura donde la confianza que fluya permita al paciente mostrar sus errores al terapeuta. Tendrás que estar muy atento a los indicadores que tu paciente muestra cuando algo “no va bien” para discriminar si alguna actuación errónea tuya ha podido ser la causante de ese malestar de tu paciente. Si la Relación Terapéutica lo permite, podrá decirte qué le ha llegado mal o cuál ha sido el error (si lo ha habido) del terapeuta. Podréis analizarlo en sesión y desbrozar “lo que ha pasado” y descubrir el error. A partir de ahí debemos actuar, pero… ¿cómo?
Lo fundamental es asumirlo de frente, tomando conciencia no solo de la existencia del error sino también de la magnitud y de las posibles consecuencias en nuestro paciente. Aquí la empatía y nuestra capacidad de ponernos en los zapatos del otro será clave para dilucidar la profundidad del acontecimiento. Asumir el error frente a nuestro paciente desde lo cognitivo y desde lo emocional. Con coherencia aceptar el error y asumir la responsabilidad. Nunca ponernos a la defensiva y por supuesto no justificarnos. Habrá que esclarecer en qué circunstancias se produjo y profundizar en los detalles para aprender de la situación, para que no vuelva a pasar y para que a nuestro paciente le queden claros todos elementos que se han visto involucrados en esta circunstancia.
2.-
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