ESTUDIOS DE GÉNERO. La Mujer y La Familia

UNIVERSIDAD BRITÁNICA DE MÉXICO

ESTUDIOS DE GÉNERO

Lucía Gpe de Lira Tiscareño

Prof.: Eduardo Vital

LA MUJER Y LA FAMILIA

En la liberación de la mujer, no se libera del hombre: el “criterio masculino” y sus instituciones han relegado a la mujer a un segundo plano.

Existe la influencia de la burguesía del pasado y actual, pero el proceso principal consiste en una dolorosa evolución de la familia proletaria que lleva a una crisis y estamos presenciando ahora los primeras etapas caóticas de dicho proceso.

Una reforma radical de la familia, y de todo el orden de la vida familiar, necesita de esfuerzo consciente de deseo de cultura y progreso.

Hasta que no haya una igualdad real entre marido y mujer en el seno de la familia, no podemos hablar seriamente de su igualdad en el trabajo social o en la política. Mientras la mujer este encadenada al trabajo doméstico, al cuidado de la familia, la cocina y la costura todas sus posibilidades estarán extremadamente coartadas.

La fuerza mecánica de los grandes eventos combinada con la fuerza crítica de la mente recién despierta generó el periodo destructor de las relaciones familiares.

El esposo es un comunista, lleva una vida activa, se ocupa en labores sociales, su criterio se amplía; su vida personal esta absorbida por su trabajo.

Cuando no hay lazos internos en el seno del hogar, cuando solo la inercia lo sostiene del derrumbe, cualquier presión externa se convierte fácilmente en amenaza.

La fuerza de la disciplina interna del individuo en la familia está condicionada por la constitución de los lazos que unen al hombre y a la mujer.

Los niños deben ser educados por maestros que tengan verdadera vocación para hacerlo. La unión entre hombre y mujer se libraría de todo lo accidental y externo y el uno dejaría de absorber la vida del otro. Se establecería una igualdad genuina; el lazo dependerá del apego mutuo.

El camino a la nueva familia tiene dos aspectos:

1. El aumento del nivel cultural y educacional de la clase trabajadora y de los individuos que la forman.
2. El incremento de los medios económicos de la clase organizado por el estado.

La protección de la maternidad y la lucha por la cultura

Nuestra estructura social con las posibilidades que tiene, debe buscar criterios, modelos, metas y labores superiores a los que puede ofrecer el capitalismo.

¿Si la posición de la madre y el hijo depende en primera instancia del desarrollo de las fuerzas productivas, del nivel general de la economía en un país dado y, en segundo lugar, de la estructura social de las formas de consumo y distribución de la riqueza, entonces qué sentido tiene el trabajo que realiza su organización especial?

Para el hombre y la mujer campesinos o trabajadores no existen modelos para lo nuevo que pudieran atraerlos a seguir el ejemplo, y tampoco existe la necesidad compulsiva por parte de ellos de seguir estos modelos.

En la cabeza teníamos a la nobleza que marcaba la pauta de la vulgaridad en base a un oscurantismo y una falta de cultura en toda la vida social.

¿Cómo podría darle la madre “soltera” los mismos derechos de ayuda paterna que a una madre “casada”?

La actitud hacia la mujer no solo no es comunista sino reaccionaria y filistea, en el peor sentido de la palabra.

La situación actual, luchar por las madres y los hijos implica combatir el alcoholismo; no se puede luchar por el mejoramiento de la situación de la madre y el hijo sin combatir el alcoholismo.

Las relaciones sexuales irregulares no pueden ser arbitrariamente borradas y que se necesita una opinión social poderosa en contra del divorcio frecuente. Al evaluar como frívolas las relaciones sexuales en muchos casos se puede decir que no hay mayor amenaza que esas relaciones sexuales realizadas bajo la influencia del alcohol, relaciones que son tan comunes en los medios menos educados. La lucha básica para alcanzar una mayor estabilidad y racionalidad en las relaciones familiares consiste en elevar el nivel de la personalidad humana.

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