Educación Y Propaganda.
Enviado por martinvaldezr • 23 de Noviembre de 2012 • 4.193 Palabras (17 Páginas) • 429 Visitas
INTRODUCCIÓN
En el siguiente ensayo se hablara de manera concreta y esencial sobre los ocho postulados que existen en el área de la educación, en los cuales se puede observar con total claridad cuáles son los comportamientos que tiene el docente ante los alumnos y en cuanto a la relación maestro y alumno, cuales son los objetivos o metas que este espera de sus pupilos.
Además en este trabajo se pretende encaminar pedagógicamente al docente, para que este logre el mayor aprovechamiento en sus alumnos, claro que esto se lograra con la excelencia que trabaje el profesor, es por eso que se abordan temas de las actitudes que toma el alumno, de cómo el docente puede detectar a través de estas actitudes; y sea físicas o mentales, el grado de aprendizaje y comprensión que estos están desarrollando en el momento de que el docente desarrolla su clase, así el profesor podrá detectar con mayor facilidad y prestar mayor atención a esos alumnos que la requieran.
Claro que una vez detectados dichos problemas o habilidades se tendrán que buscar técnicas de trabajo y evaluación para estos alumnos, mismas técnicas que vienen desarrolladas a lo largo de este trabajo en cada uno de los ocho postulados del aprendizaje.
PRIMER POSTULADO
¿Interesan a los alumnos las materias escolares?
Muchas profesoras y profesores entusiasmados con la materia que enseñan se sienten decepcionados por el poco interés que despierta en sus alumnos. Algunos, incluso, sacan la conclusión de que lo característico de la juventud es no interesarse por nada.
Esta creencia, con mucha probabilidad, es consecuencia de seguir definiendo la profesión docente por el dominio de la disciplina que se enseña en la escuela. Conviene, entonces, que se pregunten de dónde nace el interés que lleva al estudio de una asignatura, pero, sobre todo, cómo pueden suscitarle.
Es necesario crear las condiciones en que una disciplina les puede resultar interesante .La relación de estudio parece que puede establecerse cuando la situación enseñanza-aprendizaje se ajusta a las tres condiciones siguientes:
- La profesora o el profesor despierta y mantiene la atención de los alumnos.
- El contenido se expone de forma que aparezca con sentido.
- Los sentimientos del alumno se integran en la actividad de aprender.
Analicemos estas condiciones sin las cuales la enseñanza no puede llegar a despertar el interés de los alumnos por el estudio de las materias escolares.
EL INTERÉS DE LOS ALUMNOS
Para interesar a los alumnos en el estudio, no basta con captar su atención; hay que lograr mantenerla. El profesor tiene que planificar la enseñanza de forma que establezca la relación de estudio entre la asignatura y el alumno. Aquí expongo algunas pistas para conseguirlo.
LAS TÉCNICAS PARA EXCITAR SU CURIOSIDAD
Es conocido que no todos los individuos reaccionan de la misma manera en todas las circunstancias. En 1908, Yerkes y Dodson descubrieron una ley de la activación, es decir, una ley de la entrega a una acción en relación con el impacto de los estímulos. Constataron que, ordinariamente, cuando las personas se interesan por una actividad, su eficacia varía con la cantidad de estímulos presentes a un tiempo
Por eso, en clase, hay que crear situaciones estimulantes para comprometer al alumno con su estudio, pero no tan excitantes que aparten del aprendizaje. Una clase debe, por consiguiente, comenzar suscitando la curiosidad. A partir de ahí, conviene recurrir a razonamientos brillantes o a prácticas de investigación. Con el fin de controlar la atención de los alumnos, Klausmeier y otros (1973) aconsejan proceder de la manera siguiente:
Ofrecer estímulos nuevos con preferencia a utilizar los que ya son familiares al alumno
Plantear interrogantes antes de aportar enseguida información
variar el ritmo o la intensidad de la comunicación verbal
Hacer que el alumno participe en la discusión o en el proceso de aprendizaje, mejor que exigirle su atención pasiva
Responder a las intervenciones de los alumnos con el fin de cuidar su participación
El profesor debe, pues, preocuparse por avivar la curiosidad utilizando algunas técnicas e intentar que esa curiosidad se dirija al aprendizaje logrando la participación del alumno en él.
LA CANTIDAD DE CONTENIDO
No basta contar con la atención de los alumnos; además hay que conservarla, hay que mantener su interés. Por muy curioso que pueda parecer, las investigaciones han demostrado que hay que abarcar una abundante materia y seguir el ritmo más rápido que los alumnos pueda soportar para conseguir sostener su participación en el proceso de aprendizaje (Barr y Dreeben, 1983; Dunkin, 1978).
Por lo tanto, con un contenido escaso se puede aburrir a los alumnos y hacer que decaiga su interés.
Los alumnos deben ser conscientes de que hay nuevos conocimientos que aprender y que hay que prestarles atención.
LA ORIENTACIÓN DE LAS ACTIVIDADES
El reto pedagógico que se plantea aquí es llevar los alumnos a que se propongan, o al menos acepten, un objetivo en el aprendizaje
Según Jean Berbaum (1991), para que se dé aprendizaje, hay que cumplir tres condiciones.
La primera es que exista un proyecto, que se vaya tras un objetivo.
La segunda condición es adoptar un método, planificar una serie de situaciones que permitan desarrollar nuestras capacidades potenciales.
La tercera condición es que el método dé resultados esperados, debo comprobar que mis aptitudes mejoran, por lo tanto debo experimentar un avance en mi rapidez lograr mejores marcas en mis competencias.
El aprendizaje escolar no puede ignorar estas tres condiciones. Ahora bien, ¡cuántas veces aquél se ofrece «por el mero hecho de estar en el programa»! ¿Las actividades que se exigen a los alumnos constituyen un procedimiento adaptado a los objetivos que se han de alcanzar? ¿Nuestras evaluaciones permiten detectar que uno se encuentra cada vez con más naturalidad en determinadas circunstancias o que nunca consigue mejorar el rendimiento?
EL ESTILO DE ENSEÑANZA
La entrega del alumno al estudio depende ciertamente de las actividades que le son propuestas; pero también del tipo de ayuda que necesita para realizarlas. Ahora bien, los alumnos pueden necesitar un marco diferente del que espontáneamente estaríamos dispuestos a ofrecer por el estilo de enseñanza que más nos conviene. Por eso, para mantener a los alumnos dedicados a las tareas de aprendizaje,
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