El Aborto La Vida Amenaza

En la sociedad la palabra “aborto”, genera sentimientos encontrados, con opiniones tanto a favor como en contra de ella; las cuales se originan desde la percepción que cada cual asume frente al derecho a la vida. No obstante a esto, el aborto es un crimen, y no un derecho.

Cuando hablamos de aborto hacemos referencia a la expulsión o extracción de un feto en desarrollo, que puede realizarse de manera espontánea o terapéutica. La primera constituye un fenómeno frecuente que se presenta durante los primeros dos o tres meses del embarazo, y obedece esencialmente a las leyes y sabiduría de la naturaleza. La segunda consiste técnicamente en una operación sencilla y segura, que trae algunos riesgos “mínimos” como infecciones, perforaciones del útero, laceraciones intestinales, daños severos a las trompas de Falopio o aparición de un cáncer de mama, además de las secuelas psicológicas que se pueden ocasionar. Más aún que tan “segura” puede ser su práctica que hasta doce países como Andorra, Chile, El Salvador, Filipinas, Honduras, Irlanda, Luxemburgo, Malta, Nicaragua, República Dominicana, Somalia y El Vaticano, prohíben dicho proceso, y no es nada más que por el respeto del derecho a la vida y cuidado de la salud mental y física de las mujeres.

Con respecto a la última modalidad de aborto, existen varios métodos por medio de los cuales esta se practica, a través de los que, el curioso y bello milagro de la vida se ve conducido a un final de tintes inhumanos y desgarradores, estos métodos reciben nombres como dilatación o curetaje, cesárea, dispositivo intra-uterino entre otros, pero éstos no representan más que imágenes dantescas que se sobreponen a la fragilidad, inocencia y grandeza de la vida misma. O de qué otra manera se puede describir el abandono de una criatura, que ni se ha terminado de formar, en una basura fría y sucia, llena de soledad e indiferencia; o al acto cobarde de reducir la inocencia a los trozos más desgarradores logrados con la destreza de un sujeto y unas frías tijeras quirúrgicas, que se supone, se usan para procesos que van en pro de la vida de las personas.

Por crimen se entiende a todo aquello que atente o perjudique a alguien o algo en sus derechos, según las leyes de dicho estado al que se pertenezca. En la constitución política de nuestro país (1991) más específicamente en el artículo 11 dice claramente:

“El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte. No podrá establecerse, pronunciarse, ni aplicarse en ningún caso, la pena de muerte”. (pág. 13)

Entonces, ¿por qué no habría de considerarse el aborto terapéutico como un crimen?

Esa sabiduría popular que dice que la violencia genera más violencia o en este caso un delito provoca otro, bien puede ser el argumento que respalde la práctica del aborto. Aquí nos referimos a la violación, una situación injusta

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