El Arte De No Hacer Nada
Enviado por dieo • 24 de Junio de 2013 • 679 Palabras (3 Páginas) • 227 Visitas
ejercicio del poder político estaba reservado explícitamente a un grupo de individuos definidos por un
status social, mientras que la ciudadanía moderna es un derecho del individuo, como miembro del
"género humano", es un derecho universal del "hombre".
Por eso, por lo demás, se habla de sufragio universal. Por esto también, se puede decir - como el joven
Marx - que esta ciudadanía es abstracta, en el sentido fuerte del término. Para significar la igualdad de
principios de los individuos en el ejercicio del poder político, el enunciado de la ciudadanía moderna debe
hacer abstracción de las diferencias sociales, de sexo, etc., debe abstraer a los individuos de sus
condiciones de existencia concretas. Este es el precio a pagar para proclamar la igualdad política de
todos los individuos, sea cual fuera su sexo, su "raza" o sus condiciones sociales.
Tomemos estas cuestiones una a una. En todas las sociedades del pasado, el ejercicio del poder político
estaba reservado explícitamente a un grupo de individuos definidos por un status social estructurado por
las relaciones de propiedad. Ser propietario, era tener cierto status social. No simplemente en el sentido
en que se emplea este término hoy, sino en el sentido en que el status de propietario está siempre
acompañado de ciertos derechos político - jurídicos particulares. Así, en la Edad Media, el gran
terrateniente era un noble, dotado de ciertos privilegios. Y viceversa. La calidad de noble le permitía el
acceso a la gran propiedad terrateniente, en este caso, a la señoría.
Simplifico, pero este es el principio que está en la base de la organización social. Se lo vuelve a encontrar
en las comunidades organizadas de manera "democrática": así, siempre en la época feudal, en las
comunidades campesinas, el campesino tiene acceso a la tierra porque es miembro de la comunidad,
ésta, por otra parte, le atribuye derechos político - jurídicos. El principio es el mismo en la formación
social que ha producido las formas democráticas más radicales en las sociedades precapitalistas: la
Ciudad antigua. Marx usa a este respecto una buena fórmula: "El propietario privado no es tal más que
en su calidad de Romano; pero, como Romano, es propietario privado" (PL, 2, p. 318).
2. Poder político y relaciones de propiedad.
Marx da cuenta muy claramente de estas formas particulares de organización del poder político de las
sociedades precapitalistas, y de las dos características que están ligadas a ellas.
La primera concierne a la naturaleza de las relaciones de propiedad. Nunca se trata de una propiedad
privada, en el sentido moderno del término. Se destaca a menudo
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