El Hombre En Busca Del Sentido

habla de un psicólogo en un campo de concentración, que cuenta como fue su vida en el campo, que no lo escribió para recordar todas las cosas malas que pasaron en los campos de concertación porque ya muchos han escrito de eso. Dice que cuando el escribió el libro fue para contar, como el fue un psiquiatra, como era la vida en el campo de concentración donde el estuvo, y explica, desde un punto de vista psicológico, los sentimientos y vivencias de los presos. Y como fue que publico el libro y porque le dio ese nombre. También dice como perdió a su esposa y a sus papas y se quedo solo, con algunos compañeros que sobrevivieron igual que el, pero también les habían quedado cicatrices emocionales. Cuenta como, en los campos, había presos que eran tratados mejor que otros, y también maltrataban a otros presos. Como las autoridades también eran groseras y malas con ellos y los maltrataban por cualquier cosa, física y psicológicamente. No los llamaban por su nombre, cada quien tenia un numero y se los tatuaron en la piel y también lo tenían que poner en cualquier prenda de ropa que trajeran. La vida en los campos era peor que la muerte. El autor estuvo en el campo de Auschwitz, era peor que la muerte, era el campo que ellos habían escuchado, donde tenias las cámaras de gas, los alambrados de púas, la mayoría de los que entraban ahí nunca regresaban, era entrara ahí con la idea de nunca mas volver a ver su casa, su familia, perder todo lo que tenían.

Cuando llegan a Auschwitz, ven que hay unos presos, muy contentos, y piensan que va a ser así todo el tiempo. Pero a media que pasa el tiempo descubren que no es así. Los desprenden de todas sus pertenencias y se quedan con los zapatos viejos y algo que parece ser una prenda de ropa parecida a un camisón. Los rapaban, y los dejaban sin ningún pelo en todo el cuerpo, literal solo se tenían a ellos mismos, incluso la esperanza había muerto para muchos de ellos. Habla de un trauma, un shock, que les pasa cuando llegan al campo, que es como que ya se preparan para la muerte, ya no piensan en otra cosa. Algunos otros tenían esperanza de sobrevivir, y su único objetivo era conseguir algunas migajas de pan, sopa fría, algún cigarrillo, prendas decentes que ponerse, se peleaban por los zapatos, de hecho cuando alguno moría, la ropa que traía y sus zapatos o su comida se la repartían entro los que estuvieran ahí. El hambre por la que los hacían pasar también los ponía mal, llegaba un momento en que el cuero ya se empezaba consumir solo por no tener nada más, solo esperaban que tocara la campana para ver si les daban algo de comer y casi todas sus conversaciones se trataban de comida y como la querían disfrutar cuando los liberaran Cuando estaban en el campo cualquier deseo, esperanza, sentimiento, sentido del tiempo se les perdía, algunos tenían muy presente la opción de suicidarse contra los alambrados de púas. La peor parte del día era la mañana, los prisioneros

...