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El Inconsciente Está Estructrurado Como Un Leguaje


Enviado por   •  11 de Diciembre de 2014  •  2.179 Palabras (9 Páginas)  •  271 Visitas

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“EL INCONSCIENTE ESTA ESTRUCTURADO COMO UN LENGUAJE”

(J. LACAN)

Cuando de Inconsciente (Icc) se trata, no es aplicable la relación establecida por De Saussure entre significado (sdo) y significante (ste) a partir del signo lingüístico. Por ejemplo: un sueño es singular, sólo valido para el sujeto que lo soñó.

El relato de un sueño por parte de un sujeto constituye un hecho del lenguaje donde el significado se escabulle sin dejarse aprehender.

Los sueños, los lapsus, los síntomas poseen una lógica y un sentido perfectamente comprensible luego de realizado su análisis.

La asociación libre es la técnica fundamental del Psicoanálisis. El analizante (paciente) dice lo que se le ocurre sin previa reflexión ni critica, con lo que se produce un material, en apariencia azaroso, que a partir de la interpretación el analista va resignificándose y ordenándose, con lo que empieza a aparecer en el discurso del sujeto un sentido desconocido para él mismo hasta ese momento, pero que paradójicamente, le es propio. Un saber no sabido.

El Icc produce un discurso incomprensible para el YO que necesita ser traducido por el analista.

Para Lacan, el significante posee supremacía por sobre el significado, siendo el 2° efecto del 1°.

“El significante es aquello que representa un sujeto para otro significante”

Definir el significante es posible en términos de cadena, a partir de la cual se va gestando retroactivamente el significado.

S1- S2- S3- S4- Sn

Esto quiere decir:

• que el significante sólo adquiere su estatuto ahí y a continuación por su relación con el otro significante, el que inaugura la dimensión de la batería significante -esto es, una diferencia tópica: ningún significante puede significarse a sí mismo

• que el significante es anterior al sujeto, que hay sujeto solamente y únicamente después que haya habido significante.

Si el significante es una cadena, se deduce que son necesarios por lo menos dos significantes para producir efecto de sentido.

Ejemplo:

Un síntoma neurótico no es, inicialmente, un significante, pero si al síntoma se le agrega alguna asociación que retroactivamente aclara su sentido estamos ya en la dimensión del significante.

Que no hay primacía de significado se demuestra por el hecho de que un síntoma similar en su forma en dos sujetos, posee un significado diferente para cada uno de ellos.

PROPIEDADES DEL SIGNIFICANTE

• MATERIALIDAD: cada significante es distinto a los demás.

• COMBINACION: posibilita la relación entre los significantes por la diferencia entre sí.

Dichas propiedades hacen que el significante se exprese estructuralmente, en forma de cadena, lo que Freud denominó como “la cadena asociativa” que no es otra cosa que la puesta en juego del discurso inconsciente del sujeto.

Estas propiedades están relacionadas con las figuras retóricas del lenguaje: la materialidad se articula con la metáfora y la combinación con la metonimia.

Surge un interrogante: ¿el deslizamiento de la cadena del significante es indefinido? Lacan sostiene que no y para explicarlo introduce el concepto de “punto de basta” o “punto de capitón” para dar cuenta del abrochamiento de sentido que resulta retroactivo y se presenta como una unidad.

El discurrir de la cadena significante no es infinito ni azaroso. Freud dice “los pensamientos van formando cadenas lógicamente eslabonadas en las que se repiten como centrales representaciones que tienen una estructura de metáfora, cuyo efecto es dar sentido a las demás representaciones, son los puntos de capitón”.

Lacan invierte la formula saussuriana y demuestra la primacía del significante por sobre el significado.

Se podría decir de algún modo la teoría saussuriana se encuentra en lo que Freud llamó “proceso secundario”, que se caracteriza por un tipo de energía ligada, que trae aparejada una identidad de pensamiento, la energía psíquica permanece ligada a una representación determinada. En el caso de los “procesos primarios”, que son inconscientes, la energía fluye libremente de una representación a otra mediante desplazamientos y condensaciones. Las consecuencias de este libre fluir permite dar cuenta del significado como contingente y como efecto de la cadena significante.

METAFORA Y METONIMIA

Roman Jakobson, lingüista ruso de la Escuela de Praga y contemporáneo a Lacan, centra su interés en aspectos que van más allá del signo lingüístico y sostiene que el lenguaje se sostiene desde dos ejes:

• Eje paradigmático: es el eje de las sustituciones, indica que en el registro de la lengua podemos encontrar términos equivalentes intercambiables entre si). En este eje se sitúa la metáfora

• Eje sintagmático: es el de las combinaciones, se sitúa en el habla. A este registro corresponde la metonimia (la parte por el todo).

Jacobson investiga la afasia no sólo como un trastorno cerebral orgánico si no también como problema lingüístico. Por lo tanto, nos lleva a indagar el modo particular de estructura lingüística que ha dejado de funcionar.

Jakobson diferencia dos tipos de afasia según la deficiencia resida en uno u otro de los modos especificados.

Al primer tipo, lo denomina trastorno de la semejanza. Son pacientes que tienen dificultad para nombrar un objeto cuando se les enseña o señala. Por ejemplo, nos explica Jakobson, cuando se les enseña “un lápiz”, en lugar de decir “eso es un lápiz”, realizan una observación elíptica en relación a su uso y dicen “escribir”.

Al segundo tipo afásico, Jakobson lo denomina el trastorno de la contigüidad por la pérdida que experimentan en la combinación de entidades lingüísticas simples para construir otras más complejas. No se trata de que haya carencia de palabras sino de que se altera la capacidad de contextura, y por lo tanto disminuye la extensión y variedad de las frases. Es el trastorno opuesto al anterior. En este segundo tipo se pierden las reglas sintácticas, pérdida que recibe el nombre de agramatismo y que es la causa de que la frase degenere en mero “montón de palabras”. El orden de las palabras se vuelve caótico y desaparecen los vínculos de la coordinación y la subordinación gramaticales, tanto de concordancia como de régimen. Si en el primer tipo decíamos que las palabras menos afectadas eran las palabras dotadas de funciones puramente gramaticales (como las conjunciones, preposiciones, pronombres y artículos), en este segundo tipo afásico son las primeras en desaparecer. Por ello surge un modo de expresión que se ha denominado “estilo telegráfico”.

En resumen, la afasia presenta numerosas

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