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Lo Inconsciente


Enviado por   •  13 de Mayo de 2014  •  1.710 Palabras (7 Páginas)  •  258 Visitas

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Lo inconsciente

En el psicoanálisis muchas veces lo reprimido es lo “inconsciente”. Para conocer lo inconsciente, primero debemos conocer lo consciente, luego de que haya experimentado una traducción a lo consciente, esto requiere vencer a ciertas resistencias. Lo consciente nos permite solo conocimientos de nuestros estados anímicos, estos conocimientos los podemos dividir en periodo prolongado y en estado de latencia.

El Inconsciente son la serie de hechos o experiencia, que habiendo sido difíciles en el momento que ocurrieron, son "controlados" por el psiquismo del individuo y de alguna forma "se olvidan" para que nuestra existencia pueda seguir adelante, de la mejor forma posible.

Pero, no se pierden, permanecen "dormidos" y son capaces de hacer que actuemos de determinada forma para protegernos, precisamente en base a que no se repitan los hechos que los causaron.

El mecanismo que hace que los olvidemos, se llama mecanismo de defensa.

En lo inconsciente podemos construir un conocimiento influyente en el discurso de los procesos conscientes para conseguir fines. Quienes no conocen al inconsciente juzgan a las personas normales como meras contingencias y se conforman con la sabiduría que dice: “los sueños, sueños son”.

Lo inconsciente abarca también actos latentes que podemos diferenciarlos, dentro del estado psíquico, como conscientes o anímicos. Y no deja que se sepa si es verdad que lo psíquico tiene que ser inconsciente. Los experimentos hipnóticos pusieron de manifiesto tanto a la existencia como el modo de acción del inconsciente anímico. Los fenómenos de hipnosis le mostraron que podemos saber algo sin saber que lo sabemos, y que podemos desear algo sin saber la auténtica razón de ese deseo.

Para hacerlo, al inconsciente, no nos apartamos de nuestros pensamientos habituales sino que en el inconsciente se encuentran los deseos, instintos y recuerdos que el sujeto reprime por resultarle inaceptables.

En psicoanálisis, el inconsciente es un concepto clave de la teoría, y es su principal objeto de estudio. Permite que nuestro pensamiento crítico consista en atribuir conciencia a los animales, rehusar que las plantas tienen consciencia, relega a la mística de una consciencia de lo inanimado y se centra en la propia persona. También vale decir que los procesos anímicos son inconscientes.

El psicoanalista de la actividad anímica inconsciente es una continuación del animismo primitivo, como la continuación de la enmienda de Kant.

Psicoanálisis.

Entre 1880 y 1882, el médico de Viena doctor Josef Breuer ideó un nuevo procedimiento para liberar de sus variados síntomas a una muchacha de histeria grave a causa del cuidado de su padre enfermo. Breuer movió a la paciente en estado de sonambulismo hipnótico, a buscar en su recuerdo aquellos nexos y a revivir las escenas en medio de un desinhibido desarrollo de afectos. Toda vez que ella lo hacía, el síntoma desaparecía de manera permanente.

Pero no siguió adelante con su descubrimiento; sólo un decenio después lo retomó con la colaboración de Sigmund Freud. En 1895 ambos autores publicaron el libro Estudios sobre la histeria, que exponía los hallazgos de Breuer y procuraba explicarlos mediante la teoría de la Catarsis. Adoptaba la hipótesis de que el síntoma histérico nacía porque la energía de un proceso anímico era apartada de su procesamiento consciente y guiada a la inervación corporal. La curación se producía mediante la liberación del afecto mal guiado y su descarga por vías normales. El tratamiento catártico proporcionaba notables resultados terapéuticos. Freud, quien más tarde prosiguió solo en estas indagaciones, creó el nombre del psicoanálisis, que en el curso del tiempo cobró dos significados. Hoy designa: 1) Un método particular para el tratamiento de la neurosis y 2) la ciencia de los procesos anímicos inconscientes, que con todo acierto es denominada también “psicología de lo profundo.”

El psicoanálisis gana cada vez más partidarios como procedimiento terapéutico porque consigue a favor de los enfermos más que cualquier otro método de tratamiento. Su campo de aplicación son las neurosis leves –histeria, fobias y estados obsesivos-; deformaciones del carácter, inhibiciones y anormalidades sexuales, donde obtiene considerables mejorías y hasta curaciones. En todos los casos plantea grandes exigencias tanto al médico como a los enfermos; a aquel que le requiere haber adquirido una formación particular y ahondar en cada enfermo durante mucho tiempo, y a estos, considerables sacrificios materiales y psíquicos; pero en la mayoría de los casos recompensa todos esos empeños.

Sólo en Berlín y Viena existen instituciones privadas que hacen accesible el tratamiento analítico para la población trabajadora, carente de recursos.

El psicoanálisis como psicología de lo profundo considera la vida anímica desde tres puntos de vista: el dinámico, el económico y el tópico.

El análisis de las observaciones lleva a establecer dos grupos de pulsiones: el de las llamadas pulsiones yoicas, cuya meta es la autoconservación, y el de las pulsiones de objetos, que tienen por contenido el vínculo con el objeto. La existencia de dos pulsiones básicas que se ocultan tras las pulsiones yoicas y de objeto, manifiestas: el Eros, que quiere alcanzar una unión cada vez más comprensiva, y la pulsión de destrucción, que lleva a la disolución del ser vivo.

La primera tarea del psicoanálisis fue el esclarecimiento de la neurosis. La doctrina analítica

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