El Misterio Del Zapatero
Enviado por CAROLUNA84 • 24 de Octubre de 2012 • 688 Palabras (3 Páginas) • 2.518 Visitas
El misterio del zapatero
Cirilo el zapatero era muy pobre, y a pesar de que trabajaba todos los días, con dificultad lograba cubrir sus gastos y los de su esposa. Un día, se quedaron sin piel para hacer zapatos, ni dinero para comprarla. Cirilo, salió a caminar por el bosque, que podía hacer. Cuando llego a la orilla escucho una voz que gritaba muy asustada, pues estaba atorado en el tronco de un árbol. Cirilo de un salto, corrió y lo libero. La criatura, corrió sin decir nada. Cirilo pensó….mmmmm, ni las gracias me dio…!!! Y Cirilo se fue a su casa, al llegar a su casa Su mujer saco de la alacena un trozo de pan duro y un pedazo de cebolla y después de cenar se fueron a descansar.
A la mañana siguiente, cuando despertó, el zapatero calentó agua para lavarse, vistió su ropa desgastada y entro a su taller. Sobre la mesa hallo un pedazo de piel muy fina y un par de zapatos nuevos.
-Mujer, ven a ver lo que hay aquí!!!-le grito a su esposa.
-Esto es increíble-dijo la señora al entrar.
Al poco rato llego un cliente que compro los zapatos. Luego llego otro que les encargo un par de botas que los esposos comenzaron a confeccionar con el pedazo de piel. Al final del dia, fueron a acostarse.
Al amanecer, cuando \entraron al taller, su sorpresa, fue mayor: las botas ya estaban terminadas. Cirilo y su señora, saltaron de gusto y planearon permanecer la noche siguiente para indagar el misterio.
Ya casi se estaban quedando dormidos cuando vieron entrar al taller a doce duendecillos, cada uno con una herramienta en las manos, y se pusieron a trabajar como hábiles zapateros. Cirilo y su esposa se acercaron para hablarles, pero los duendecillos desaparecieron dejando una nota que decía:
Gracias Don Cirilo, hoy por usted y mañana por nosotros y pasado mañana por usted y pasado mañana por nosotros, Gracias por rescatar a nuestro Hermano Benjamin de morir atrapado en el tronco de ese árbol.
Los esposos recordaron el episodio aquel y pensaron en corresponder a tan valiosa ayuda de sus diminutos amigos.
-Los duendes son muy friolentos. Vamos a cocerles algunas prendas de lana para que se cubran y no pasen tanto frio- propuso la señora.
Ella y Cirilo, hicieron doce trajecitos de una lana de terciopelo rojo y doce gorritos azules y los dejaron sobre la mesa del taller. Aquella noche, se escondieron para ver la llegada de los duendes quienes, al hallar la ropa, se la pusieron y saltaron de alegría al verse lo guapos que estaban por la ropa que les habían hecho, al verlos tan contentos Cirilo y su esposa pusieron música para bailar con ellos, pero los duendes al verlos, se salieron corriendo por la ventana. Entonces, se regresaron al taller y encontraron una caja que contenía unos zapatos de raso con hebillas de diamantes y rubíes. Estaban asombrados de tan bellos zapatos que pensaron que era demasiado lujo para ellos ya que eran tan humildes,
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