El Niño Salvaje
Enviado por clarecele • 30 de Mayo de 2015 • 2.125 Palabras (9 Páginas) • 184 Visitas
que plantea entre dos visiones del mundo radicalmente opuestas. Una, la representada por el viejo director del instituto, fiel servidor de un reglamento que dispone la reclusión para los “idiotas” como única opción de futuro. Frente a ésta aparece la del joven médico (no es casual que lo interprete el propio Truffaut), quien confía en los poderes de la ciencia positivista, aunque para comprobar sus hipótesis tenga que llevarse a Víctor a su casa. En todo este itinerario el que mejor parado sale es el Estado, pues a través de sus agentes se autoriza el traslado del niño a París y luego del instituto de sordomudos a la casa del Dr. Itard, a quien se le concede una asignación mensual para la manutención del niño. que plantea entre dos visiones del mundo radicalmente opuestas. Una, la representada por el viejo director del instituto, fiel servidor de un reglamento que dispone la reclusión para los “idiotas” como única opción de futuro. Frente a ésta aparece la del joven médico (no es casual que lo interprete el propio Truffaut), quien confía en los poderes de la ciencia positivista, aunque para comprobar sus hipótesis tenga que llevarse a Víctor a su casa. En todo este itinerario el que mejor parado sale es el Estado, pues a través de sus agentes se autoriza el traslado del niño a París y luego del instituto de sordomudos a la casa del Dr. Itard, a quien se le concede una asignación mensual para la manutención del niño. que plantea entre dos visiones del mundo radicalmente opuestas. Una, la representada por el viejo director del instituto, fiel servidor de un reglamento que dispone la reclusión para los “idiotas” como única opción de futuro. Frente a ésta aparece la del joven médico (no es casual que lo interprete el propio Truffaut), quien confía en los poderes de la ciencia positivista, aunque para comprobar sus hipótesis tenga que llevarse a Víctor a su casa. En todo este itinerario el que mejor parado sale es el Estado, pues a través de sus agentes se autoriza el traslado del niño a París y luego del instituto de sordomudos a la casa del Dr. Itard, a quien se le concede una asignación mensual para la manutención del niño. que plantea entre dos visiones del mundo radicalmente opuestas. Una, la representada por el viejo director del instituto, fiel servidor de un reglamento que dispone la reclusión para los “idiotas” como única opción de futuro. Frente a ésta aparece la del joven médico (no es casual que lo interprete el propio Truffaut), quien confía en los poderes de la ciencia positivista, aunque para comprobar sus hipótesis tenga que llevarse a Víctor a su casa. En todo este itinerario el que mejor parado sale es el Estado, pues a través de sus agentes se autoriza el traslado del niño a París y luego del instituto de sordomudos a la casa del Dr. Itard, a quien se le concede una asignación mensual para la manutención del niño. que plantea entre dos visiones del mundo radicalmente opuestas. Una, la representada por el viejo director del instituto, fiel servidor de un reglamento que dispone la reclusión para los “idiotas” como única opción de futuro. Frente a ésta aparece la del joven médico (no es casual que lo interprete el propio Truffaut), quien confía en los poderes de la ciencia positivista, aunque para comprobar sus hipótesis tenga que llevarse a Víctor a su casa. En todo este itinerario el que mejor parado sale es el Estado, pues a través de sus agentes se autoriza el traslado del niño a París y luego del instituto de sordomudos a la casa del Dr. Itard, a quien se le concede una asignación mensual para la manutención del niño. que plantea entre dos visiones del mundo radicalmente opuestas. Una, la representada por el viejo director del instituto, fiel servidor de un reglamento que dispone la reclusión para los “idiotas” como única opción de futuro. Frente a ésta aparece la del joven médico (no es casual que lo interprete el propio Truffaut), quien confía en los poderes de la ciencia positivista, aunque para comprobar sus hipótesis tenga que llevarse a Víctor a su casa. En todo este itinerario el que mejor parado sale es el Estado, pues a través de sus agentes se autoriza el traslado del niño a París y luego del instituto de sordomudos a la casa del Dr. Itard, a quien se le concede una asignación mensual para la manutención del niño. que plantea entre dos visiones del mundo radicalmente opuestas. Una, la representada por el viejo director del instituto, fiel servidor de un reglamento que dispone la reclusión para los “idiotas” como única opción de futuro. Frente a ésta aparece la del joven médico (no es casual que lo interprete el propio Truffaut), quien confía en los poderes de la ciencia positivista, aunque para comprobar sus hipótesis tenga que llevarse a Víctor a su casa. En todo este itinerario el que mejor parado sale es el Estado, pues a través de sus agentes se autoriza el traslado del niño a París y luego del instituto de sordomudos a la casa del Dr. Itard, a quien se le concede una asignación mensual para la manutención del niño. que plantea entre dos visiones del mundo radicalmente opuestas. Una, la representada por el viejo director del instituto, fiel servidor de un reglamento que dispone la reclusión para los “idiotas” como única opción de futuro. Frente a ésta aparece la del joven médico (no es casual que lo interprete el propio Truffaut), quien confía en los poderes de la ciencia positivista, aunque para comprobar sus hipótesis tenga que llevarse a Víctor a su casa. En todo este itinerario el que mejor parado sale es el Estado, pues a través de sus agentes se autoriza el traslado del niño a París y luego del instituto de sordomudos a la casa del Dr. Itard, a quien se le concede una asignación mensual para la manutención del niño. que plantea entre dos visiones del mundo radicalmente opuestas. Una, la representada por el viejo director del instituto, fiel servidor de un reglamento que dispone la reclusión para los “idiotas” como única opción de futuro. Frente a ésta aparece la del joven médico (no es casual que lo interprete el propio Truffaut), quien confía en los poderes de la ciencia
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