El Proceso de la experiencia de duelo: un modelo integrativo de afrontamiento

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El Proceso de la experiencia de duelo: un modelo integrativo de afrontamiento.

Me gustaría comenzar con una frase que encontré: “El duelo no te hace imperfecto, te hace humano.” Sarah Dessen. Ya que el  duelo es una respuesta natural de las personas al sufrir cualquier tipo de pérdida, debido a que se rompe un vínculo, y una parte propia de la persona, misma que está pasando por el duelo, afectándola de manera total.

En el proceso del duelo ocurren ciertas fases que pueden tener elementos en común en cualquier individuo, pero las experiencias y las emociones causadas por las mismas hacen que sea subjetivo.

Las personas suelen reaccionar de manera distinta ante  situaciones de trauma, y para poder comprender el proceso del duelo, o porque  puede pasar de un duelo “normal” a uno complicado,  se debe conocer la base neurobiológica, que tiene una participación fundamental en dicho proceso.  

El sistema nervioso central opera de una manera integrada en conjunto con las emociones, la respuesta cognitiva y conductual, con la finalidad de que la persona pueda responder dependiendo de las situaciones a las que se enfrente. Por ejemplo para procesar una experiencia traumática, en primer lugar el individuo recibe estímulos del medio exterior, que son captados por los receptores que integran los órganos de los sentidos. Cuando la información llega al talamo y pasa a la amígdala, ocurre una primera integración.  

La amígdala es la que confiere de forma inconsciente  un significado emocional a la nueva información recibida al compararla con datos que se encuentran almacenados de manera implícita.  Este significado emocional puede generar un impacto intenso o pasar desapercibido, todo va a depender de  las referencias pasadas registradas.  

Luego para un análisis más avanzado es necesario que la información llegue al hipocampo, mismo que se activa dependiendo del grado de estimulación fisiología (aumento de las funciones mentales). Es el encargado en reorganizar la información, hace ajustes espaciales y temporales, contrasta los datos, con la finalidad de darle un sentido cognitivo. También determina si será almacenada a corto o largo plazo, o si es innecesaria. En este caso la memoria almacenada será de manera explícita.  

Finalmente en la neocorteza, la nueva información organizada y registrada genera que se realice una regulación integrada, planificando la conducta asociada y en qué  forma responderá.

¿Cómo se relaciona todo esta integración con el duelo?  

Al sufrir la pérdida de un ser querido, las emociones de la persona se alteran por el trauma que genera dicho suceso, como se explicó antes, el proceso emocional va a funcionar al integrar las reacciones fisiológicas, cognitivas y conductuales.

Por ejemplo de primera instancia, se desencadenan respuestas en forma de síntomas (ansiedad, miedo, etc.) y muchas veces las emociones están fuera de control, porque aún no se lleva a cabo la significación cognitiva en el hipocampo, que genera que la persona, sea consciente de la experiencia por la que está pasando. Por lo tanto- la información tampoco llega a la neocorteza, para que ocurra una regulación interna, donde surge una acomodación, cambios de esquemas y conductas.

Es decir, hay una respuesta automática donde el individuo responde a dicha experiencia de forma inconsciente, pues se encuentra asociado a emociones implícitas, de sucesos anteriores que fueron almacenados en la memoria y que por el contexto pueden tener alguna relación que genere la misa sensación o estado emocional de la persona.

Otro punto que me gustaría mencionar, es la relación que existe entre la asignación emocional por la amígdala, con la actividad del hipocampo y su capacidad de atención y almacenamiento de información.  Si el impacto emocional es muy fuerte, habrá una mayor atención, así como mayor probabilidad de que la memoria sea detallada y a largo plazo, por eso muchas personas recuerdan de manera casi precisa eventos traumáticos que sufrieron.  

Existe un umbral que interviene con la estimulación de la amígdala y la ejecución correcta del hipocampo. Este umbral tiene que ser de intensidad adecuada, debido a que una hipoestimulación, el sistema no se activa y de lo contrario la sobreestimulación puede alterar la integración de la información y fragmentarla.  

Cuando se pasa por una experiencia traumática, poco a poco se debe procesar y asimilar la información, para que esto suceda, se desarrollan respuestas (síntomas físicos, pensamientos y comportamientos) con la finalidad de que la persona sea capaz de afrontar la experiencia, al darle un sentido a la pérdida del ser querido así como a la ruptura del vínculo.

Hay diferentes respuestas de afrontamiento, que pueden funcionar como nuevos estímulos que logren modular la intensidad de las emociones y la sintomatología, para que ocurra una adaptabilidad de la persona ante el trauma como mencioné antes. Esta diversidad de afrontamientos se puede clasificar en 3 grupos, que a su vez también se subclasifican en tipos de respuesta más específicos.

La primera, depende del tipo de reacción predominante, si son respuestas somático-sensoriales, la persona manifiesta agitación, sudoración, temblor. Si hay predominio emocional, se sienten culpables o buscan a quien culpar,  puede haber enfado o tristeza. Las rumiaciones obsesivas, sublimación de la experiencia, corresponden a reacciones cognitivas. Y por último si predominan reacciones conductuales, tratan de estar ocupados todo el tiempo, recordar al ser querido al visitar lugares significativos e incluso practicar actividades de alto riesgo.

La segunda clasificación se enfoca en la regulación del nivel de contacto con la realidad.  Puede ser que ocurra una respuesta de desconexión- evasión, la persona trata de evitar el dolor por la pérdida, hay negación y minimiza todo lo relacionado con la experiencia dolorosa, evade los lugares que le recuerden  el evento, o hay hiperactividad para manejar la ansiedad. Generando una distorsión e inhibición de la información traumática.  

Otra forma de respuesta, dentro de esta clasificación es la conexión- aproximación. Se busca mantener un contacto con la experiencia emocional de la perdida, procurando recordar el momento o la persona que perdió, estas respuestas aumentan la sintomatología fisiológico-emocional, promoviendo el procesamiento del duelo con una mínima distorsión.

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