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El Psicoanalisis


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2011  •  2.054 Palabras (9 Páginas)  •  592 Visitas

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EL PSICOANALISIS

En 1885 Freud conoce a Charlot en París en un curso medico sobre la hipnosis, en la Salpétriere lugar donde Freud adquiere la convicción intima de que el comportamiento humano no depende solamente del substracto físico y quimico de la persona sino que se origina fuertemente en un psiquismo carente de realidad concreta.

Freud elaboro su primer estudio sobre el análisis psíquico a partir del caso de Ana. En el caso de la histeria, la energía movilizada se convierte parcialmente en manifestaciones somáticas (parálisis,amnecias,etc.) pero la conversión puede producirse de un contenido psíquico a otro.

La teoría freudiana se precisó en el curso de los años de 1982 a 1900. Freud elaboró en 1893, la noción de inconsciente. A l comienzo vio en el inconsciente el lugar de acumulación de los afectos reprimidos.

En 1900 Freud publico la obra que se considera la más importante de su creación: la interpretación de los sueños. Contiene en realidad lo esencial del psicoanálisis terapéutico, puesto que el autor expone allí su método de las asociaciones libres aplicado al tratamiento de diversas neurosis.

Algunos años después en 1905, publica tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad: demuestra allí el papel capital que desempeña el instinto sexual (más exactamente la libido) y explica las neurosis por la regresión en las etapas de la vida infantil en las que se manifiestan según asegura impulsos sexuales importantes. La neurosis excesiva es una regresión a la etapa anal, la histeria a las etapas pregenitales.

Hacia 1920 Freud estudia la agresión: modifica entonces su teoría inicial de los impulsos, explicando finalmente que el destino del hombre se juega entre dos grupos de impulsos antagónicos que lo animan: los impulsos destructivos de agresión, que en su “metapsicología “ llamará impulsos de muerte, y los impulsos sexuales constructivos de vida. Así se clarifican notablemente ciertos fenómenos de aberración psíquica como el sadismo, el masoquismo, el asesinato y el suicidio.

Las estructuras psíquicas se organizan según el siguiente esquema: “el ello “ que contiene todos los impulsos instintivos y que se opone al “ego” , centro de la personalidad consciente, y el “superego” especie de consciencia moral construida por aportes exógenos provenientes de la civilización de los padres, de los educadores.

El psicoanálisis ofrece una primera ventaja, la de encarar toda la historia del sujeto.Tomemos el ejemplo de un muchacho de doce años que se comporta en general de modo particularmente agresivo, en presencia del caso, la psicología genética nada dice aparte de considerar el conjunto de la personalidad.

Únicamente el psicoanálisis está efectivamente en condición de proyectar algunas luces sobre el origen de esa agresividad; y si algunas veces se experimenta la sensación de que el diagnóstico resulta finalmente demasiado simple, hay que ver en ello, repitámoslo, mas que nada la muestra de cierta adhesión general a la psicología profunda: tan cierto es que una idea original se vuelve trivial cuando se ha admitido ampliamente el acierto de sus fundamentos.

Método adleriano: indagaría, de seguro sobre los ascendientes de ese muchacho a fin de averiguar por qué proceso se ha desnaturalizado en el sentido social. Mediante conversaciones, mediante la entrevista con las personas próximas a él, eventualmente por el análisis del contenido de los sueños se formaría una idea de la ficción directiva del sujeto.

Se encontraría que el muchacho, combate en la autoridad una determinada imagen que se ha hecho de su padre… es posible que descubra además que a eso lleva una acumulación de fracasos, sentimiento de inferioridad, que determina una actividad social sobre compensadora.

Los remedios, a cierta toma de conciencia, atribución de determinadas responsabilidades, dialogo permanente entre el sujeto y el educador.

Método freudiano: tendería a partir del concepto de regresión y de la noción de las etapas de desarrollo.

Para Freud el niño emerge del caos inicial a través de la boca (etapa oral). Su primera relación con lo objetivo la obtiene por la succión, estableciendo así con el mundo una relación binaria de tipo privación-repleción. Es en la etapa oral en la que el niño, usando inconscientemente su derecho de aceptar y rechazar el alimento, manifestando ya una cierta forma de sadismo.

Etapa anal. La defecación esta vinculada como un placer doble; el de liberarse destruyendo sin destruirse para disfrutar una euforia física, y el más ambiguo y más profundo de ejercer un dominio característico sobre la madre o la educadora: dar o rehusar la defecación. Esta etapa asume la de compulsión agresiva.

El egocentrismo. Entre el tercero y el cuarto año el niño vive aún más un período de sexualidad intensa, durante el cual descubre no solamente el misterio de ser sexuado y parece percibir la potencia inherente al sexo (fase fálica) sino que trata de situarse él mismo en relación con la sexualidad, experimentando de alguna manera sobre su entorno inmediato; su padre, su madre. Es la situación triangular edípica.

Deberá resignarse, por una especie de castración al abandono de los proyectos sexuales que le imponen los tabúes de la sociedad.

La agresividad que se manifiesta en aquel muchachito bien podría tener un origen muy distinto que el que se le atribuía a primera vista (“no se entiende bien con el maestro”, “no ha sabido manejarlo”, etc.) al poner en juego los planteos moralizantes “es un mal chico que hay que arreglar”.

Aquí la segunda ventaja, no solo acude al auxilio de la psicología clásica (no es inútil por ejemplo conocer el nivel intelectual del muchacho) si no que ratifica en sus derechos a la ética, al precio de un desplazamiento del centro de interés;

El psicoanálisis espera que el terapeuta o el educador le muestre de algún modo y por la práctica, el ejemplo de las virtudes que se llaman aceptación benévola, atención, comprensión, tenacidad, sin tratar ni de imponer la fuerza de un yo, ni procurar una identificación; el terapeuta no posa como modelo.

El psicoanálisis da a los esfuerzos de los educadores una orientación sin la cual trabajarían a pura perdida.

OTROS EJEMPLOS.

La medida en que cada niño pequeño franquea con éxito las diferentes etapas, oral anal, facial, genital, de sus primeros tiempos de existencia determina su grado de equilibrio. Pero supongamos que determinados incidentes de orden educativo, originados por la madre, perturben el curso de las cosas. Estos incidentes son tan variados como frecuentes: negligencias maternales en la

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