El Retorno De Lo Reprmidio

LOUISE BOURGEOIS (1911-2010): Una breve introducción a la vida de la artista

Nacida en Paris la nochebuena de 1911, e hija de unos restauradores de tapicería antigua que gozaban de cierta posición. El oficio de sus padres haría que desde edad temprana Louise se inclinara hacia las tareas manuales y así descubriría sus dotes artísticas, las que comenzará a desarrollar colaborando en el taller de sus padres. En el año 1922, el padre de Louise contrata a Sadie, quien tendrá una influencia significativa en la vida de la artista. Sadie se desempeñaba como institutriz y con el tiempo se convierte en la amante del Sr. Bourgeois, viviendo periódicamente con la familia hasta 1932. Esta situación marcará a Louise de manera traumática.

Ya en su segunda década, Louise decide ingresar a la Sorbona para estudiar cálculo y geometría, carrera que abandonaría, coincidentemente, el año en que fallece su madre (1932). Este será uno de los primeros giros de la vida de Louise: ese año comenzaría sus estudios en Arte y posteriormente incursionará en talleres que la codearán con grandes artistas plásticos de la época. En 1938 se casa con un historiador del arte estadounidense y deciden mudarse a Nueva York. Es en EEUU en donde continúa formándose y desarrollándose como artista y donde muchos años después se consagraría como artista.

Tenía 40 años cuando recibió la noticia de la muerte de padre (1951), lo que la lleva a una profunda depresión; y es esa depresión la que la lleva al Dr. Henry Lowenfeld, discípulo de Freud, con quien empieza a psicoanalizarse. Lucha contra la depresión e ideas suicidas. Independizarse del padre fálico.

Bourgeois se interesó profundamente en el Psicoanálisis y ya no sólo como terapia sino también como teoría, tal es así que se introdujo en la de Freud, Winnicott, Klein, entre otros autores. Entre 1952 a 1967 Louise experimentó una gran transformación artística, acompañada por un intenso periodo de escritos psicoanalíticos. Dichos textos dejan constancia del lugar fundamental que el psicoanálisis ocupa en su desarrollo artístico. En 1973 muere su marido, a lo que le sigue otro periodo agudo de estos escritos.

Louise se psicoanalizó hasta 1985 año en el que muere su analista y, coincidentemente, en el cual empieza a trabajar con ella Jerry Gorovoy, quien sería su mano derecha hasta sus últimos días.

El reconocimiento a su obra y su trabajo de años le llegaría entrada la vejez, siendo la primera artista en exponer en la galería Moma de New York. Dadas sus características agarofóbicas, pasó prácticamente sus últimos años en el taller que había armado en su casa, en donde a su vez recibía a artistas jóvenes y estudiosos del arte con los que gustaba conversar y debatir.

Sumamente activa hasta sus 99 años, Louis Bourgeois muere en el año 2010, dejando su impronta inconfundible en las pupilas de quienes tengan la fortuna de encontrarla en sus obras.

SU OBRA Y LA RELACION CON EL PSICOANALISIS

“La muestra (El retorno de lo reprimido) no es más que el resultado de su proceso analítico”

(Phillip Larrat Smith)

A lo largo de su vida Louise Bourgeois concibió una infinidad de obras que guardaban en su esencia aspectos netamente vivenciales. Como hemos visto en su biografía, su interés por el psicoanálisis y sus años de terapia de la mano del Dr. Lowenfeld sin dudas tendrían sus efectos y traducción en cada una de sus obras. El pasado, y particularmente la infancia, ocuparán un lugar central en su actividad creadora, como si esta fuera una forma de catarsis. En 1982 escribió: "Algunos estamos tan obsesionados por el pasado que morimos sepultados por él. Ésta es la actitud del poeta que nunca encuentra el paraíso perdido y también es la del artista, que trabaja por motivos que nadie es capaz de comprender. Puede que lo que ambos intenten sea reconstruir un elemento del pasado para así exorcizarlo, razón por la que el pasado tiene, para muchas personas, un enorme poder y belleza. (…) Cada día haz de olvidar tu pasado o aceptarlo. Si no lo puedes aceptar, te conviertes en escultor."

Vemos a través de sus propias palabras que Louise Bourgeois muestra en su obra aspectos que llevan a un origen común: la necesidad de expresar un conflicto emocional. La obsesión por el amor de sus padres, la ambigüedad entre lo masculino y lo femenino, la falta, la agresión, el vacío, la tensión, son algunas de las constantes que detectamos en su actividad.

Bourgeois creía que un artista poseía una vía de acceso privilegiada al inconsciente y una singular capacidad para expresar la realidad psíquica en forma simbólica. Si bien pensaba que el proceso de creación artística no entraña la posibilidad de cura para el artista, al menos podía brindarle un alivio momentáneo o una suerte de exorcismo del trauma pasado.

De su experiencia analítica nos tomaremos de las notas del Dr. Lowenfeld quien consideraba que el problema dominante de Bourgeois era su incapacidad para aceptar la propia agresión. Ya en 1980, cuando lo veía durante otro período de análisis, ella podía escribir: “No olvido ni perdono / Es el lema del que se alimenta mi obra”. Louise se impuso el preservar las emociones vivas ya que sus esculturas debían de hacer consciente lo que todos experimentamos de manera inconsciente. Es así que el arte se convierte en la vía regia para sus asociaciones libres.

Spiral Woman (Mujer espiral), es una muestra, entre tantas, de este proceso asociativo: Lowenfeld había salido de vacaciones, de modo que Louise, para quedar a mano con él, se distancia de él emocionalmente, lo que por otro lado, la aterra; pero para trabajar debe sentirse frustrada y culpable. Culpable por atacarlo, ya sea física como verbalmente, o por el mismo abandono; y en esto, lo que hace con él también se lo hace a ella: “Me alejé de Lowenfeld / y la furia que sentí las últimas semanas proviene de ello […] / La frustración (autoimpuesta e intolerable […] [junto con] / la Culpa son los enemigos nro. 1 y nro. 2 — / […] la espiral / significa exprimirse, retorcer el lavado / escurrirle hasta la última gota – secarlo por centrifugado – retorcer a tu propio idiota / torcerle el brazo para obligarlo a hacer o hablar o dar/ exprimirlo, he aquí pues el mensaje de mi espiral / que sigue y sigue dando vueltas desde que Lowenfeld se fue el 15 de julio. / […] “mis

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