EL MITO DEL ETERNO RETORNO
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Mircea Eliade El mito del eterno retorno
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MIRCEA ELIADE
EL MITO DEL ETERNO RETORNO
ARQUETIPOS Y REPETICIÓN
Emecé Editores
Libera los Libros
Mircea Eliade El mito del eterno retorno
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El mito del eterno retorno.
1a ed. - Buenos Aires : Emecé, 2001.
Traducción de: Ricardo Anaya
ISBN 950-04-2220-4
Título original: Le mythe de I ‘éternel retour. Archétypes et répétition
Diseño de tapa: Eduardo Ruiz
En la tapa: El círculo de los lujuriosos: Paolo y Francesco
(detalle) acuarela de William Blake, 1824.
Primera reedición - 2° impresión: 4.000 ejemplares
Impreso en Verlap S.A., Comandante Spurr 653, Avellaneda, marzo
de 2001
IMPRESO EN LA ARGENTINA / PRINTED IN ARGENTINA
I.S.B.N.: 950-04-2220-4
Mircea Eliade El mito del eterno retorno
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Índice
PRÓLOGO A LA EDICIÓN FRANCESA................................................. 5
CAPÍTULO PRIMERO................................................................................. 7
CAPÍTULO II .............................................................................................. 34
CAPÍTULO III ............................................................................................. 58
CAPÍTULO IV............................................................................................. 88
Notas........................................................................................................... 104
Mircea Eliade El mito del eterno retorno
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A Tanzi y Brutus
Coste, en recuerdo de
nuestras veladas en el chalet
Chaimite.
PRÓLOGO A LA EDICIÓN FRANCESA
Si no fuese por el temor a parecer demasiado ambiciosos, hubiésemos puesto
a este libro como segundo subtítulo el siguiente: Introducción a una filosofía de
la historia. Pues tal es, en definitiva, el sentido del presente ensayo; con la
particularidad, sin embargo, de que, en lugar de proceder por el análisis
especulativo del fenómeno histórico, interroga las concepciones fundamentales
de las sociedades arcaicas que, pese a conocer también ciertas formas de
“historia”, se esfuerzan por no tenerla en cuenta. Al estudiar esas sociedades
tradicionales, un rasgo nos ha llamado principalmente la atención: su rebelión
contra el tiempo concreto, histórico; su nostalgia de un retorno periódico al
tiempo mítico de los orígenes, al Tiempo Magno. El sentido y la función de lo
que hemos llamado “arquetipos y repetición “ sólo se nos revelaron cuando
comprendimos la voluntad de sus sociedades de rechazar el tiempo concreto, su
hostilidad a toda tentativa de “historia” autónoma, es decir, de historia sin
regulación arquetípica. Este rechazo, esta oposición, no son simplemente, como
lo prueba este libro, el efecto de las tendencias conservadoras de las sociedades
primitivas. A nuestro parecer, estamos autorizados a ver en ese menosprecio de
la historia, es decir, de los acontecimientos sin modelo transhistórico, y en ese
rechazo del tiempo profano, continuo, cierta valoración metafísica de la
existencia humana. Pero esa valoración no es, en ningún caso, la que tratan de
dar ciertas corrientes filosóficas poshegelianas, principalmente el marxismo, el
historicismo y el existencialismo, desde el descubrimiento del “hombre
histórico”, del hombre que es en la medida en que se hace a sí mismo en el seno
de la historia.
El problema de la historia, como tal, no será empero abordado en forma
primordial en este ensayo. Nuestro designio fundamental ha sido señalar ciertas
líneas de fuerzas maestras en el campo especulativo de las sociedades arcaicas.
Mircea Eliade El mito del eterno retorno
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Nos ha parecido que una simple presentación de esto último no carece de interés,
sobre todo para el filósofo acostumbrado a hallar sus problemas y los medios de
resolverlos en los textos de la filosofía clásica o en los casos que le presenta la
historia espiritual de Occidente. Creemos desde hace tiempo que la filosofía
occidental corre el peligro de tornarse “provinciana”: primero, por aislarse
celosamente en su propia tradición e ignorar, por ejemplo, los problemas y las
soluciones del pensamiento oriental; luego, por obstinarse en no reconocer más
que las “situaciones” del hombre de las civilizaciones históricas, sin
consideración por la experiencia del hombre “primitivo”, dependiente de las
sociedades tradicionales. Estimamos que la antropología filosófica tendría algo
que aprender de la valoración que el hombre presocrático (dicho de otro modo, el
hombre tradicional) dio a su situación en el Universo. Aun más: que los
problemas cardinales de la metafísica podrían experimentar una renovación
gracias al conocimiento de la antología arcaica. En varios trabajos anteriores, en
particular en nuestro Tratado de Historia de las Religiones, hemos intentado
presentar los principios de esa antología arcaica, sin pretender, ciertamente,
haber conseguido dar una exposición siempre coherente, y menos aún
exhaustiva.
Muy a pesar nuestro, el ensayo que va a leerse tampoco aportará dicha
exposición exhaustiva. Como nos dirigimos tanto al filósofo como al etnólogo o al
orientalista, pero sobre todo al hombre culto, al no especializado, a veces nos
hemos visto obligados a resumir en fórmulas sumarias lo que, tratado con
amplitud y detalladamente, hubiese exigido un imponente volumen. Toda
discusión profunda acarrearía un despliegue de citas de fuentes y un lenguaje
técnico que desalentarían a muchos lectores. Ahora bien: nuestra preocupación,
más que comunicar a los especialistas una serie de comentarios al margen de sus
propios problemas, era llamar la atención del filósofo y del hombre culto en
general sobre posibilidades espirituales que, aun cuando han sido superadas en
numerosas regiones del globo, son instructivas para el conocimiento y la historia
del hombre. Una consideración del mismo orden ha hecho que limitemos a lo
estrictamente necesario las referencias, las cuales a veces se reducen a una
simple alusión. Un índice especial, al final del volumen, dará las indicaciones
complementarias sobre ese punto.
Comenzado
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