Mito Del Eterno Retorno
Enviado por apexi07 • 15 de Abril de 2012 • 834 Palabras (4 Páginas) • 1.376 Visitas
MAESTRÍA EN ADMINISTRACIÓN DE NEGOCIOS – TP52 Grupo 3
ASIGNATURA : Competencias Gerenciales
PROFESOR : Luis Felipe Calderón-Moncloa
TÍTULO DEL TRABAJO : Trabajo Final - Grupal
El presente trabajo ha sido realizado de acuerdo a los reglamentos de la Universidad ESAN por:
Dianna Astete Mejía 1111534 _________________________
Paulo César López Arroyo 1111036 _________________________
Giovanni Zamalloa Torres 1110649 _________________________
Surco, 16 de Abril del 2012
TRABAJO FINAL - GRUPAL
1. Discutan y expliquen:
• El éxito y la libertad personal en el Mito del eterno retorno (y como mecanismo pseudoreductor de incertidumbre)
El mito del eterno retorno es un concepto que contrasta al pensamiento tradicional, arcaico y/o mítico con el pensamiento moderno y/o de libertad; básicamente generando una reacción de negación o crítica a este último.
• Las sociedades arcaicas, pese a conocer también cierta forma de “historia”, se esfuerzan por no tenerla en cuenta.
• La filosofía occidental corre el peligro de tornarse “provinciana”: primero, por aislarse celosamente den su propia tradición e ignorar, por ejemplo, los problemas y las soluciones del pensamiento oriental; luego, por obstinarse en no reconocer más que las “situaciones” del hombre de las civilizaciones históricas, sin consideración por la experiencia del hombre “primitivo”.
• Para el hombre arcaico los objetos del mundo exterior no tienen valor intrínseco autónomo. Un objeto o una acción adquieren un valor y, de esta forma, llegan a ser reales, porque participa, de una manera u otra, en una realidad que los transciende.
• Los actos humanos, su significación, su valor, no están vinculados a su magnitud física bruta, sino a la calidad que les da el ser reproducción de un acto primordial, repetición de un ejemplar mítico. La nutrición no es una simple operación fisiológica; renueva una comunión. El casamiento y la orgía colectiva nos remiten a prototipos míticos, se reiteran porque fueron consagrados ab origine por dioses, antepasados o héroes.
• El mundo que nos rodea, civilizado por la mano del hombre, no adquiere más validez que la que debe al prototipo extraterrestre que le sirvió de modelo. El hombre construye según un arquetipo. No sólo su ciudad o su templo tienen modelos celestes, sino que así ocurre en toda la región en que mora, con los ríos que la riegan, los campos que le procuran su alimento, etc.
• Todo territorio que se ocupa con el fin de habitarlo o de utilizarlo como “espacio vital” es previamente transformado de “caos”
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