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El Suicidio


Enviado por   •  23 de Noviembre de 2012  •  6.697 Palabras (27 Páginas)  •  405 Visitas

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EL SUICIDIO

INTRODUCCIÓN

El trabajo que ha continuación presentamos trata del siguiente tema:

EL SUICIDIO.

Estamos seguras de que con este informe conocerá todo lo relacionado con el suicidio, ya sea trastornos, causas, estadísticas de personas que se han suicidado, opinión de la Iglesia, leyes y una breve historia. Al mismo tiempo nos ayudará a que nosotras tomemos conciencia de lo importante que es la vida y tener nuestros valores firmes.

SUICIDIO

Acción de quitarse la vida en forma voluntaria. El suicidio se ve en todas las clases sociales desde los tiempos más antiguos, sin embargo, con el tiempo la sociedad ha cambiado su actitud con respecto a este tema, sobre todo su frecuencia.

HISTORIA

En la Europa antigua, el suicidio era considerado incluso un acto honroso. Los romanos admitían muchas razones para su práctica, incluso el filósofo Séneca lo engrandecía, diciendo que éste era el último acto de una persona libre.

Sin embargo, para San Agustín, el suicidio era un pecado. En los primeros concilios de la Iglesia Cristiana decretaron que aquellos que cometieran suicidio no se les aplicarían los rituales ordinarios después de su muerte.

En la época medieval, la Iglesia ordenó la confiscación de todas las propiedades del suicida y el cadáver sufría todo tipo de humillaciones. Hoy, el suicidio se condena en las religiones cristiana, judía e islámica.

En la antigüedad no se nombran mayores casos de suicidios, con excepción de cuatro casos de suicidios que aparecen en el Antiguo Testamento, los más conocidos son los de Sansón y el del Rey Saúl, quienes se quitaron la vida para escapar de las torturas o de su muerte en manos enemigas.

En la Grecia y Roma Antiguas, la actitud con respecto al suicidio era muy variada, desde su tolerancia y glorificación, hasta su condena más absoluta y estricta. Algunos filósofos consideraban que el suicidio era el medio ideal para evadir sufrimientos, mientras que otros como Platón lo rechazaron por razones muy unidas al cristianismo.

Durante la edad media, la Iglesia Católica consideró que el suicidio era como un homicidio y que atentaba contra la facultad divina de disponer de la vida. Como consecuencia, el cuerpo del suicida no podía ser enterrado en suelo sagrado. A partir de la Revolución Francesa de 1789, los castigos prescritos por el derecho penal y canónico para las tentativas de suicidio, fueron desapareciendo de las legislaciones europeas. No obstante, estos países y la mayoría de los estados americanos crearon códigos penales para castigar severamente la inducción al suicidio.

Actualmente la situación legal con respecto al suicidio ha cambiado, porque se ha tratado de dar mayor comprensión a las causas psicológicas que llevan a la persona a tomar esta determinación.

De ahí que en muchos países se crearon, a partir de la década de 1950, numerosos centros y organismos especializados para su prevención.

CALIFICACIÓN MORAL Y JURÍDICA DEL SUICIDIO

Hay tres definiciones para el concepto de suicidio: para algunos el suicida es un ser de fortaleza admirable, para otros un loco que merece compasión, y por último, un criminal que debe ser castigado severamente respecto a su carácter.

Al momento de suicidarse es necesaria una dosis de energía, resultado, en la mayoría de los casos de una exaltación momentánea, la cual contradice la primera definición. Pero esta energía requerida se aleja mucho de lo que pueda llamarse fortaleza o valor. El verdadero valor es aquel que hace frente a los problemas y peligros, sin arriesgar la propia existencia, solucionando las más arduas dificultades, sin retroceder jamás ante ningún obstáculo y menos cediendo a la muerte. Sacrificarse por el cumplimiento del deber es una acción heroica, pero preferir la muerte para la solución de los problemas, es una cobardía.

Descuret responde a la pregunta de que si el suicidio es un acto de valor o cobardía, diciendo que el que se quita la vida voluntariamente lo hace en algunas ocasiones con cierta energía física, pero siempre muestra cobardía moral, de lo cual se deduce que no tiene paciencia, siendo este el valor del sufrimiento y la espera.

Para Montaigue, el suicida es un cobarde que busca “la muerte para evitar las vicisitudes de la vida”; expresando el modismo: “el valor no varía de camino ni muda de paso, por recio que sea el temporal”. La respuesta de Napoleón I para esta interrogante es: “el hombre demuestra más valor enfrentando, soportando y resistiendo los infortunios que quitándose la vida. El suicidio es un acto propio de personas acabadas y arruinadas, que en vez de demostrara valor, demuestra la carencia de éste”. Debido al suicidio de dos granaderos de la guardia, Napoleón expone lo siguiente: “El granadero Gaubain se ha suicidado por causas amorosas; por lo demás era guapo soldado. Es el segundo lance de estos que en un mes ha sucedido en el cuerpo”. Mientras el primer cónsul ordena que se diga en la guardia lo siguiente: “Que el soldado debe vencer el dolor y la melancolía de las pasiones; que tan valiente es el que sufre con constancia de las pasiones, que tan valiente es el que sufre con constancia las penas del alma, como el que se mantiene firme ante la metralla de una batería”. En consecuencia, dejarse llevar por el dolor sin resistirlo es abandonar el campo de batalla sin ser vencido.

La lucha por naturaleza es ley de vida, “la vida del ser humano está llena de problemas y contradicciones, debido a que hay dos principios que se contraponen la perfeccionen y la elaboración de la perfección, la última no puede ser algo pacífico sino inquieto”; según Torras y Bages. Donoso Cortés dice: “No hay hombre que esté activo en este combate, todos son culpables de la victoria y de la derrota de esta lucha. Todos combaten durante su vida.

Job exclama con mucha razón: “la milicia es la vida del hombre sobre la Tierra”.

Pero para Carlos Salicrú: “el valor puede vencer al dolor de dos formas: una, librándose de él por medios justos; y otra, ser valiente y resignarse. Los que vencen de esta manera son realmente valerosos, son titanes del valor, gigantes del heroísmo".

La escuela de los héroes es el valor; en la batalla se adquieren los caracteres, se forman las aristocracias del valor, donde la fortaleza se vuelve de acero. Cuando los problemas tocan el alma de un ser que le ha ganado al dolor, estos problemas se vuelven “nada”.

En todas las civilizaciones, la resignación valerosa tanto al dolor físico como al moral, es considerada como una acción de superioridad. Los pueblos salvajes buscaban adquirir resistencia al dolor con una expresión de virilidad. El ser envestido con la toga viril durante una ceremonia

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