El abogado del diablo

EL ABOGADO DEL DIABLO

La película asignada para nuestro análisis y posterior comentario y en la que se basa el trabajo es excelente, contiene una trama que presenta realidades que se viven a diario, en ella se ve situaciones y elementos de gran importancia, en este caso lo jurídico, los valores y los antivalores. Lo jurídico se representa en la mayoría de la película mediante casos y juicios normalmente complicados por su naturaleza, que a la vez se van mezclando con los valores como el amor y el trabajo. Y antivalores, tales como: la avaricia, la pérdida de amor, la desintegración familiar, la deshonestidad, entre otras que se puedan citar.

Este filme se basa en un abogado relativamente joven, que posee un gran talento para ejercer su trabajo, el que hace de manera absolutamente efectiva. En él se refleja un enorme poder de convencimiento y de persuasión con los cuales cautiva al jurado, de manera que, en todos los juicios sale victorioso, a pesar de estar originados sus argumentos y estos ser la consecuencia de los antivalores que él posee o pone en practica y de las malas acciones, debido a que, uno tras otro, el actor principal va dejando de lado los valores que algún día conoció y la relevancia de reflexionar acerca de si lo que hace esta correcto o no. Él, solo se ve interesado en su propia satisfacción y en la realización de sus metas, llenas de ambiciones insanas y con esto, el inicio de una cadena interminable de errores, tales como: el dejar su primer trabajo, en el cual se encontraba a gusto y era exitoso; también le resta importancia y tiempo a su esposa, al igual que no le muestra más su afecto con las consecuencias que esto conlleva. No cree relevante lo que su madre trata en ocasiones de comunicarle. Tal vez, entre los peores errores y ejercicio de antivalores se encuentra la ambición, no solo por el dinero y los aspectos materiales complementarios; sino también el ineludible deseo de mantener su racha de triunfos, su carrera de éxitos y logros invicta, ocasionando esto en definitiva, la muerte de su pareja, con ello el gran deseo de venganza y consecuentemente su muerte pareciendo ser así su única solución.

La película el abogado del diablo designada así por el hecho de que “el diablo” es el que interviene en todas las acciones del abogado, pero no de manera directa, sino creando los espacios necesarios para cometer los actos que son voluntad. De esta manera, el diablo intenta acercarse al personaje que desempeña el papel principal que resulta ser su hijo, su necesidad de estar junto a él se fundamenta en que le es necesario para continuar la sucesión, y de esta manera, cambiar los tiempos para sus intereses y posiblemente continuar logrando sus objetivos siempre perversos y ruines.

Realmente desde el inicio de la película, en todo su transcurso y hasta el final de la misma, no me sentí muy identificado con el protagonista principal, dado que la actitud y forma de ser de este abogado no las encuentro compatibles con las mías, tampoco hallo una fuerte relación de sus actos con mi conducta y formación recibida en mi hogar y entorno. Cabe destacar que me apasiona la manera en que el protagonista, con su inigualable astucia, resuelve los casos que le son presentados.

Aunque encuentro una vana correspondencia del abogado del diablo conmigo, lo miro desde un punto de vista en el cual se debe aprender de él mediante dos temas fundamentales: el primero es su sagacidad para solventar los juicios, el modo en el que expone sus argumentos y crea una importante influencia sobre el jurado, en general son cualidades que todo buen abogado debe adoptar para desempeñarse exitosamente. Estas posturas y acciones serian simplemente geniales si las mismas no estuvieran fundadas en antivalores en consecuencia divorciadas de la ética y del buen proceder.

En ocasiones encontramos abogados con poca eficacia para ejercer su profesión dado que la realizan de una manera incorrecta y normalmente su problema no es necesariamente una mala educación de la institución de donde proviene o la carencia de vocación como eje fundamental; sino, simplemente porque se concentran y se estancan en los términos, en las definiciones, en los estereotipos ya asignados y no abren sus mentes a distintas formas de pensar, de razonar, para aclarar los conflictos. Actúan con una mente escaza de creatividad y de capacidad de razonamiento lo que se ve reflejado en su mal trabajo y por ende poco efectivo; y el segundo: son sus malas acciones y su pésimo ordenamiento de prioridades, situaciones en las que no se debe de caer, debido a que solo conlleva a los errores y en definitiva al fracaso, siendo estas deficiencias lo más usual que sufrimos las personas. Dejamos de lado lo que realmente es importante, lo que constituyen los valores, para llegar a cumplir propósitos no muy sanos u obtener bienes materiales que no nos presentan una gran ayuda aun cuando creamos que si y nos cerramos a una visión egoísta. Estas acciones más bien nos perjudican y no tendríamos porque ponerlas por delante de lo que en verdad deberíamos apreciar y ser nuestro norte de actuación; pero, muchas veces no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, esta es una importante lección que puede ser dura, difícil de asimilar, pero se necesita de ella para no volver a caer en los mismos errores que nos continúan boicoteando nuestros buenos pensamientos y nuestros valores; así que, estos fallos terminan siendo valiosos para tomarlos como experiencia, hacer conciencia y reflexionar acerca de las situaciones que se pueden presentar y como no caer precisamente en esos antivalores con las consecuencias ya consabidas.

Aunque viendo el accionar del actor principal desde otro punto de vista, si guardamos los seres algún tipo de similitud, por que en algún momento inclusive con alguna frecuencia, a veces inconscientemente, somos egocéntricos, no le prestamos atención a las cosas que realmente importan, nos interesamos por lo material y con más gravedad, en muchas otras ocasiones

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