El funcionamiento autista del niño/a

La palabra autismo proviene del griego, auto, de “autós” que significa, propio, de uno mismo. Inferimos por tanto que cuando se habla de autismo hablamos de una persona que actúa en sí misma o en si misma e inclusive sobre sí misma.

Una persona con autismo se la puede describir como alguien muy suyo, aparentemente sin necesidad de los demás. Si se observa a un niño/a con autismo lo vemos tan metió en lo suyo, como se dice metafóricamente “metido en su mundo”, al que es difícil acceder como así también traerlo al nuestro para poder comunicarnos, siendo ésta una de las características esenciales para identificar este trastorno.

Se entiende que ese excesivo, intenso y duradero ensimismamiento del niño/a que lo/a aísla y desconecta de su entorno afecta por deducción al desarrollo de su funcionamiento psíquico; ya que, sin el otro, sin la relación y comunicación con el otro no podemos constituirnos como sujetos con psiquismo y personalidad propios, esto que no hace esencialmente gregarios e históricos.

Las identificaciones con el otro se deben ponderar en sentido más amplo que la mera imitación, ya que en este proceso incorporamos a nuestro ser interior aspectos del otro que se van haciendo propios, dibujando paso a paso nuestra forma de ser cimiento de nuestra personalidad. Es dable entender que si no nos sentimos atraídos en la primera fase de nuestra vida con quien está a nuestro cuidado, será muy duro el desarrollo ya que la curiosidad innata por observar y explorar el mundo que nos rodea es natural en quienes no sufrimos este tipo trastorno, cuando esto no aparece la persona que  cuida al menor en este y en todo caso,  por la misma indefensión que tenemos los seres humanos cuando nacemos, debe ser capaz de ponerse en su lugar, comprendiéndolo en sus manifestaciones y necesidades, sin confundirse con él. Nos referimos a la empatía, o capacidad de identificación empática, algo de lo que los niños con funcionamiento autista suelen carecer o poseer como un bien escaso, incluso cuando en algunos casos hacen una evolución considerada como favorable.

En síntesis, “el funcionamiento autista del niño/a tendría que ver con fallos básicos, invasivos y generalizados en la constitución del ser humano como sujeto, (con subjetividad), y por tanto, en la vivencia de Intersubjetividad, (experiencia subjetiva compartida)”.^[1]

[1] Larbán Vera, Juan. Psiquiatra y Psicoterapeuta de niños, adolescentes y adultos.  ¿Qué es el Autismo? Falta

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