El genio mentiroso
Enviado por luisbubax • 30 de Abril de 2014 • Tesis • 1.767 Palabras (8 Páginas) • 212 Visitas
1. El genio mentiroso
Nacionalidad: Persia.
Origen: Narración incluida en el Corán y mencionada también en Las mil y una noches. El ifrit es uno de los genios islámicos. Según el Corán, ellos fueron los primeros en ser creados por Dios, lo que les hizo sentirse superiores al resto de las criaturas, ya que surgieron del vaho de la respiración de Alá. El más legendario de todos es el ifrit, apodado “el Mentiroso” porque, cuando Alá le ordenó postrarse ante su nueva creación, Adán, él se negó. Este genio rebelde siente un especial odio hacia los humanos, a los que desea destruir. Y aunque el profeta Suleimán logró encerrarle en una lámpara o en un jarrón (el objeto varía según las fuentes), a quien le libre de su encierro le concederá sus deseos. Pero no olvidemos que le llaman “el Mentiroso”; por eso, a un infeliz que le pidió ser el hombre más rico del mundo le convirtió en una estatua de oro, y a otro que pidió vivir rodeado de mujeres hermosas le convirtió en eunuco de un harén.
2. La niña de ultratumba
Nacionalidad: Estados Unidos.
Origen: Esta tradición oral fue recogida por Rosemary Ellen Giley en su Enciclopedia de fantasmas y espíritus. En el folclore de las pieles rojas también existe la historia de Acheri, una niña que enfermó durante un invierno en el que escaseaban las provisiones. Sus padres, sabiendo que iba a morir, la abandonaron en el bosque, para no desperdiciar con ella más alimentos. Dicen que Acheri volvió de la más allá convertida en una niña de aspecto esquelético que aparece de noche para entonar cánticos de muerte y golpear un pequeño tambor. Su voz, estremecedora como un aullido, anuncia la inminente muerte de algún niño.
3. Duendes
Al pareces la mayoría de la gente cree que los duendes no existe pero en la sierra de Perú, las personas afirman haberlos visto. Se dice que hace años una mujer que vivía con su esposo cerca de un rio. Dicha mujer iba cada tercer día a lavar, pero siempre sentía que alguien estaba con ella, aun cuando al parecer no había nadie, y como ustedes saben que generalmente los duendes viven cerca de los ríos…. Pues esto empezó cuando el duende se enamoró de ella y para conquistarla se transformaba en un apuesto caballero, que al parecer a la mujer le agradaba, pero ella no olvidaba el amor que sentía por su esposo. Todo el tiempo que el duende pasaba con dicha mujer le agradaba hasta que un día él le propuso a la mujer que escaparan y ella se reusó. Como el duende vio que ella no accedía, el saco de su bolsillo un pañuelo, el cual agito tres veces y sorprendentemente el rio se secó, dejándose ver una puerta que conducía hacia la casa del duende, el duende la tomo y se la llevo. El tiempo pasaba pero ella no envejecía, ella extrañaba a su esposo pues aun lo amaba, pero un día el duende salió de la casa y olvido el pañuelo, la mujer astuta recordó que aquella vez que el duende agito el pañuelo y la puerta se abrió, así que agito el pañuelo y como por arte de magia se abrió una puerta y escapo. Busco a su marido pero se dio cuenta de que el tiempo había pasado y que él era un aciano, pero aun así ella lo amaba, así que decidió contarle todo lo sucedido. La mujer le dijo a su esposo que los duendes odian la sal, entonces idearon un plan para acabar con el duende, pues ella sabía que el duende saldría a buscarla para llevársela otra vez. El esposo de la mujer consiguió demasiada sal y cuando el duende fue a buscarla, la mujer y su esposo le arrojaron sal e inmediatamente el duende exploto, desapareciendo para siempre. La mujer envejeció al igual que su marido, solo que el murió antes que ella.
4. Cuentan que había una vez un rey muy apuesto que estaba buscando esposa.
Por su palacio pasaron todas las mujeres más hermosas del reino Y de otros más lejanos; muchas le ofrecían además de su belleza y encantos muchas riquezas, pero ninguna lo satisfacía tanto como para convertirse en su reina. Cierto día llegó una mendiga al palacio de este rey y con mucha lucha consiguió una audiencia. “No tengo nada material que ofrecerte; solo puedo darte el gran amor que siento por ti” le dijo al rey: “Si me permites puedo hacer algo para demostrarte ese amor”. Esto despertó la curiosidad del rey, quien le pidió que dijera que sería eso que podía hacer. “Pasaré 100 días en tu balcón, sin comer ni beber nada, expuesta a la lluvia, al sereno, al sol y al frío de la noche. Si puedo soportar estos 100 días, entonces me convertirás en tu esposa”. El rey, sorprendido más que conmovido, aceptó el reto. Le dijo: “Acepto. Si una mujer puede hacer todo esto por mí, es digna de ser mi esposa. Dicho esto la mujer empezó su sacrificio. Empezaron a pasar el día y la mujer valientemente soportaba las peores tempestades. Muchas veces sentía que desfallecía del hambre y el frío, pero la alentaba imaginarse finalmente al lado de su gran amor. De vez en cuando el rey asomaba la cara desde la comodidad de Su habitación para verla y le hacía señas
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