El mexicano, Psicología de sus Motivaciones de Jesús Ramírez
Enviado por Habid Alexis Basurto Castillo • 8 de Octubre de 2019 • Reseña • 1.492 Palabras (6 Páginas) • 299 Visitas
El mexicano, Psicología de sus Motivaciones de Jesús Ramírez, nos ofrece una visión sobre los orígenes del mexicano y de la creación de una falsa e incompleta identidad que se generó desde la conquista de los españoles a las antiguas civilizaciones de los Mayas, Aztecas, entre otras que habitaban y conformaban la América Ancestral. Se explica la relación que hubo entre conquistadores y conquistados y cómo estos últimos, se dividieron en dos grupos, los que los visualizaron como salvadores, como solución a la situación en que se presentaban donde se realizaban sacrificios y ofrendas a los dioses que crearon el paraíso de la antigüedad y los que los visualizaban como una amenaza a la forma de vida y a las culturas y tradiciones de las civilizaciones.
Al igual que en la época de la conquista, hoy en día es común, que el mexicano tiene la facilidad de dejarse seducir por las tradiciones y creencias de otras naciones, pues es la herencia de parte de aquellos que se dejaron conquistar y cambiaron sus costumbres para aceptar la de otros.
El mexicano no ha sabido establecer como tal sus propias tradiciones, pues al ser descendiente de dos culturas diferentes la una de la otra y sin heredar las costumbres de ninguna de las dos, se origina de un mestizaje donde no solo el sacrificio fue de la vida de los progenitores del continente, sino también de una identidad. Un mestizaje que provocó la pérdida de identidad y origen de aquellos que se cruzaron. Como mexicano, se tiene la facilidad de aceptar tradiciones y mezclarlas de forma que se puedan hacer todas en una. Adaptar; no es una ni otra tradición, es algo completamente distinto y lo mismo que todas a la vez.
Si hay algo que realmente se generó como resultado del mestizaje, como primera identidad del mexicano, el machismo y la sensación de necesidad y amor a la madre, incluso en el lenguaje habitual del mexicano no hay peor insulto que el que se realiza mencionando a la madre del otro. Jesús Ramírez explica que el machismo que utiliza el mexicano es debido al resentimiento de las progenitoras de los primeros mestizajes, pues existe un rencor a la mujer en general por haber traicionado a las culturas originales de la Tierra Mística y aceptar que otros, los desconocidos con creencias basadas en el mito se impusieran, lo que con el paso del tiempo se transformó a una ideología donde la figura materna es similar a una deidad a los ojos de todo hombre o mujer de piel dorada y sangre mestiza, se le honra y se le ama incluso aún después de abandonar el seno de la familia, y se sabe que es la mayor debilidad de su ser, nadie puede tocar a la figura materna, incluso hablar mal de ella, genera un sentimiento de enemistad con aquel que se atrevió a pronunciar esas palabras; tener la conciencia de que si hablas mal de la madre de alguien estas jugando con fuego.
La madre, símbolo de amor al amamantar a sus hijos con su aguamiel, la madre que también defiende mucho, su tierra; el bien más preciado de cada mexicano. Refugio al sentirse protegidos por el amor y cuidado incondicional de esa figura, así como lo es el símbolo de la Virgen de Guadalupe, aquella madre del ser que dio su vida por los humanos, por su perdón.
Pero el padre, se menciona su lugar en el espíritu de las primeras mezclas; conforma un lugar diferente, pues en el origen del mexicano existe un sentimiento de odio, rencor a la figura paterna pues representa al extraño, al conquistador que destruyo las creencias y tradiciones que se conocían, pero se le admira, se le acepta y se le aprecia por el trabajo y sacrificio que realiza para que el retoño florezca. Basta con decirse ser “el padre de otro” para generar un conflicto entre amigos, para generar un sentimiento de rencor, más si eres amigo cercano o te muestras como “aliado” sin sobrepasar los límites del amor (pues por la visión machista, te rebajarías ante los ojos de los demás por la imagen homosexual), te conviertes en un hermano, en uno de los suyos; verdadero hasta cierto punto, pues la cantidad de amistades entre niños, jóvenes y adultos, que generan ese lazo de hermandad, pero hoy con comprensión y tolerancia en un gran sector, pues los años han permitido que muchos pobladores acepten le diversidad, sin poder quitar aún el frijol dentro del arroz.
Con el tiempo los hermanos, también marginados por los europeos, que lograron
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